viernes, 19 de febrero de 2016

SILENCIO


SILENCIO
Las doce de la noche. La casa duerme. El tráfico se ha desvanecido. No llueve ni sopla el viento.
Mi cuerpo emite sonidos solo perceptibles en momentos como éste, que junto con el del roce de mi pluma sobre el papel al escribir, son lo único que rompe esta calma, esta ausencia de ruidos, este vacío blanco, brillante, blando, luminoso, que contiene todo y que todo trasciende.
En un instante los sonidos han cesado, el silencio ha salido de su escondite y se muestra, se descubre… la eternidad.


Mariajes





SILENCIO

Su pulso se unió al mío cuando nos tomamos de las manos, cuando un latido llenaba el espacio entre nosotros y el otro, se transformaba en un lazo que nos unía cada vez más a los sueños que flotaban sobre nuestras cabezas.

Sus ojos me ofrecieron una mirada que recogí en mi regazo y caminamos en silencio hacia un futuro desconocido mientras nuestra respiración seguía el ritmo de los latidos de cada corazón.

Nos reímos en el momento en el que un abrazo nos hizo fluorescentes y cuando la ciudad cubierta de estrellas fugaces se encendió.


Marta Albricias





SILENCIO
-¡Por fín en paz! ¡Empecemos!-
Francis cerró la puerta de la habitación. Tzzzz tzzzz tzzz...
-La madre que la... la mosca...
Empezó a espantarla con las manos. -¡Uf por fín! Bueno, a ver si puedo seguir...-
Tzzz tzzz tzzz.
Cogió el periódico de encima de la mesa y comenzó a dar golpes al aire...
-parece que se fue, prosigamos-
Tzzzz Tzzzz y por el otro lado tzzz tzzz y así por todos de la sala tzzz tzzz tzzz tzzz...
Miriam fue a llamar a Francis a la hora de comer. Suvmarido se encerraba cada día en el laboratorio y hasta que no le llamaba no daba señales de vida.
-¡Francis a comer!
-¡Francis venga que es la hora de comer!
-pom pom pom Francis ¿estás ahí?...Silencio.


Lola Ruíz



EL DISCURSO DE UN DIOS MUDO
Dióscoro de Cirene fue discípulo de Nicasio el anacoreta y, a imitación de su maestro, se inició en la vida eremítica. Pero Dióscoro no se conformó con apartarse del mundo, él quiso protegerse con un muro de silencio. Así fue como inició la vía mística del silencio, pues lo que le defendía de las tentaciones fue a la vez su medio de avance espiritual.

Este camino que nos ha de conducir a Dios consta de cinco fases:La fase uno es preparatoria y el iniciado debe reflexionar sobre la siguiente verdad: Con frecuencia hablamos para conjurar el silencio, no porque tengamos algo que decir.
En la fase dos, el siervo de Dios debe asimilar que más allá de las palabras no está el silencio, está la realidad.

La fase tres es la del gran descubrimiento, pues, a través de la mortificación del silencio, tomamos conciencia de que ni Dios soporta el silencio. Por eso creó el universo.Una vez que nos hemos identificado, aunque solo sea de refilón, con el Creador, podemos abordar la fase cuatro.

En esta etapa escuchamos los distintos silencios hasta que nos percatamos de que el silencio más aterrador es el silencio divino. Por eso nadie ha imaginado un Dios mudo.

En la fase cinco deberíamos oír el discurso mudo de Dios. Desgraciadamente, Dióscoro solo nos dejó dos indicaciones. La primera sostiene que nuestro espíritu debe aprovisionarse como si fuera a atravesar el desierto. La segunda nos anima a deleitarnos con las armonías del silencio.


Felipe Deucalión



SILENCI
Sento com deixem de tocar a terra i l’avió senlaira una mica insegur. Semblo enganxat al seient, i fins que no estem en posició horitzontal, no em crec que he deixat enrere la ciutat. Sóc periodista, i silenci és quasil’única cosa que m'enduc cap a casa. Va ser com si hagués passat els dies entre muts. volia fer un reportatge sobre el què tots ja sabíem, i denunciar les injustícies que s’estaven cometent en el país.

La ciutat era pobra. Els seus habitants vestien amb roba vella, i les cases estaven en bastant mal estat. Només vaig veure una zona, anant amb el taxi cap al meu hotel, on hi havia unes mansions grans i ostentoses, que semblava que no encaixaven amb la resta d’habitatges humils.

Vaig preguntar al taxista, un home bastant gran, que conduïa un cotxe molt tronat, de qui eren aquelles finques. Em va dir que eren del president del país i dels membres del govern. Però de seguida em va tallar i digué que no volia parlar d’això. La resta del dia vaig passejar pels carrersbruts i plens de persones que vivien en precàries condicions. Em presentava com un periodista europeu que estàfent un reportatge pel seu diari, conegut en el vell continent. No vaig tenir èxit. Cap persona va voler parlar de la seva vida ni del país des que governava el dictador. Es posaven pàl·lids i s’esquitllaven. La por es respirava a cada cantonada.

Al tercer dia vaig rebre la visita a l’hotel d’un home vestit com un occidental. Digué que ja estava al corrent de la meva presencia a la ciutat i que ell em contestaria totes les preguntes que volgués per al meu reportatge. Una vegada acabariem, el govern posaria un cotxe a la meva disposició per acompanyar-me a l’aeroport, i no era necessari que la meva estança a la ciutat durés més dies. Ho vaig entendre de seguida  i no vaig voler preguntar res, ni sobre les persones desaparegudes, ni sobre la repressió existent, ni la religió obligatória que imposaval’estat,  ni la utilització de menors en l’exèrcit… Sabia que ho tapaven tot.

Un cop a l’aeroport el xòfer que m’havia acompanyat em va donar un pendrive. Això és pel seu diari. No l’obrifins que no hagi sortit del país. I el silenci va ser el meu comiat.


                                                              

Laia