miércoles, 20 de junio de 2012

FIESTA

FESTA
Festa, mama, vull anar a la festa que organitza l’Edu!
Es que això no és ni festa ni res, nena,
Serà una mena de botellón dins una casa okupa
Tots estaran borratxos, plens de pinxos, percings i ...
Ara t’escolto, ara, això és que li hauria d’haver dit i no em trobaria, de matinada, mirant com passen les hores i repassant mentalment tots els hospitals de la ciutat, perquè si no ve dintre d’una hora la meva nena, desplegaré una operació de recerca que no hi haurà retallada de fons públics que valgui.

Ginebra

TU FIESTA
Tal vez nunca debí  asistir a aquella fiesta,  pero me dejé convencer por Ana, que al verla tan ilusionada no pude decirle que no. Lo cierto es que hay veces en las que una decisión tan tonta como la de ir a una fiesta puede cambiarte la vida para siempre, y entonces te preguntas: ¿por qué? ¿para qué? ¿qué rumbo habría tomado mi vida si ese día no hubiera estado allí? Y pasa el tiempo y continúas haciéndote las mismas preguntas, y sólo esperas que sea el paso del tiempo el que descifre esos enigmas.                                                                                                                            
Ana está bien, vive feliz con tu mejor amigo, mientras que yo pienso en esos cinco años en los que al final todo resultó ser una broma. Mientras tú vivías tu fiesta, porque era tuya, no mía,  yo me limitaba a contemplar la brecha… iba a decir de la pared.

 María José

CONSUMISMO

Una vez terminada la jornada laboral Ana se dirige a la parada de metro más cercana  apresurándose a llegar lo más pronto posible a su casa.  En la calle acaban de encenderse las luces navideñas,  que se mezclan con las de los coches y las de las farolas, y como resultado una extraña sensación de luminosidad que hace que todo parezca mágico. La arteria principal es una amplia avenida con tiendas a ambos lados, abarrotadas de gente comprando desenfrenadamente. Una multitud de personas van y vienen en diferentes direcciones, todas ellas con prisa, cargadas con montones de bolsas y enormes paquetes. Ana contempla este escenario como una marioneta que se niega a que unas manos manejen cada uno de sus movimientos, mientras piensa en lo mucho que le deprimen estos días, diseñados para un exceso consumista. Nota cómo el aire cada vez se vuelve más denso, casi irrespirable, y se siente atrapada en medio de aquella marea humana de la que quiere salir a toda costa. Finalmente consigue llegar a la bocacalle que conduce a la entrada del metro, gira a la derecha y toma una bocanada de aire para recuperar fuerza. Por fin, qué alivio! Lo siento pero yo no estoy para fiestas.






María José

¡¡¡¡QUE NOCHE LA DE AQUEL DÍA!!!!
(Dos colegas)
Así que al fin cayó la María eh?
Pues sí, tío, y ¡no veas cómo lo pasamos!. Hacía tiempo que no había hecho una burrada como esa.
Aquello parecía una sauna, tan juntitos  y pegaditos estábamos…… Claro que el lugar no daba para más, pero qué narices, tenía tantas ganas de mojar, que todo me daba lo mismo, y al parecer a ella también. Así que empecé a besarla, mientras le desabrochaba la camisa. Vaya coñazo tio, ya ni me acordaba de lo que era un botón, con lo fácil que hubiera sido que llevara una de esas con cremallera. En fín que me las ví para desabrocharle los botones. Pero a mí no me jodia la noche unos botoncitos. Así que no sé como, pero al fin la blusa se abrió y no veas, vaya par de melones que gasta la nena. Y me tiré a la faena.  Ella tampoco era manca, y me desabrochó la bragueta.  Bueno tio ya te lo puedes imaginar, nos pusimos las botas, y al final cuando ya estaba la cosa calentita, y me iba a poner encima de ella, zas!, me clavo la puta palanca en los riñones. 
La palanca? Pero tío donde coño estabais? Y qué palanca es esa?
Pues la palanca del freno de mano, ya te he dicho que hacía tiempo que no lo hacía en un coche.
Ostias tio, jua jua jua, ¿a tu edad y aún estas así? ¿Al menos sería un coche guapo no?
Que coño, en el Fiesta de mi tío.
Ostias, vaya mierda de Ford, Pero bueno, al final mojastes o no mojaste? 
¡Pues claro tío, claro que mojé! ¡Había que hacerle honores al Ford, por lo de Fiesta, tu ya me  entiendes………
Jo tío, vaya fiestorros más cutres te pegas, jajajaja.



