martes, 28 de febrero de 2012

El retorno II

Bienvenido al retorno

No quería marcharse así, le hubiese gustado tener más tiempo para poder hablar con ella. Miró a su alrededor, a las estanterías vacías, a los rectángulos más oscuros donde una vez colgaron de las paredes hermosos cuadros. Pensó en tantas cosas…no quería marcharse, un equipaje le llamaba, un billete de ida se había colado en su pasaporte, el reloj se impacientaba.
De camino al aeropuerto, le llegaba el sueño y cerraba los ojos hasta que un escalofrío de su cuerpo le despertaba. Despertó, pero seguía soñando que se quedaba. Las distancias y el murmullo de la terminal le arrastraron hasta las pantallas…buscaba un vuelo pero no quería volar….letras, números y códigos se le antojaban como un reto a contratiempo. No quería marcharse y tenía un billete en la mano que solo deseaba perder de vista.
En el mostrador entregó su equipaje, le identificaron y comprobaron su billete, devolviéndoselo con una sonrisa.
Al llegar a la zona de salidas una pequeña cuartilla de papel reciclado se deslizó de entre sus documentos de viaje, cayéndose al suelo. Al recogerla, se percató de que llevaba escrito un mensaje en su parte posterior que decía: "Bienvenido al retorno, deseamos haya tenido un felíz regreso. Podrá recoger su equipaje dentro de treinta minutos en la zona de llegadas/Cinta F".

Mart@


EL RETORNO

Vuelvo, vuelvo a la vida.
Siento que mi madre me empuja hacia el exterior, una y otra vez noto sus esfuerzos.
Veo la luz allá abajo, esperándome.
Ya imagino la cara del médico y de la comadrona, “¡Es niño!”, mi mamá dirá que soy un niño precioso, o mejor aún, el más hermoso del mundo. Papá estará blanco y sudoroso, como la última vez que nací: tuvo su gracia, cuando cayó al suelo desplomado por una lipotimia, le hacían todos más caso a él que a mi, estuve tentado de gritar, “¡Eh! ¡Qué el protagonista soy yo!”
Luego la familia, los regalos y, sobre todo, los dulces brazos de mamá, ais, ya lo estoy viendo.
¡Venga mami! Un último esfuerzo que ya estamos, esto de volver a vivir es muy emocionante, no sé cuanto tiempo durarán mis recuerdos adquiridos, aunque me temo que poco, me han advertido que en cuanto corten el cordón umblical perderé todos mis recuerdos conscientes y olvidaré mi anterior vida. Bueno, mi última vida y todas mis anteriores. Ah, con lo agradable que resulta recordar mi última existencia en el siglo XIX, la del mil quinientos y pico, la de inicios del siglo XII, la de... creo que empiezan a difuminarse los recuerdos...esto debe estar a punto de empezar!
Lo que no entiendo és porqué me decían que no me hiciese falsas expectativas, que no siempre se reencarna uno como humano, qué tontería, yo SIEMPRE he sido humano, todas y cada una de mis....30 o 40 vidas... he sido un precioso niño.
Ay, mamá, ya voy, ya voy....ahí voy mundo!!
.....
“¡Mamá! ¡Son 4 gatitos, no tres!“

Ginebra


El retorno de la vida

Y de pronto, pocos días después de navidad descubres que poco a poco las tardes se van alargando. El frio sigue ahí, o al menos la posibilidad de frio, que con el cambio climático nada es como era. Pero quieras o no quieras los días se alargan poco a poco. Y una mañana mientras vas al trabajo descubres que algunos árboles ya empiezan a florecer. Claro que a veces la sensación es la de que un año más ha quedado atrás, tal vez un año más perdido, pero aun es más fuerte esa impresión de que la vida está retornando, dispuesta a cubrirlo todo.
Los niños, los jóvenes, sonríen de otra manera y las risas que se oyen empiezan a resonar más allá de sus corros. Los ancianos respiran de otra manera y vuelven a llenar sus pulmones de aire para alzar la vista y descubrir que el cielo vuelve a ser tan azul como lo fue en las primaveras de su juventud.
¿Y los adultos? Algo notamos, algo está pasando, aunque a veces nos despistamos y hasta que no tenemos que cambiar la ropa de temporada no nos damos cuenta de que el invierno ya paso. Pero si estamos atentos podemos ver como también se escapa una sonrisa en medio de la reunión de organización, o que el suspiro al finalizar el largo día de trabajo es mas de satisfacción que de hastió.
De pronto un día vuelves caminado a casa y te das cuenta de que todo vuelve a cambiar a tu alrededor, sonríes y, con ganas de disfrutar de todo lo que aun te queda por vivir, te dices, todo vuelve a empezar.

