domingo, 31 de marzo de 2019

LAS DOCE Y MEDIA



MEDIANOCHE
El reloj de la estación marca las doce y treinta minutos del mediodía. Hace un calor insoportable. En el banco más próximo a la puerta de entrada y salida de los pasajeros se sienta Manuel. Con una barba que casi le toca el pecho y una cara quemada por el sol, ve la vida pasar. Desde su rincón habitual, observa las idas y las venidas, las bienvenidas y las despedidas, las carrerillas…

Este ambiente tan dinámico le distrae; ver los trenes le devuelve a sus mejores recuerdos de infancia cuando jugaba con sus amigos en el callejón ahora lejano. El ruido de los frenos, los silbatos, el tracatrá lento de los convoyes no han dejado nunca de formar parte de Manuel.

Sentirse solo es el pan de cada día; pasa los días en la estación "subido a un tren" que hace un tiempo quedó atrapado en vía muerta.

Manuel se siente invisible a todo, por ello esta mañana se ha quedado muy sorprendido cuando una persona se le ha acercado y le ha preguntado si sabía el camino para llegar hasta la Barceloneta, quedándose un buen rato a conversar con él.

Seguro que mañana volverá a la estación con los ojos más brillantes que nunca, con la esperanza de volver a hablar con alguien. Quién sabe si se retocará la barba, se pondrá una camisa limpia y le cambiará los cordones rotos a las botas. Y es que de repente, como si despertara de un letargo, se ha dado cuenta de que el último tren, el de medianoche, todavía no ha pasado.


Marta Albricias




LAS DOCE Y MEDIA
Falta poco para el acontecimiento…
No tengo claro para qué tengo que encontrarme, no sé si pretenden meterme miedo, para que ceda a su pretensión o quizás esperan les facilite la información secreta de la que soy privilegiada conocedora. Me recorre un sudor helado por todo el cuerpo, desconozco esa organización D.O.C.E.Y.M.E.D.I.A.tras mi sutil investigación apunta a trama oscura.
Desde que contactaron conmigo y me obligaron a aceptar bajo el velo de la presión, recibo llamadas misteriosas…Unas veces sonidos guturales como respuesta, otras escuchan en silencio y cuelgan…pero lo peor es cuando dicen conocer a mi familia, hijos, esposa, padres…
Tengo diferentes intentos de ponerlo en conocimiento de la policía, pero ya me han advertido que saben de todos mis movimientos. ¡¡Cretinos!!
Decidí contárselo a Elena, ella es experta en redes mafiosas, y bandas organizadas. Pero como tengo pocos datos al respecto poca investigación puede hacer.
Lo curioso, es que tienen un tono al hablar, dulce, tranquilo, sociable, y como quien se preocupa de tu persona  y ahí es donde me pierdo en mis cavilaciones. Porque a pesar de todo lo que percibo no son del todo desagradables.
Voy a ducharme, vestirme y a esperar al chofer que han dicho me enviarían para llevarme al lugar del encuentro. Imagino un gran coche negro,  chófer uniformado y gorra, amable, discreto y callado…sobretodo callado.
Al sonar el timbre, dudo y nerviosa abro la puerta. Sorprendentemente no esperaba un personaje como el que veo delante del umbral…
Un anciano, de suaves y dulces facciones, pelo ralo y largo teñido del color por el paso de los años, alarga su mano para hacer más entrañable nuestro encuentro, consciente de mi sorpresa. Su boca descubre una sonrisa sincera permitiendo mi relajación.
De habla pausada, segura y afianzada me invita a salir y entrar en el auto que no tenía ningún parecido con el que había imaginado.
Una vez en el coche, que conduce él mismo, empezamos a hablar de forma amigable, pues en mí habían desaparecido todas mis desconfianzas. Dice venir de otro mundo, y a cada palabra, observa de soslayo la expresión de mi cara. Dice venir para realizar un plan a través de mi persona…Yo mirándole fijamente atónito, exploto y disparo… ¿a través de mi persona? ¿Qué tengo yo que ver con tus planes? ¿Quién te ha facilitado mi teléfono,  dirección…?  Y ¿quién ha decidido semejante estupidez?