Lola

FIESTA
Hoy me levando con dolor de cabeza. Tengo 1 semana con muchas cosas de preparar, comprar y organizar. Pues en 5 días es el cumpleaños de mi hijo. Voy a hacer 2 pasteles de chocolate para el cole y tengo que preparar con mis 2 hijos las 22 tarjetas de invitación que mi hijo lo va a entregar mañana a su clase. Vendrá toda la clase. Siempre hemos invitado a toda la clase. El día de su cumple mi hijo tiene un brillo muy especial en su cara. Con un pastel en la mano ( el otro lleva su hermana ) va muy orgulloso a su clase. Ahí muchos le reciben con un abrazo y un beso y le colocan una corona de papel. Así de feliz entra cantando a su clase. Y ahora me toca  a mi colocar los globos y los adornos en mi casa. Ordenar y limpiar todo y  mirar que cosa tengo que esconder para que no se rompa!!! Luego preparar las 24 bolsitas de golosinas y preparar los juegos que vamos a hacer. A las 17 horas ya cansada toca recoger a todos y de fila de 2 en 2 vamos a mi casa. Todos se reparten, juegan, ríen, se pelean, cantan y discuten. Después viene el pastel con las velas y cantamos el cumpleaños feliz. Todos sentados con su pastelito ya se pueden hacer fotos porque ha entrado un poco de tranquilidad y están todos juntos en el comedor. Y ahora los juegos que he preparado yo con mucha risa, ruido, alguna lágrima y alguna cosa que se ha roto, globos, vasos etc.
Se pasa el tiempo corriendo y de poco a poco vienen los padres a recoger a sus hijos. Finalmente todos ya se han ido y estamos cansados y con ganas de dormir. Mi hijo antes de ir a la cama me daba un beso y me decía que era un cumpleaños muy bonito y que el año que viene lo quiere igual. Así de feliz dormían los 2 y a mí me tocaba recoger y limpiar la casa. Pero también con mucha felicidad de una FIESTA hermosa que no nos quita nadie.

Monika

FIESTA

Es de noche i hay luna llena. Se oye la música muy fuerte desde la calle. Camino deprisa hacia la porteria de la casa porqué estoy ansioso por incorporarme al “guateque”. Con mi “chupa” de cuero i mis zapatos puntiagudos de piel marrón me siento irresistible. Llamo al timbre i mientras espero que se abra la puerta peino mi pelo engominado hacia atrás.
- ¡Hola Nacho como estás! Tenia muchas ganas de verte… Lola me da un fuerte beso y me aprieta contra ella con gran fuerza. Siempre he pensado que es una mujer muy guapa que trae a todos los hombres de cabeza y un dia de estos le “tiraré los tejos”.
Me saco la cazadora i voy abriendo la funda de la guitarra mientras me acerco a los chicos que me estan esperando preparados para tocar. Se apaga el tocadiscos i se encienden las luces de la inmensa azotea. El bateria marca el ritmo con las baquetas y nuestra música empieza a sonar.
Mientras toco las cuerdas de mi guitarra, me siento flotar. Veo como todos bailan freneticamente. Lola destaca con su vestido ajustado y el hombre que está con ella casi no puede seguir su ritmo vertiginoso.
De entre la multitud un chico rubio se dirige directamente a Lola y la invita a bailar con el. El hombre sorprendido, increpa al recien llegado y después de una acalorada discusión empuja  al chico. Este le da un puñetazo y se enzarzan en una pelea sin fin. La música deja de sonar y algunas personas intentan separar a los dos contrincantes. En cuestion de segundos, el lugar se convierte en una batalla campal.
Los platos y los vasos vuelan por el aire y hay personas que caen al suelo al tiempo que otras se levantan. Parece que todos se han vuelto locos. Mientras intento resguardarme de los objetos que son lanzados como proyectiles, veo a Lola arrodillada con una mano en la cabeza. Sin pensarlo dos veces y con la guitarra a cuestas, voy hacia ella. La levanto y la llevo como puedo hacia la puerta de salida de la azotea.
Tiene un golpe en la frente. Una vez en el rellano de la escalera la abrazo con fuerza y le digo que la llevo a casa. Ella se vuelve hacia mi y me besa.
- Es a ti a quien queria ver. Vamonos.
Yo la cojo del brazo y le digo que a pesar de todo es la mejor fiesta a la que me han invitado. 

