lunes, 26 de marzo de 2012

LOS EXAMENES

L'EXAMEN

Avui havia de fer un examen i estava molt nerviosa. Semblava mentida que com més gran es feia i més experiència acumulava, el dia que tenia examen se li feia costa amunt.
La matèria la dominava. A més, tenia una certa clarividència i deduia amb antelació quines podien ser les preguntes. Això li permetia preparar-se i desenvolupar bé les respostes. Fins ara tampoc havia suspès cap examen. Però quins nervis! Li havia costat dormir, i al matí s’havia llevat amb un nus a l’estómac.
Sort que el camí el coneix i ha conduit com si la portés amb un pilot automàtic. Quan ha obert la porta de seguida ha sentit la veu…Hola filla, com ha anat la setmana?

Butterfly

¿QUÉ HACEMOS-CÓMO-CUANDO Y POR QUÉ?


—¿Cuál es tu examen? — me preguntó Zerbrack, mientras avanzábamos como podíamos por el estrecho pasadizo de las entrañas de Serpiente.
—Me examinan en "Capacitación para discernir la belleza"—respondí, con voz nerviosa—. ¿Y a ti, Zerbrack?
—A mí me toca "Durabilidad de la honestidad"—respondió él, con un gesto de abnegación.
Enseguida alcanzaron una bifurcación en el pasadizo y ambos se despidieron de forma abrupta, deseándose muy fugazmente sendas suertes.
El hilo de sus existencias, ajeno a sus voluntades, tiraba de ellos midiendo la velocidad de sus respectivos pasos. Hoy les prescribía examinarse de esas pruebas vitales y ellos no podían hacer nada por intentar centrarse en otros menesteres.
El designio nos plantea exámenes ineludibles, diarios y continuos. Tan asimilados llevamos estos exámenes que no podemos percatarnos de estar inmiscuidos hasta la médula en su dinámica.

Orfeo

L’ EXAMEN EN BLANC

Aquell dia estava especialment nerviosa , tot i que estava molt avesada a presentar-me a exàmens a la carrera, aquell era un examen especial: era l’oposició per a guanyar la plaça de funcionària.
No ho vaig poder evitar, i uns minuts abans de començar vaig haver d’anar a vomitar:ho vaig fer d’amagatotis, sense escarafalls...
Després, em vaig rentar la cara, pentinar i pintar els llavis i vaig sortir del lavabo alleugerida, disposta a triomfar, no en va m’havia tancat durant mesos i mesos a estudiar.
Vaig mirar les cares embotides dels meus companys i em vaig tranquil•litzar en intuir l’alteració de la majoria dels participants.
Quan em vaig asseure a la taula on faria l’examen, vaig tancar uns segons els ulls i vaig respirar profondament, tal i com m’havia entrenat.
El bombo va girar i van caure 3 boles amb els temes, un d’ells a triar. Em vaig alegrar: eren temes que em sabia prou bé.
Finalment, amb el paper i bol•lígraf a la mà vaig començar a escriure, escrivia i escrivia, però les lletres s’anaven esborrant soles , tornava a començar i les lletres es tornaven a esborrar, el paper es tornava a quedar en blanc, era com un automatisme establert , se’m va fer un nus a l’estómac i de sobte:
Em vaig despertar, amarada de suor i amb una gran acceleració al cor.