Tranquilizándome me cuenta lo que significan las siglas de todo este tinglado: D.O.C.E.Y.M.E.D.I.A. Dios Observa, Cree, Escucha, Y Media, Eligiendo Identidades Aptas.

Maribel




LOS SENTIMIENTOS SÍ ESPERAN
Hoy hemos quedado por la mañana. Presto, me dirijo a la cita. Los cuerpos de los viandantes son conos que eludo sin rozar, a veces efectuando medio giro de bailarín.
Aunque voy tarde, decelero, pues la camisa se me pega al torso y me siento como un Donuts de chocolate en verano, así que detengo el impulso de los brazos al andar.

Consigo estar a la hora, con el coste (a pesar de las precauciones), de haber sombreado el costillar en la tela y presentar la frente trasudada.

En cinco minutos el termostato se apaga.

Las 12.40h. Detecto que la dependienta de la corsetería de enfrente me mira de reojo y empiezo a moverme arriba y abajo, fingiendo conversar por teléfono, no quiero que suponga que soy un debutante en el fetichismo o un depravado indeciso. Durante el corto camino, un monopatín eléctrico y una señora que anda en diagonal, casi me arrollan y aún se despiden girándose con muecas de desaprobación.

12.45h. Un hormigueo que conlleva el enfado evoluciona en mí, y es entonces cuando me abstraigo del paisaje y sus habitantes, comprendiendo que en realidad solo busco una excusa para ser feliz, y la solución más fácil a esta meta universal, es la señorita con la que he quedado: Tiziana Trebbiare. Por eso, antes del café propuesto ya me he comido los 25 minutos de retraso, porque con ella he entendido la definición de “amar”, en parte por la gratificación de los magistrales abrazos de terminal de aeropuerto, que al romperse al hacer descender con delicadeza sus dedos reconociendo la curvatura de mi espalda, se deshacen como la espuma de las olas al orillar, entrando yo entonces, en un letargo con suspiros que me inducen al bucolismo, una deleitosa ñoñería, un detalle que remonta a estupendo, un día convencional. Sensación esta, que algunos hombres desprecian para no perder puntos dentro del rango de “machos”, aunque igualmente la sientan y disfruten sin admitirlo, pero entendamos que deben cumplir las normas de conducta de un código ancestral.

Cuando Tiziana aparece en la lejanía, su presencia anula la parte negativa de la mañana, el saludo nos une en un bizcocho de dos pisos; somos los adorables muñequitos que coronan la tarta, comestibles pero sin vestimenta nupcial. El llamativo abrazo me insufla vida y el beso la rellena de júbilo.

Los impacientes o los inmersos en un irreal enamoramiento, se marchan, pero los sentimientos veraces, los que asume este escribano sí esperan.

Xavi Domínguez

domingo, 17 de marzo de 2019

EL CUADRO



Dr. Gachet , 1890
Vincent Van Gogh





A esas horas de la tarde la cafetería está abarrotada. Como todos los días,  parejas y  grupos de amigos charlando y riendo animadamente.

Tras echar una larga ojeada por las mesas ocupadas, el señor Juan se acerca a la barra frente a la estrepitosa máquina de café y, como todos los días, pide un café con leche y una magdalena a Pedro.

Con una tímida sonrisa le pregunta con un susurro:
-Pedro, ¿Ha llegado ya mi mujer?
-No Sr. Juan, hoy no la he visto por aquí.

Lentamente moja la magdalena en el café con leche mientras mira hacia la puerta cada vez que alguien entra. Al cabo de un rato paga y se marcha, no sin antes mirar una vez más a su alrededor. Pedro, el camarero le sigue con la mirada. Hace ya tres años que Juan le pregunta lo mismo todos los días: el anciano no se resigna a la idea de que su mujer ya no volverá nunca más.


Marta Albricias







Bajo las sombrillas, 1936
Max Beckmann





Durante el crepúsculo la playa se tiñe de sepia, la arena se vuelve anaranjada y el agua más oscura. Sentados bajo las sombrillas junto a la orilla Paul sonríe, y una vez más lo que veo a mi alrededor y más allá es lo que sueño. Dos semanas inolvidables y regreso a lo diario.