Laia

ÉSTE ESTE VERANO NO MOJA

Triste descubrimiento, mi marido es un remilgado señorito de ciudad. Encaja menos en el pueblo que el carril bici que ha puesto el alcalde y que solo usan los tractores. La cara que puso cuando le dijimos que aquí se caga en la huerta, y que en esta época toca abonar las tomateras.
No sabe qué hacer en todo el día. Le sugerí que podía acompañar al tío Ovidio con las ovejas, sería como ir de excursión, le dije. Volvió francamente acalorado y con un humor de perros. Vale que Federico no siente una pasión desmesurada por las labores de siembra, ni es un experto en la matanza del cerdo, pero podría esforzarse un poco por disimular su indiferencia que en muchas ocasiones se parece al desprecio.
Desde que me ennovié que no había vuelto al pueblo, aunque de cría e incluso de jovencita me lo había pasado en grande de vacaciones, sobre todo por fiestas. Pero a Federico ni eso le ha gustado. La misa solemne, en honor de la patrona, se le hizo interminable. Le repateó los higadillos tener que saludar a un montón de primos y conocidos. Tampoco le vio la gracia a los chismes que la gente comentó en la plaza al salir de misa: que, por más que se maquille y vaya  ceñida, la de la mercería se va a quedar para vestir santos; que, fíjate lo emperifollada que va la señora del alcalde, si se ha puesto pamela y todo. Igual se cree que esto es la boda de una infanta…
Luego, por la tarde, después de la cucaña y los juegos para los críos, cuando han soltado a la becerra para el lucimiento de los mozos, se ha puesto hecho una fiera y nos ha largado una filípica de que él es animalista y está contra la tortura a los animales. Ni animalista ni leches, lo que es, es un cagado, como muy bien le ha dicho mi madre.
Y para remate, resultó que tampoco fue de su agrado la orquestina y tuve que bailar toda la noche con mi prima, como si fuera la de la mercería. Y todo porque el señorito no baila pasodobles ni música casposa. Hay que joderse.
Lo único agradable del día ha sido al acabar los fuegos artificiales, que se me acerca y me dice: te has fijado que les magdalenas se ponen duras y les galletas blandas ¿a qué es curioso? Es una majadería, pero me ha hecho reír, y no ha parado de gastarme bromas hasta llegar a casa. Pero de poco le va a valer, éste este verano no moja.