Rosavents

ELS PRIMERS EXAMENS


Aquella nit li costava agafar el son, estava neguitós, tenia una sensació desconeguda que el desvetllava i li feia venir a la ment un seguit de records. Recordava com de petit havia hagut de començat a treballar molt aviat, com ajudava al seu pare a fer de pastor, portant el ramat d’ovelles travessant les muntanyes per vendre-les a la ciutat, tardaven setmanes en fer aquell recorregut camp a través. Pensava en el poc temps que havia pogut anar a l’escola i en les coses que en aquells mesos havia après i com més endavant quan va tenir fills els va poder ajudar a fer les divisions, a resoldre els problemes de mates i aprendre la conjugació dels verbs, en les ganes que li van quedar d’aprendre’n més quan va haver de plegar perquè va venir la guerra.
Més endavant quan els seus fills encara eren menuts, tota la família va marxar a viure a la ciutat, allí van obrir una fruiteria i ell i la seva dona hi havien treballat fins que es van jubilar feia ja un any. De seguida que es va jubilar va pensar que ara ja tenia temps per poder tornar a l’escola i aprendre el que la guerra li havia estroncat. Encara que li va costar un mica un dia es va decidir i va anar a una escola per a adults que hi havia al seu barri i els va explicar que s,hi volia apuntar. Ara se n’ adonava del motiu del seu neguit: l’endemà tenia els primers exàmens de la seva vida, això li feia una mica de por, però a la vegada tenia una desconeguda sensació de felicitat.

Maite-Blue

EL EXAMEN DE LA LECHERA

Si apruebo este examen, podré pedir el Certificado de Primer Ciclo, así si convocan oposiciones del Grupo de Diplomados tendré la titulación necesaria para presentarme.
Si apruebo las oposiciones de Diplomados, continuaré con la carrera y en un par de años me licenciaré.
Si me licencio en dos años, podré presentarme a las próximas oposiciones del Grupo de Licenciados.
Cuando apruebe esas oposiciones ganaré más dinero y podré comprarme un pisito y dejar para siempre el de alquiler, vivir en la casa de otro no me ha gustado nunca.
Si me compro un piso, seré uno de los millones de propietarios que hay en Barcelona y tendré mis reuniones de Junta, las discusiones interminables con los vecinos, los gastos de comunidad, las derramas...
Si la crisis continúa y me recortan más y más el sueldo, no podré hacer frente a tantos gastos y partes alicuotas, incluso es posible que ni tan sólo pueda pagar la hipoteca.
Si no puedo pagar la hipoteca, tendré que pedir ayuda a Bienestar Social, o a la asistenta social o al Ayuntamiento, pero como soy funcionaria no me darán nada de nada.
Si no me dan nada, y mi sueldo es cada vez más bajo, perderé mi nuevo piso y me quedaré sin vivienda y con una enorme deuda con el Banco para engrosar la larga lista de morosos e insolventes.
Si el Banco se queda con mi casa, terminaré, en el mejor de los casos, alquilando un pisito como éste, chiquito y vejete, con la carrera terminada y dos oposiciones más aprobadas.
Si...
¿Sabes que te digo? ¿y si no me presento al examen?

Ginebra


LOS EXÁMENES A EXAMEN

Llegó la hora del examen y el silencio se hizo con el aula. Al abrir el cuadernillo, que supuestamente contenía las preguntas, los estudiantes se encontraron con una carta que decía así:
“Queridos alumnos,
Os sorprenderá que por primera vez un profesor os escriba una carta y que esta, sustituya a las preguntas que estabais esperando hoy: este examen no será como los que lleváis haciendo durante todos estos años. Hoy os convido a reflexionar conmigo porque lo que más me importa como docente, es saber por qué en ocasiones no conseguís aquel objetivo para el que os creo capaces.
Los exámenes de contenidos, per se, valen poco y si los hago es porque me obliga la inspección y solo los justificaría en los cursos a distancia o para aquellos alumnos que por circunstancias no pudiesen asistir al aula.
Lo que sí os pediría es que a partir de hoy reflexionaseis un poco más sobre la importancia de vuestros estudios, que los valoraseis más globalmente, que aprendieseis a disfrutarlos, que participaseis más en clase y en todos sus proyectos; eso sería es razón suficiente para que aprobaseis el curso. Si además hacéis correctamente los ejercicios, los trabajos, las presentaciones y os involucraseis más en todos los aspectos que conlleva cada asignatura, podríais obtener la máxima calificación; si no, ahí estamos los profes para indicaros individualmente en qué debéis mejorar.
Redactar, debatir, contrastar, averiguar, investigar, reflexionar, exponer, comentar, argumentar, opinar… Quien domine estas estrategias a lo largo de sus estudios tendrá herramientas que le acompañarán de por vida, que podrá aplicar a cualquier disciplina y con proyección de futuro, dando sentido a la verdadera esencia de la educación: haciéndole más libre”.
Eran las siete de la mañana cuando sonó el despertador y le esperaba un día complicado con examen parcial incluido: deseaba que aquella carta no hubiese sido un sueño.