De nuevo ante el teclado, cabe la posibilidad de no recordar la contraseña.

Marta Albricias













EL CUADRO
Paseo por una de las mejores salas de Arte pictórico
Me invade la misma sensación que cuando era niña
Elegía qué hacer durante una tarde festiva.
Libero la imaginación para disfrutar de mi pasión
Plasmar en un lienzo...
Lo que ven mis ojos...
Lo que siente mi corazón...
Lo que intuye y percibe mi mente futurista...
¿Cómo dibujar una sociedad inclusiva?
¿Qué colores "arcoísticos" la definirían?
Sé que debo evitar el monocolor,
y ser demasiado elitista con los colores primarios.
Para aquellos que lo desconocen
Nada en este mundo se compone de un solo color.
Todo se compone de una amplia gama,
y cada una ha de elegir la que va y favorece su forma de vida.
Una Amplia y Variada Gama escogida con delicadeza favorece
y armoniza la vida.
Si en algún momento se te impone un colo dessgradable...
Mézclalo con la gama que elegiste delicadamente para tí
y verás suavizada la imposición.
Llegué a casa, fui al cuarto cogí un gran lienzo lo impregné de múltiples colores
Y el resultado final fue el Arco íris de la vida.


Maribel




TERÁPIA PICTÓRICA
Una cara hundida en la tristeza, despedía el reflejo del escaparate. Un artista sumido en la desidia, sin ganas de volver a la pintura debido a la frustrante carrera, de alguien cuyas ilusiones se hallaban despedazadas, en estado crítico.

La tentación de la escandalera de romper telas, tirar el caballete y verter las pinturas, insistía como idea dentro de su persistente desazón, que daba pasos aproximándose a la ira, pero Maceo Mendes no gustaba de las excentricidades y no consentía dejarse llevar por un arrebato paranoico en contra del mundo. Para no caer en el estereotipo del virtuoso amargado e incomprendido, apretó los dientes, amarró el bozal y contuvo la rabia hasta disuadirla.La meditación en el estudio fue un monólogo silencioso donde se debatía la desobediencia entre dos capitanías con reconocida autoridad: cabeza y corazón. El duelo se zanjó con tablas. Para poner en práctica la resolución, Maceo preparó los botes de pintura acrílica y diversas combinaciones, un juego de pinceles y se anudó un trapo con evocaciones a aguarrás, el antifaz con el que iba a perpetrar esa nueva creación. Pretencioso, sí, descabellado y presuntuoso también, pero esas son características aceptables dentro del comportamiento artístico, así que iba a pintar mirando hacia su interior, un viaje a los sentimientos, privado de la vista para no estar condicionado. La expresividad con carta blanca. Sin pausa ni elementos de distracción, la tarde devoró la noche y en esas horas de sueños interrumpidos, Maceo resopló bajando la barbilla, con ese gesto de complacencia e innegable extenuación, del tenista que ha ganado un partido maratoniano.Venda fuera, masaje facial y estiramientos para encajar la musculatura y dar tiempo a que sus sentimientos se aposentaran, para juzgar la valoración desde la templanza. El diagnóstico de la analítica pictórica era irrefutable, en el revoltijo cromático vivaz del acrílico todavía fresco, había dibujado una cabeza almendrada como la suya, pero con rasgos difusos, rodeada por incompletas caracolas de azul intenso, entre cañones de luces verticales, el significado de su infinita ilusión. En sí, el cuadro transmitía la potencia lumínica que generan los carteles de neón de una metrópolis y enclavada en el surrealismo donde apenas se distinguen formas, era una alegoría a la vida, de alguien con la esperanza incapacitada, pero hambriento por difundir y contagiar sus sensaciones. A ciegas, siendo honrado consigo mismo, el sublime empuje creativo le había marcado un tímido rubor y un semblante alegre. Transcurridos unos minutos, el pintor desvío su atención del lienzo. El bote con agua sin usar, listo para enjuagar las cerdas de los pinceles, era de un azul índigo que bordeaba el negro. Un cielo encapotado por perversas nubes de tormenta. Terapia saldada, en ese caldo se concentraba toda la adversidad de un autor que no tardaría en ser respaldado por el reconocimiento popular.