Felipe Decaulión



LA FOTO
Fue una buena foto, sí señor. Los pude coger a todos. El único que no salgo soy yo. Y me alegro, porque el año que salió mi dedo y no pararon de burlarse de mí en cada encuentro familiar. La de en medio es mama, evidentemente, es su cumpleaños y ella es la estrella. Delante de ella dos pasteles, la famosa competición de cada año. Marta mi hermana, la de la esquina izquierda con trenzas afro, se curro el pastel integral de zanahoria, mucho mejor que el de algarroba del año pasado. Sonia, mi cuñada, la única que mira a la cámara en lugar de a mi madre, se fue a buscar una tarta a la pastelería más cara de la ciudad. Preciosa y deliciosa, y lo más divertido la cara de mi madre cuando le dijo que no podía comerla porque estaba a dieta. Yo sí que repetí.
Al lado de mi madre, mi hijo Carlos y mi sobrina Thais, no entiendo esta costumbre de dejar que los peques soplen las velas, hoy es su cumpleaños no digo ni mu, pero mis velas que no me las sople nadie. Mirando con detalle puedo ver que el fabuloso pastel tiene una pequeña señal en la cobertura de chocolate, encaja bastante bien con la mancha de chocolate en los morros de mi hijo.
Las manos que se apoyan en los hombros de mi madre son los de mi padre. Odia las fotos, al menos las de hoy en día, porque la casa está llena de imágenes de ellos dos en su juventud. Así que lo de la cabeza cortada no es un error, sino la forma de asegurarme de que más tarde no vendrá a borrar-me la foto. De cualquier manera creo que la delicadeza con la que apoya las manos en ella muestra mucho mejor su amor que la cara de palo que pone cada vez que hay una celebración.
A la derecha está mi hermano Juan con su mujer. Tiene el IPAD en la mano, en la foto se puede ver incluso lo que enfoca, un primer plano de su hija con los carrillos hinchado para soplar las velas. Por suerte Thais parece no dejarse afectar por este exceso de protagonismo, una segunda Sonia sería insoportable.
A la izquierda mi hermana y Helena, mi pareja. Por la cara que ponen seguro que Marta ha hecho alguno de sus comentarios “inocentes” sobre su cuñada.
Y vaya, parece que al final también salí yo, no sé cómo me las apañe para hacer la foto con una sola mano pero con la otra estaba cogiendo a mi pareja.
Fue una buena celebración.

Herman

NO ES MI FIESTA
Hace soles que no he vuelto a ver una encina, ni disfrutado de sombras tibias y hierba fresca. Solo un suelo duro  y  tierra yerma por todos lados. Presiento que algo no anda bien; de repente, el hombre del camión y su cuadrilla, me colocan una soga alrededor del cuello que me ahoga; me resisto, no quiero ir a donde sea que me quieran llevar. Estoy enfadado, estoy enfadadísimo.  Siento como alguien me da un golpe por detrás con una vara y voy a por él. Mientras, allá fuera, oigo vítores y gritos de júbilo: no sé donde estoy, estoy asustado y mareado. Me quitan la soga del cuello y se abre el portón. La luz me ciega y con un fuerte mugido salgo corriendo de allí para encontrarme en el centro de un enorme claro rodeado por cientos de hombres y mujeres sentados alrededor que gritan y aplauden.  Veo a un hombre que se va acercando a mí y que me da mucho miedo. No viste como los otros: lleva un traje ridículo, un capote rojo y una espada. Pero no me acobardo, no. A los toros como yo, nos asustan pocas cosas. Levanta los brazos, imitándome, haciéndome la burla; intentando que esos raquíticos brazos se parezcan a mis cuernos. Araño la arena,  bufo, siento mi aliento revolotear y me lanzo a destrozar a ese personaje de mítica valentía. Estoy muy cerca de matarlo... cuando... un dolor agudo, el más horrible, esperpéntico  y agónico que he sentido en mi vida, me atraviesa el lomo, comenzando a sentir mi cálida sangre chorrear por la herida. No sé qué es lo que tengo en la espalda y estoy aturdido: si arremeto de nuevo contra él, la herida me dolerá aún más: apenas puedo moverme del dolor. Siento que un pincho me hurga bajo la piel, levanta mis músculos buscando mi columna. Mujo, con furia e impotencia, pero no me doy por vencido. Lo encaro de nuevo, y esta vez, con la fuerza más descomunal latiendo en mis ojos. Soy capaz de sentir su carne chocar contra mi cabeza, pero una vez más se me escapa, clavándome otro cuchillo justo en el mismo sitio de antes. El flujo de sangre se multiplica y con un agudo dolor, un agónico mugido y la lamentable pero gran certeza de que voy a morir, siento que mis patas traseras flaquean,  que los tobillos me tiemblan. Mi corazón apenas bombea sangre y rendido…silencioso… caigo al suelo. Mis músculos ya no me duelen y lentamente voy entrando en un sueño tranquilo y profundo, recordando mi campo, mi tierra, mi hierba fresca y verde y la sombra tibia bajo las encinas.