Mart@

ANSIEDAD

Entré por la puerta acristalada que daba a un gran Hall. Una escalera surgía del centro. Me quité las gafas de sol para ver mejor. Un nudo me oprimía el estómago y apreté el bolso contra mi pecho. La madera del suelo resplandecía como recién pulida. En los cuatro puntos cardinales de la habitación, había cuatro puertas, también acristaladas, con preciosos cristales pintados, emplomados como vidrieras. Y en el centro, aquella escalera brillante como si de madera marmórea se tratase. Me dirigí hacia la escalera y con un pié en el primer peldaño, miré hacia arriba. Dos plantas me esperaban y la gran lucernaria del techo, llena de hojarasca y barro. Ascendí despacio, peldaño a peldaño. –mala idea ponerme hoy los zapatos negros de tacón y la falda entallada.- Con esos pensamientos seguí ascendiendo, hasta llegar a la primera planta. Resoplando, miré hacia abajo. Desde allí no me pareció que hubiese tanta altura. Al igual que el hall, la primera planta estaba vacía. Un rumor me llegó desde la segunda planta, que también era la última. Me quité la gabardina, metí las gafas en el bolso y el nudo del estómago, se convirtió en dolor. Me dije – Bueno, allá vamos- .Casi de carrerilla, ascendí el último tramo de la crujiente madera. Alguien, que parecía un ujier, me detuvo – Señora, el carné por favor- Con evidente nerviosismo, saqué el monedero del bolso y le dí mi documento. Lo pasó por un detector y me lo devolvió señalando con el dedo hacia el fondo del rellano. Allí, otro personaje parecido al anterior, de inexpresivo rostro, me entregó una hoja mientras me hacía pasar a una habitación, diciéndome en voz alta – Fila 4, columna 6.
Y aquí estoy.¡ Quien lo iba a decir! En mi madurez, vuelvo a mi infancia, con ese nudo en el estómago, sentada en un pupitre. Miro el papel, y leo.
EXAMEN DE BIOLOGÍA TIPO A
1ª pregunta……………………………………………………………………………….

Jordana-Lola

VA, KEVIN, TÚ PONLO

A ver qué se le ha ocurrido preguntar al Calvorota. Pues mira, la primera en la frente, las causas de la revolución francesa, ¿qué coño me importará a mí el lio ese de los gabachos? Si yo ni había nacido, vamos, es que a lo mejor ni siquiera habían nacido mis viejos, fíjate tú si es rancio eso de la revolución francesa.
Desirée, que no es francesa aunque lo parezca, sí que me flipa, de culo me lleva la tía, y esta tarde vendrá a vernos jugar contra los pijos de la Academia Roca. Voy a tener que lucirme, impresionada la voy a dejar.
Mierda, que hijo puta el Saimon, con lo gordo que está no me deja ver nada. Me tenía que haber sentado detrás de Jazmín, que también es una empollona y parece anoréxica. Bueno, Kevin, céntrate que aún no has escrito nada. A ver, otra pregunta, ¿quiénes eran los girondinos?, ¿quiénes eran los jacobinos?, ¿qué diferencias tenían? Un cachondo es el profe, no solo pregunta por unos tipejos que vete a saber quien coño eran, sino que encima el calvorota quiere que le diga en que se diferencian, no te jode.
Aunque lo que a mi jode de verdad es eso que dicen, que Desirée le comió los morros al Layoner en el concierto de Amaral. Pero vete a saber, que igual solo fue un piquito de nada, que a la peña le gusta mucho chismorrear; y además que Desirée me ha agregado en su facebook. Anda, mira el maricón del Moja, ya ha sacado la chuleta, y luego dicen que los emigrantes no se integran, pues éste lo ha hecho rápido, un artista de la copia es el cabronazo.
Ahora que caigo, el Barça se enfrentó la semana pasada al Girondins de Burdeos. A ver si va a resultar que los girondinos del calvorota fueron los fundadores del club ese de Burdeos, y lógicamente los jacobinos debieron fundar otro equipo de fútbol vete a saber de dónde, y la diferencia estará en que el Girondins juega la Champions y el Jacobins no. Muy seguro no estoy, pero,va, Kevin, tú ponlo.