Xavi Domínguez























domingo, 3 de marzo de 2019

LA PASIÓN





PASIÓN
Olas furibundas
Chocando con regias rocas
Contemplan la pasión desatada
De dos enamorados.
Caricias de algodón y caramelo,
Miradas lascivas,
Lenguas pícaras y juguetonas,
Cumbre del deseo.
Conjunción de sudor y esencias,
Cópula voluptuosa,
Unión de dos cuerpos.


Inma




QUERIDA INMA
Es reflejo de cuanto soy
aunque de lejos, no sé expresar con palabras...
el más supremo de los sentimientos!.
Son realistas y se ubican en un espácio y un tiempo, no son solo platónicos... ni el súmmun, de los sentimientos!. Los tilda de no románticos por no ser figurativos, una amiga , apasionada... que no es amor, cuanto escribo!. Que no expreso el amor, como lo sueña... tan divino ; y lo anhela más intenso que en los poemas que yo escribo !. Porque reflejan vivencias de amores inconclusos, que doña timidez y falta de tiempo despojaron...de su fruto!. Me acusa de no expresar con pasión desatada, un amor que no pasó... de agua de borrajas!. Que solo fue una ilusión... por mi, imaginada, un volátil sueño... como el papel donde se halla!. Puede que lleve razón al compararme con esos cientos, que primero vivieron el amor... y después, lo describieron!. Lo mío es solo especulación del origen del fundamento, ese vuelco en el corazón... con su primer, sentimiento!. Puede que lleve razón y sea solamente eso: un amor en erupción... en su recóndito yacimiento !.

Toni


LA PASIÓN
Les debo una descripción
o contarles un cuento
de que es para mi la pasión...
el mayor de los sentimientos.
Es el bien y el mal
al mismo tiempo,
es la antípoda...
en un mismo concepto!
Por pasión se vive
en el mismo extremo,
causándote felicidad
o el mayor, de los padecimientos!

Con pasión... se enfrentan las dudas,
se disipan las fronteras,
se difumina la Utopía,
se hace inmensa... la belleza!
A veces, el discernimiento
se convierte en nebulosa,
hay pasiones que matan
y pasiones... que se gozan!
Es a la vez actitud
y al mismo tiempo sustantivo,
es la energía del motor...
del sistema evolutivo!

A la vez raciocínio
y camaleónico delírio,
puede ser tu mejor baza
o ser también, tu extermínio,
puede liberarte
o convertirte por siempre
en su cautivo!
Sea como fuere
es generosa y desatada,
pocas veces comedida
y...recatada!
Es impulsiva...
altamente valorada,
pocas veces arrogante
y, devaluada !

Es la pasión en el amor
la fuente, la llama,
la eterna condenada a seguir...
por siempre, iluminada!
Es la pasión el ápice,
adjetivo superlativo
que encumbra...
cualquier sentimiento,
a ser eterno, hasta el infinito!
Es la alma máter de lo perfecto,
es , el germinar...
con el mínimo esfuerzo;
es, convertir el trabajo...
en un simple juego,
es rozar la perfección...
y quedar, satisfecho!

Saber que entregaste lo máximo
para lograr ese reto,
es amar con dedicación,
el sumun, de lo perfecto!
(del conocimiento)



Toni





BERENICE…
Vacilé un instante, al verme descubierto, de reojo indagué la cara del criado siendo consciente que no percibió de qué se trataba.

Recogí una por una las piezas blancas desparramadas prosiguiendo con mi objetivo. Me aturullaba en la cabeza los pasos a seguir. Puliría cada una de las piezas dándoles forma cual perla sin cultivar, engarzándolas con filigrana de oro típica de la zona, con un final floral hasta conseguir una gargantilla moderna, digna del cuello de la dama que la luciría.

Una vez acabada, la introduje en una caja aterciopelada color burdeos atándola con un fino cordoncillo dorado. Ya tenía el ingrediente principal para conquistar a mi próxima amada.