Marta




lunes, 4 de junio de 2012

AGUA

AGUA
Ayer estuve después del trabajo caminado por el centro de Bremen que es precioso, y me senté en el portal que esta catalogado por la UNESCO como patrimonio universal y de la humanidad.
El Markplatz, asi se llama es precioso; a un lado Roland que es el la estatua erejida, como simbolo a los derechos de la ciudades y de los ciudadanos, al otro estremo del Markplatz, el" DOM" o la Catedral Sant Pedri Dom zu Bremen, que es la Iglesia evangelica con representacion al protentantismo.
 Estaba simplemente sentada disfrutando del maravilloso sol !
El sol en Bremen es quien rije la vida del boulevard que hay entre el DOM y el Markplatz.
 Me saque el jacket que llevaba encima, porque me sofocaba, no llevaba medias felizmente, me solté el cabello, estaba con lentes oscuros y por eso podia obserbar indiscretamente a la gente  que despreocupada pasaba de largo.
Disfruté mucho, me saque los zapatos, movía los dedos de los pies con energía, estaba tranquila, no pensaba en nada, ni en nadie! .
Luego de una hora, fui hasta el atrio de la Iglesia, y entre al DOM, fui hasta el agua bendita, moje las manos,  pase el frescor del agua por mi nuca, por mi cuello y rostro, ore.......prendí dos velitas una por mi hijo una por mi.
 Regrese a casa, en el Straseband ( Tranvia)  felizmente antes que empezara la tormenta que suele manifestarse en Bremen después de cada día soleado por que de lo contrario la lluvia me hubiera empapado toda y agua por este día ya era mas que suficiente.

Amelia


AGUA
Llovía cuando ella se fue. Llovía y aunque no quería creerme que no iba a volver, yo lloraba. Esa era su última burla, después de cuatro años ridiculizándome día tras día ahora conseguía hacerme llorar. Con su pequeña bolsa fucsia se fue a la calle diciéndome “voy a ver si encuentro algo más divertido por ahí, cuando me apetezca ya volveré”.  La seguí hasta la calle suplicando y solo conseguí quedar empapado y grabar para siempre su estridente risa burlona en mi cerebro. Mi único consuelo fue que las gotas de lluvia no le dejaron ver mis lágrimas.
Llovía cuando puse la denuncia de su desaparición 15 días después. Llovía y yo me odiaba por llorar delante de aquel policía y su sonrisa compresión cuando vio su fotografía y me volvió a mirar. “Des de luego usted puede poner la denuncia, pero ella es libre de ir a donde quiera”.
No fue la lluvia, sino la marea con su vaivén la que me la devolvió. Apenas me quedaban lagrimas cuando reconocí su cuerpo medio descompuesto tras varios días en el agua. Nadie se burlo de mí ese día. Tampoco nadie comprendió mi sensación de liberación.
Volvía a llover en los últimos días de aquel otoño eterno cuando dos policías vinieron a detenerme, podían encerrarme pero ya no me quitarían mi libertad. Los seguí sin ninguna resistencia y acepte todos los cargos renunciando al abogado.
No había llovido el día que la reencontré. Un testigo recordaba su melena rubia y su risa estridente, recordaba también al tipo de negro encogido de espaldas que la seguía suplicando. Es cierto que suplicaba, no lo voy a negar, pero aquel día no llovía, así que no llore.