Herman


El retorno

Estaba segura que volvería. Podrían pasar 10, 15, 20 años, no lo sé, pero con el tiempo, los dos queríamos volver a vivir en Barcelona.
Lo había soñado tantas veces. …….. Lo que nunca hubiera imaginado es la manera en que lo hice.
Fue bruscamente, de improviso….,en el preciso momento en que todo me alertó…..Y un miedo sin precedentes fue el que sentí aquella tarde….., el que me empujó a la huída.
Todo apareció ante mí. Como algo ajeno que no podía creer, pero que encajaba pieza a pieza en el gran rompecabezas de mi mente confundida. Y con su luz cegadora y visionaria, tan despiadada como amiga, alumbró aquel miedo intenso y mis desgastadas heridas.
Tenía que correr, salir, dejarlo todo…..para no dejar la vida.
Quería gritar, pedir ayuda…, llorar en stereo y a chorros……pero eso hubiese delatado mi angustia y mi precipitada decisión de escapar.
Así que fue en silencio, para no despertar a la fiera. Como un evadido en un campo de exterminio nazi que intenta acallar hasta su respiración y el corazón se le escapa golpeándolo todo, desbocándose por dentro entre las paredes del cuerpo, como loco en su camisa de fuerza hasta hacerte pensar que va a partirte en mil pedazos.
La noche…. , y aquel miedo….el frío intenso congelando mis huesos…..,y en mi mano, acurrucada y apretada, la de mi hija.
Nada llevábamos, nada teníamos, sólo dolor y angustia. Lágrimas y miedo. Pero por encima de todo eso, una paz incipiente, una medallita de valor y gloria, sobresalía y colgaba del traje harapiento de mi dignidad maltrecha…….., la que debía reparar, - Costase lo que costase - me juré.
Al fondo mi ciudad…., mi casa…, mi hogar…..testigos atónitos de mi retorno.

Maribel Palma/ rpm


El retorno

-Uff, ¡qué desastre! Cuatro meses de ausencia y a la vuelta mira lo que nos encontramos…El frío invierno ha destrozado nuestra casa; ¡esto es un verdadero desastre! Ya podemos ponernos manos a la obra o de lo contrario esta noche nos congelaremos de frío….
-Sí, las ráfagas de viento han hecho estragos, se han llevado la mitad de nuestra casa. Pero dime una cosa: si pudieras elegir ¿no te quedarías siempre aquí? Quiero decir, que si el invierno fuera más cálido y no te obligara a emigrar ¿qué harías?
-Nosotros somos seres hechos para volar y para ser libres. Tenemos dos hermosas alas que nos permiten ir al lugar que deseamos, y la libertad de poder ir y venir siempre que queramos, y éso es lo más hermoso de todo. No lo olvides nunca: vuela, ve donde quieras ir, aunque al final un día regreses, pero sobre todo, ¡vuela!
-Tienes razón. Yo no pienso quedarme anclada, ni mirar cómo pasa la vida. Volaré hasta aquellos lugares donde me lleven mis sueños.
-Y hablando de volar… ¿Quieres que vayamos a comer algo? Conozco un lugar repleto de lombrices y gusanos, y ahora que las culebras ya han desovado creo que podremos darnos un gran banquete.
Y las dos cigüeñas salieron volando desde lo alto de la torre batiendo sus grandes alas en dirección al riachuelo donde les esperaba un suculento manjar.

M.Jose-Asia


UN RETORN MOLT DESITJAT

Feia dies que la Berta no pensava en res més, el buscava pertot arreu, el cridava, però ell no apareixia. Mirava i remirava tots els amagatalls on ell es solia posar, sota el llit, a dins els armaris, dins de cistells i cabassos, a qualsevol racó on una coseta tan petita es pogués amagar.
Era pels volts d’octubre i aquells últims dies havia plogut molt, els barrancs s’havien desbordat i havien inundant horts i camins, Ell encara era petit però ja començava a sortir al carrer seguint la seva mare, podria ser que amb tanta aigua, un d’aquells rierols se l’hagués emportat lluny i no sabés tornar a casa.
La Berta ja no sabia que pensar, després de quatre o cinc dies buscant-lo sense parar creia que ja no el veuria més, que aquella coseta encisadora que li havia robat el cor no tornaria. No recordava haver tingut mai abans una sensació tan estranya, aquella tristor que no la deixava viure tranquil•la, ni quan la renyava la mestra a l’escola, ni quan el seus pares marxaven a treballar fora i ella i la seva germana es quedaven amb els iaios, i ella els enyorava, però sabia que dins d’una setmana tornarien. Ara era diferent no sabia si ell tornaria i no hi havia res que ella desitgés més.
Fins i tot es va posar malalta, li va pujar la febre i sa mare li va donar un got de llet calenta i la va fer anar al llit, però ella no podia dormir, només pensava amb ell , que trobés el camí per tornar, que segur que ell també l’enyorava...Quan feia unes hores que estava donant voltes al llit sense poder agafar el son, va sentir la veu de la seva mare cridant-la: “Berta, baixa que veuràs què hem trobat”. Ella va llevar-se i va baixar les escales d’una revolada amb el cor encongit desitjant que fos ell , i en arribar a la cuina va veure un cabasset al costat de la llar de foc, i quan es va apropar el va veure, allà estava ell mirant-la amb aquells ullets rodons que ella tant havia trobat a faltar.

Maite-Blue