Felipe-Decaulión


PISO COMPARTIDO


Mis compañeras de piso no paraban de repetírmelo: “la constancia es la
clave del éxito”; y como su experiencia superaba con creces la mía, puesto que ya habían opositado en ocasiones anteriores, gravé muy bien el mensaje en mi cerebro. Luisa era la más constante de las tres. Había elaborado meticulosamente un perfecto plan de estudio que a mí me sirvió como modelo para preparar mis exámenes y posteriormente superarlos con éxito. Ana trabajaba por las mañanas, por lo que no desperdiciaba de un ápice de su tiempo, el cual lo dedicaba única y exclusivamente al estudio.
Ocho meses de arduo trabajo nos sirvieron para compartir alegrías, penas y alguna que otra juerga de fin de semana, mientras soñábamos y nos trazábamos nuestros planes de futuro. Ana pensaba comprar un piso para irse a vivir con Manuel, su novio, aunque él nunca estuvo de acuerdo con la idea de que ella preparara oposiciones. Decía que todo era una pamema, que lo único que se pretendía era hacer creer que era un sistema justo en el que todos tienen las mismas oportunidades, pero que éso no era cierto, y que él se negaba a entrar dentro del sistema y que por éso intentaba ganarse la vida haciendo uso de su creatividad, y que lo que él pretendía era llegar a ser un artista reconocido. Pero Ana pensaba que tenía la cabeza llena de pájaros y que con el tiempo se le pasaría.
Los planes de Luisa eran ayudar a su familia y comprarse un pisito en el centro de la ciudad, mientras que yo les decía que a mí lo que me gustaría era viajar y conocer los lugares más recónditos del mundo.