Herman

¡Y POR FIN…  EL AGUA!
Año 2352 (Discurso de Tácito, sobre la gran revolución Neohídrica ante el senado de Atlantis)
…………En un principio toda la tierra estaba cubierta de agua. Luego grandes cataclismos hicieron emerger la tierra del agua y los peces salieron de ella, y evolucionaron hasta convertirse en hombres. Los hombres de la tierra vivían en bosques, recogían fruta de los árboles y cazaban otras especies menores para alimentarse. Se les llamó los cazadores y recolectores y la tierra les proporcionaba todo lo necesario para vivir, y eran felices. Hasta que llegó un Dios del  cielo que  los expulsó de sus bosques y los envió al desierto. Les enseñó la agricultura para poder sobrevivir. Y aquellos hombres que habían sido los hijos del agua, empezaron a clamar al cielo para que les enviase el agua. Y Dios inventó la lluvia. Hasta que un día, el invento se le escapó de las manos y provocó un diluvio, que volvió a sumergir toda la tierra en el mar. Los que sobrevivieron, siguen vagando por su mundo de tierra firme, pero ya no creen en nada, y sólo se dedican a destruirse los unos a los otros y a destruir la poca tierra que les queda. Por suerte unos pocos de esa especie, se adentraron en el mar y evolucionaron y crearon una sociedad mucho más avanzada que la que habían creado los hombres terrestres. Nosotros los Atlantes, vivimos del, por y para el agua. Disponemos de una sociedad donde todos tienen cabida, hasta la especie más pequeña. Disponemos de  grandes máquinas que pueden ir por el agua como por el cielo. Nosotros los atlantes, por fin estamos en nuestro elemento de donde nunca debimos salir.  El Agua.  ……………………

Jordana- Lola

AGUA
La habitación estaba pintada de color salmón. Se veia a través del agua que se movia suavemente. De vez en cuando una columna de burbujas subia a la superficie. Nuestros cuerpos estaban suspendidos en ella plácidamente.
Más tarde se abrió la puerta y entró una mujer joven y se sentó en el sofá con su libro preferido, pero antes metió el dedo en el agua y la agitó un poco. Todo se movió a nuestro alrededor quedando desdibujado por unos instantes.
Después el sol se coló por la ventana e inundó la habitación. Nuestros ojos se acostumbraron enseguida a la luz del mediodia.
Un hombre vestido con una camiseta verde y unos tejanos entró muy animado en la sala.
- Hola guapa como estás? Hace muy buen dia, podemos salir a dar una vuelta.
La joven se levantó de un salto y se colgó de su cuello. Después de un largo beso salieron los dos de la estancia cogidos de la mano. El cerró un poco las persianas.
Quedamos en la penumbra y el silencio nos acompañó de nuevo. Solo se oia nuestra respiración y el agua fria nos envolvia mansamente.
Transcurrieron algunas horas aunque para nosotros el tiempo no importa. Una luz fuerte nos sacó del letargo y todo nuestro mundo sufrió una sacudida. No veiamos con claridad la habitación y todas las cosas y nosotros mismos estábamos en movimiento. Ibamos a cien por hora. Era el perro. Se llama Blaky y se habia abalanzado encima nuestro para alcanzarnos. No era la primera vez que sucedia.
Enseguida entró la mujer y cogió a Blaky por el cuello regañándole:
- Perro malo cuando aprenderás a no meterte con los más pequeños. El peligro habia pasado. El agua estaba de nuevo en calma y nosotros también.
A los pocos minutos pudimos ver una cara de niño a través del cristal:
- Oye papá los peces nos estan mirando!

Laia


EL ORIGEN DE TODAS LAS COSAS

Quizá como un recuerdo de cuando nuestros abuelos se reunían todas las noches en torno al fuego, ahora en la aldea nos reunimos en el chamizo viejo, donde antes guardábamos las herramientas. El Maestro Cervecero, nuestro chamán, un mago poderosísimo, ha introducido la costumbre de escanciarnos unos vasos de esa pócima de cebada fermentada que tanto nos agrada.
En esta época, en que hace calor y el aire está perfumado, en que ha comenzado la inundación del Nilo y ya tenemos la cosecha a buen recaudo, las reuniones en el chamizo viejo son alegres, hay cebada en abundancia y se canta y se ríe a voces. No es como cuando la siembra, que hace frío y la gente va cansada, y como mucho alguien explica alguna historia antigua, de cuando vivíamos en las montañas.
Sin embargo hoy, el Maestro Cervecero ha impuesto silencio, aunque para ello tuvo que echar mano de esos polvos mágicos que producen un vivo resplandor al lanzarlos al fuego. Cuando nos hemos repuesto de la conmoción nos ha explicado una historia que no había oído nunca. En la noche del primer día, nos ha dicho nuestro chamán, las aguas lo cubrían todo. Entonces Atum, el perfecto, se masturbó y las aguas se agitaron y emergió la gran montaña y con ella las tierras que habitamos. Luego, Atum, el que existe por sí mismo, echó una gran bocanada y surgieron Shu, la humedad, y Tefnut, el aire; y así fue posible la vida. Y a continuación, el maestro cervecero se ha subido las mangas de su túnica y de entre sus manos ha brotado una cría de ibis. Nos hemos quedado con la boca abierta y antes de que las cerráramos, ha añadido: esto contaba mi padre, que lo había oído contar a su abuelo, que lo oyó de pequeño, cuando el mundo aún era joven.
La gente quedó vivamente impresionada, excepto el Mellado, que es un coñón, y comentó, así que el origen de todo está en el agua, acabáramos; y apuró la cerveza de su vaso. Y yo recordé aquella vieja historia que explica que tuvimos que dejar las montañas y cruzar la tierra roja y ardiente, para establecernos en la ribera del sol naciente de este gran río.

FELIPE DEUCALIÓN

AGUA
El padre de Toñín se llamaba Antolín pero en el pueblo no le llamaban Antolín a secas sino Antolín el del Borregón porque un domingo de abril se comió a modo de protesta -a lo “camicace rural”- un borrego asado sin probar una gota de líquido y acompañado de dos hogazas de pan; fue así, con esta acción, como decidió alertar al vecindario y despertar conciencias entre los más poderosos, para poder encontrar soluciones a la cada día más terrible situación que se les avecinaba como consecuencia de la nefasta gestión que del agua, venía haciéndose por aquellas tierras y que en tiempos de sequía, se duplicaba castigando siempre a los mismos: a los que habían confiado, a los que nunca habían despilfarrado ni una sola gota, a los que llevaban toda una vida trabajando y pagando un elevado canon del que nunca habían sabido, ni habían tenido opción a saber de su  administración con la debida trasparencia.
Una mañana de junio Toñín, hijo de Antolín y uno de los niños más espabilados del pueblo, iba camino de la escuela cuando al pasar por la casa de uno de los poderosos, pudo oír el sonido del agua brotando: el mismo sonido añorado y cada vez más escaso en la gran mayoría de hogares. Con la oreja pegada a la tapia de aquella mansión, escuchó atentamente: estaba cada vez más seguro de que no se equivocaba, de que no estaba soñando y de que en contra de lo que se les repetía día y noche a las gentes del lugar, allí había agua y por el sonido del chorro, en abundancia. Sin dudarlo dos veces, corrió hasta la plaza gritando: -“En la mansión del camino del cerro sí hay agua, corre el agua a placer, su pozo está lleno y su fuente brota como un manantial tras las lluvias: lo he podido oír desde la calle: el murmullo del agua y el trajín de baldes y cubetas”. 
Los caminos y callejas del pueblo empezaron a poblarse de vecinos. Incrédulos e indignados al mismo tiempo, salían de sus casas y se apresuraban en llegar hasta la plaza decididos, de una vez por todas, a tirar de la manta y a empezar a pedir cuentas de lo que también era suyo.
Fue de este modo, gracias a la iniciativa de Antolín y Toñín, que las gentes se organizaron para, entre todos, poder repartir el agua que también  les pertenecía.
Marta