Maria Jose-Asia

LOS EXAMENES DE MARTA


A los 23 años Marta ya estaba decepcionada de los hombres, ella solo quería un novio sencillo y que la quisiera de verdad, pero al parecer los chicos no estaban por la labor, eran unos inmaduros. Esa experiencia le llevo a crear su primer “examen”, el próximo que quisiera liarse con ella tendría que demostrar su madurez. Se preparo unas cuantas preguntas (¿Qué valoras en esta vida? ¿Qué opinas del conflicto árabe-israelí?...) con las que consiguió seleccionar un hombre maduro con las ideas claras. Luego también resulto ser un hombre casado, mujeriego y mentiroso compulsivo. Así que añadió otro examen para poder detectar a los mentirosos. El siguiente no mentía, no lo necesitaba, estaba absolutamente convencido de que era el centro del universo y lo contaba a todas horas con total sinceridad. Examen para descartar a los pedantes.
Cuando la conocí acababa de cumplir los 30 y la lista de exámenes de Marta ya se alargaba durante 5 o 6 citas (descontando las investigaciones preliminares). Por lo demás era encantadora, especialmente cuando se relajaba, sonreía y simplemente se dejaba llevar por el momento.
Decidí que quería probar suerte y le ofrecí toda mi disponibilidad a que me examinara. A duras penas conseguía no reírme durante la primera cita, valió la pena, a la segunda nos reíamos los dos juntos. Supongo que fui pasando sus pruebas, porque nos seguimos viendo varias veces a lo largo de un mes de abril que nunca voy a olvidar.
Una noche después de hacer el amor, me confesó que lo único que me sobraba era ese punto infantil que mantenía ligado a los tebeos y los videojuegos. Pensé que era una broma y la besé. No era una broma, no me devolvió el beso. Por un instante me plantee que tal vez tenía razón, y yo era un inmaduro, me plantee cambiar. Le plantee que cambiaria. No sirvió, ella no quería cambiar.
El otro día mientras esperaba a mi hijo mayor en la escuela me encontré una amiga común. Hacía más de 8 años que no sabía de Marta. Me conto que estaba de baja con una depresión. Finalmente encontró un hombre con la paciencia y determinación para superar todos sus exámenes. Marta feliz le abrió las puertas de su corazón y de su vida. Él entro, tomo todo lo que le intereso, incluyendo el portátil y todos los ahorros de Marta, y se fue como había venido.
Al salir mi hijo me entrego las notas, había suspendido tres. Ya sé que no me entendió, pero le felicite sinceramente por no ser perfecto y le propuse ir a comprarnos un videojuego al centro.

Herman

lunes, 12 de marzo de 2012

LOS PIES

LOS PIES

Se arrastran por el suelo, están cansados, agotados, exhaustos. Cada paso que dan arrastran tras de sí una vida que pesa mucho. Nos cuentan los dolores que soportan, ilusiones no cumplidas, sueños rotos, amores frustrados… Son unos pies que han corrido mucho, que han andado muchos kilómetros, que han saltado, bailado,… y que ahora nos dicen: “que me quiten lo bailao”.
Quizás ahora, a punto de llegar a la meta del camino, hayan conseguido liberarse de las cadenas que los ataban, desprenderse del odio, del rencor y de todo aquello que les pesaba. Quizás ahora podría ser el momento de vivir una vida más plena, de desandar una parte del camino…. pero están cansados y se arrastran por el suelo.

Asia


EL PASSEIG DE MITJA TARDA


Primer la bota. Em costa una mica treure-la perquè està ben cordada, però al final me’n surto. La llenço al terra i no torna, no sé perquè el que deixo caure només torna quan ella mira. Ups!, això blau cel amb un bec d’ànec no ho tenia abans. És una mica més aspre del que m’esperava i no té massa bon gust. Apa, ja està ben xop. Si estiro fort, fort, potser m’ho podré treure. A veure... Ella no mira, està distreta amb la seva amiga, millor, no li agrada gens que em tregui aquests trossets de roba que em posa per sortir de casa.
Ja està! Lliure a la fi!. L’agafo entre les mans i me l’acosto a la cara. Xarrupo amb totes les meves forces, té un gustet dolç que m’encanta. Em costa arribar a les parts més petites, però la més gran l’agafo amb fermesa i me la poso a la boca mentre tanco els ulls, mmmm, què bo!
-“Ha, ha, ha! A veure si tu pots fer això!” Li ha dit una noia al seu amic mentre em mirava rient.
De cop, la mare em mira divertida i diu “Què fas amb el peu a la boca?”

Ginebra


QUI NO TE CAP...