DOS GOTAS DE AGUA
Cuando Lucas vio a Martina por primera vez notó cómo su ritmo cardiaco  aumentaba  a tal velocidad que le parecía que el corazón estaba a punto de  salírsele del pecho. Por  un momento tuvo la extraña sensación de que aquella mujer que se presentaba ante  sus ojos era una especie de Náyada enviada por Poseidón y que ahora salía de las  aguas del lago Atitlán. Reconoció a Martina recordándola de niña en Chichicastenango, en el mercado de los domingos en  la plaza principal al que ambos acudían con sus respectivas familias. Los padres de Martina tenían un puesto de flores delante de la iglesia de Santo Tomás, y a Lucas se le antojaba pensar que ella era una flor más entre las muchas que allí se exponían.
Martina acababa de dejar la pequeña embarcación que la había transportado hasta Panajachel, lugar al que acudía a menudo para realizar sus compras cotidianas. Se apresuraba a salir del embarcadero cuando vio a Lucas, allí, parado delante de ella, mirándola como si de una aparición o de un extraterrestre se tratara.
A partir de aquel día las idas y venidas desde un punto a otro del lago se convirtieron en una práctica habitual para ambos, no siendo ningún obstáculo las dos millas de agua que los separaban. Lucas decía que eran como dos gotas de agua salidas del lago, a lo que Martina siempre reía, aunque en el fondo pensaba que eran muchas las cosas que tenían en común y que existía una fuerte simbiosis que los unía de forma sublime y que, de algún modo, los transformaba en seres superiores. La fuerza que este sentimiento tan profundo les proporcionaba, les impulsó a viajar hasta Chichén Itzá (antigua ciudad maya donde la figura de Chac, dios de la lluvia, está presente por todas partes), y así inmortalizar su amor en la Pirámide del Sol.  Tanto Lucas como Martina estaban convencidos de que Chac habitaba entre las piedras y de que su fuerza y su energía podía notarse en cada rincón de aquella ciudad medio derruída por el paso del tiempo. Y allí, en la cúspide de la pirámide,  los dos inmortalizaron su amor, fundiéndose y elevándose hasta niveles infinitos. Dos gotas de agua que se evaporaron y  emprendieron su viaje a través del Universo,  perdiéndose entre las nubes.
Hace ya un rato que ha parado de llover. En una hoja de un árbol penden dos gotas de agua que permanecen la una junto a la otra.
María José
 FLU

Me llano Flu. Soy un riachuelo que ha nacido en un bosque hermoso. Os cuento mi historia del viaje hacía el mar que es mi destino.
Soy muy orgulloso de ser un riachuelo. Hago mi camino a través del bosque y me vienen muchos animales a beber el agua fresca y a contemplarme. También doy de mi agua a todo tipo de flores, plantas y árboles. Todos estan my contentos cuando yo paso. En mi camino también se han encontrado peces, porque ya me he echo un poco mas grande y profundo. Sigo mi camino y de repente cruco con otro riachuelo. Nos saludamos y nos presentamos. El otro se llama Fla y también quiere irse al mar. Nos juntamos y así el viaje va a ser más divertido e interesante. Dado que los 2 tenemos bastante agua cada vez más animales y plantas nos visitan. Y los peces se han triplicado y nos comentan que disfrutan mucho en nuestras aguas. Seguimos unn buen rato y de repente vemos algo triste y apestoso. Paramos un momento y preguntabamos al apestoso que le pasa. Nos cuenta que era un riachuelo muy hermoso y todo el mundo le utilizaba. También quería irse al mar, pero venían hombres y fábricas y le ensuciaban mucho. Tanto que todos los peces se morian y ninguna pplanta y ningún animal más le visitaban. Así se ha quedado estancado y triste y no quería seguir con su viaje al mar. Apestaba mucho y estaba muy sucio, triste y deprimido. Yo y Fla queríamos ayudarle y animarle de seguir. Le decíamos que se adjuntaba a nosotros y le ayudamos en limpiarle. Y así con mucha tristeza y miedo se juntaba con nosotros. Los peces se quejaban y algún otro animal nos rechazó. Al principio costó mucho limpiar al riachuelo sin nombre. Pero poco a poco pasando por prados, bosques y piedras pudimos limpiarle. Y con cada kilometro más éste riachuelo se ponía más limpio. A final hasta los peces le visitaron de nuevo y también se animaron todos los otros animales. Ahora sí estaba contento y los 3 riachuelos juntos fluían hacia el mar. Un día se notaba un olor diferente. Nunca se olía algo asi. Y se veía el mar !!!!Que ilusión !!!!!!!!!!
Los 3 riachuelos estaban tan felices y exitados porque han llegado al mar y han cumplido con su misión.
Moraleja: Si alguien esta triste y necesita ayuda hay que animarle,apoyarle y empujarle. El tiempo hace el resto. Y asi se tendrá una amistad para siempre.

Mónica