El projecte ja està imprès i guardat. Segur que no m’he equivocat de carpeta...? A veure, la carpeta negre amb el projecte i la vermella amb els altres apunts, tot al maletí. Un bolígraf, el mòbil.... L’USB!!!! Que la darrera vegada me’l vaig deixar i vaig haver de tornar, avui segur que no em passa. I ara no recordo si vaig guardar la presentació!!!! Sort que encara no he apagat l’ordinador. A veure, sí, l’arxiu està, l’obriré no sigui cas de que no sigui la darrera versió. Sí em sembla que està tot bé. Ja el puc guardar. A la butxaca petita, que sinó soc capaç d’estar-me mitja hora per trobar-lo.... Ara crec que si que ho tinc tot... Millor que ho torni a repassar, el projecte, els apunts, l’USB, i el mòbil (deixa’m mira que tingui bateria.... uf, sort encara té la meitat) les claus de casa. Un parell de bolis..... Deixa’m revisar el correu que no hi hagi cap novetat d’última hora i ja surto corrents, que millor anar amb temps. Si surto ja i els metro arriba bé, tindre gairebé cinc minuts i està al costat de la parada, temps de sobres.... Aquest correu és important, però ja el llegiré en un altre moment, elimino aquests tres, clic clic clic fora ordinador..... Un darrer repàs. Que no em deixi les claus altre cop... Val ja puc tancar la porta.... Millor les escales que l’ascensor triga molt. Vinga ràpid..... Per que tothom es para a xerrar quan més presa tens, vinga sortiu del mig.... Ja arribo al metro, i uns minuts abans de l’hora i tot, perfecte, vaig preparant la targeta....La Cartera!!!!!!!!!!!!!!Sabia que em deixava alguna cosa, ho sabia. A veure si porto suelto pel bitllet.... no, no, no, que ahir vaig buidar les monedes, i només faltaria que em coles i m’agafessin els de seguretat. Si corro i l’ascensor està a baix encara puc arribar més o menys bé, segur que ells arribaran una mica tard, 5 o 10 minuts són normals d’arribar tard, a tothom li passa. Corro cap a casa..... Ja ho deia la meva mare, qui no té cap ha de tenir peus.

Herman


LOS PIES DE LA MANOLI

El Mediahostia vivía en el décimo tercera, yo en el primero quinta. Nuestra común afición al Barça y a la cerveza había cimentado una simpática camaradería. La Manoli, tío, ésta sí que está buena, me aseguraba el Mediahostia después de la tercera caña. Hombre, tan buena no está, contraatacaba yo, e invariablemente pensaba: la que te va a caer como se entere el bestia del Usebio. ¡Que no está buena la Manoli!, me replicaba él agrandando los ojos, pero si se parece a Uma Thurman. Ésta era la señal inequívoca para apurar la cuarta caña, pagar a nuestro asiático tabernero, ir al lavabo y volver a casa.
Lo cierto es que la Manoli era rubia, pero ahí se acababa el parecido con Uma Thurman. Ni tenía los ojos azules ni la silueta estilizada, a duras penas alcanzaba el metro sesenta, tenía la cara como un pan de kilo y sus redondeces desbordaban los cánones de la proporcionalidad. Aunque nada de eso impedía que el Mediahostia se reafirmara en la más que evidente semejanza que había entre ambas.
Pero, el más secreto de los deseos del Mediahostia, su más íntimo anhelo, no radicaba tanto en acostarse con la Manoli como en sobarle los pies. Así me lo confesó una noche en la que de las cañas pasamos a los carajillos. Se moría por masajearle las plantas de los pies, por recorrer despacito, pero muy despacito, un empeine y luego otro, con la lengua, y sobre todo ansiaba chuparle los deditos de los pies, mordisqueárselos, se relamía con solo imaginárselo. Creo que en plena euforia etílica le animé a llevar adelante sus planes, pero no podría jurarlo, acabé la noche bastante perjudicado.
Hace dos días, el barbero me comentó que al Mediahostia se le había visto con la Manoli, lo sabía de buena fuente. Él dice que solo le ha tocado pies, pero para mí que se la ha tirado, me susurró en el oído cuando paró de dar tijeretazos. Seguro que al Usebio no le va a hacer gracia la cornamenta, añadió cuando me mostraba mi cogote reflejado en el espejo de mano. Al salir a la calle rememoré por un momento la figura del Usebio, un armario de tres puertas que trabajaba de portero de discoteca, y me estremecí.
Desde ayer la policía especula con la posibilidad de que el Mediahostia se haya tirado por la ventana de su casa. En mi barrio no está bien visto dar conversación a la pasma.

Felipe Decaulion


EN EL PAÍS DE LOS PIES

En el país de los pies vivían una vez: "Pies de plomo", "Pies para que os quiero" y "Tres pies al gato".
"Pies de plomo" actuaba siempre con sumo cuidado y cautela ante cualquier situación; mientras que "Pies para que os quiero" vivía apresuradamente de aquí para allá, como si siempre llegase tarde a cualquier lugar, manteniéndose alerta ante cualquier situación. El que siempre le buscaba "Tres pies al gato", poseía el don especial de hacer perder la paciencia con facilidad a todos los otros pies del lugar con sus inacabables polémicas por todo y nada a la vez.
La vida avanzaba rutinariamente en el país de los pies y sus habitantes nunca se relacionaban entre ellos más allá de sus estudios, trabajos y quehaceres: no se llevaban muy bien porque ninguno aceptaba sus diferencias y las tensiones eran cada vez más evidentes; hasta que un día…en el correo de las doce, llegó al país de los pies un sobre sospechoso y sin remitente el cual les pilló por sorpresa: ninguno estaba seguro de su procedencia; así, “Pies de plomo”, con la prudencia que le caracterizaba, propuso revisarlo minuciosamente antes de abrirlo, a lo que “Pies para que os quiero” haciendo un ejercicio de paciencia sin precedentes, no se aceleró a la primera de cambio y solo se apresuró en tener a mano el funguicida orgánico por si las moscas. Por otro lado “Tres pies al gato”, por primera vez en su vida, no entró en demasiadas polémicas por todo y por nada y accedió a colaborar ante el posible peligro que les amenazaba: ¡Podría tratarse de una invasión de sus más temidos enemigos: los hongos!. Y no andaban equivocados, el resultado del análisis digital les sacó de dudas: una cepa del temido Epidermophyton Flocosum esperaba ansiosa saltar fuera del sobre con fuerza, para invadir el país sembrando el malestar a diestro y siniestro. Pero los visitantes non gratos jamás lo consiguieron y todo gracias a que tanto “Pies de plomo”, como “Pies para que os quiero” y “Tres pies al gato” habían aunado esfuerzos dando lo mejor de ellos mismos y limando asperezas entre ellos….por lo que ninguno de los habitantes del país de los pies abrió el sobre… si no que decidieron echarlo a una fogata y olvidarse.
Fue de este modo, como se dieron cuenta de que se necesitaban los unos a los otros y para celebrarlo organizaron, por primera vez en el país de los pies, una gran fiesta a la que invitaron a otros pies amigos del continente vecino. De entre ellos a “Pies de barro”, a “A pies juntillas” y a “Pies en la tierra, cabeza en el cielo”.

Mart@

UNA FORTA ATRACCIÓ

Una classe d’anglès a Londres, un estiu, una aula plena de gent desconeguda, jo arribant tard el primer dia de classe, trobo una cadira buida al voltant d’una taula rectangular, al meu costat esquerre un noiet japonès. Jo miro a terra perquè m’intimida una mica mirar-lo a la cara, em fixo amb els seus peus, uns peus que estaven només tapats per unes sandàlies destapades del taló, jo que no podia apartar els ulls d’aquells peus, d’aquells talons, d’aquells dits, d’aquella pell suau. Mai havia trobat res tan sensual, jo que em sento atreta per aquells peus, imagino com deu ser el tacte de la seva pell, com seria de plaent passar el meu peu per damunt del seu, jo que no puc estar-me de treure’m les meves xancles i tímidament, però amb determinació a la vegada posar el meu peu esquerre a sobre del seu peu dret, ell que no l’aparta i llavors ell gira el cap i em mira i jo que ara sí, li aguanto la mirada.

Blue-Maite