A la hora convenida me personé en la Rue Sant Jeromme, invadido por la emoción de volver a ver a Virgine. No era ella quién acaparaba mis deseos, fue el perfume que embriagó mis sentidos y me obligaba a mirar y desear su cuello, largo, delgado, terso, joven...Cómo un quinceañero, sentía la necesidad de volver a estar cerca. Cuando mi imaginación se hacía presente provocaba en mí esos constantes temblores musculares descontrolados, que delataban la urgencia de satisfacer el plan urgido a mi capricho mental, estudiado a la perfección desde mi anterior fechoría no sin mis constantes contradicciones según el periodo de estado anímico de lucidez o no, en el que me encontraba.

Virgine apareció radiante, esplendorosa.Le cedí mi brazo como apoyo para bajar la escalinata cual dama de su clase. Iniciamos el paseo por los frondosos Jardines de la zona. Apenas unos metros, propuso descansar, invitándome a satisfacer mi deseo pasional varonil. Saqué de mi bolsillo el regalo tan delicadamente envuelto. Ella, al ver la joya, salieron-seles los ojos de las órbitas maravillada, alzó su melena dejando al descubierto la parte de su cuerpo que despertaba en mí los deseos más depravados. Ajusté la joya, admiré el esbelto cuello y acariciando suavemente primero y presionando cada vez con más fuerza, satisfice mi deseo.

Horas más tarde, desperté empapado en sudor, miré en rededor de la habitación buscando la caja. En su interior contemplé una parte del cuerpo de Virgine adornado por un collar de falsas perlas.


Maribel





¡TODO AL ROJO!
Después de quedarme atascado entre los asistentes, con la chaqueta colgando y una manga limpiando el suelo, fui colocado en una mesa donde solo éramos dos. Como no podía ser de otra forma, la señorita con la que había departido en la entrada del restaurante, con una construcción inteligible que alegó entre dientes, abandonó la silla que le había apartado para que no fuéramos vecinos directos durante el convite, así que para eludir un mal inicio de cena, atrapé dos canapés de salmón para que amordazaran mi apetencia por reprenderla. Me había sentido un viajero antes de embarcar, cuando recibe el comentario desdeñoso de un agente de aduanas.

La copa de cava estaba tibia, y eso añadió un aspecto peludo y desaseado al funcionario emergente en mi imaginación. En tres minutos mi interés por la velada estaba renovado. Todo al rojo, esa era la apuesta ganadora de la noche. Cabello negro y labios delineados con fervor. El saludo que recibí fue escueto, elegante, adornado con una sonrisa natural no aislada de un deje atenuado de seducción. La diminuta peca al lado del surco labial, los rizos vivaces que se agitaban como la campanilla de una tienda cada vez que accionaba la cabeza, su encanto, su vestido entallado y los mitones a juego, encarnados... Tuve que inspirar tan fuerte para retener mi parte menos caballerosa, que creí haber aspirado las migas del mantel.

La charla fue variada y participativa, y al aparecer la música de fondo, las raíces del íncubo (diablo impúdico), habían hecho lava de mi sangre y arañaban mi afamada timidez de tipo eternamente apocado.Una voz ficticia de jugador colérico, no paraba de alentarme y repetir la consigna “todo al rojo”, el color que englobaba por entero mi contorno, hasta el punto que temía rozarle los dedos enguantados, para no quemarme. No precisaba palparla para enloquecer de pasión, sin embargo, una atadura frente a frente, pero con mis manos liberadas y entrelazadas para sustentarla confeccionando un asiento para que se columpiara, habría sido una inmejorable opción para conocernos, pero encontré tan desaconsejable esta bribonada, como leerse el final de un libro al terminar el primer capítulo. Este timorato pecador incumplía el noveno mandamiento desde que la demoníaca beldad me alborotara. Mis pensamientos eran tan desvergonzados y reprobatorios que no hacía falta ser un estricto censor para condenarme. Respiré el rastro del azufre cuando nos despedimos. Yo tenía el aspecto de alguien que hubiera rodado por una ladera, pero con la lasciva esperanza de traspasar esas inmorales ilusiones en venideros encuentros. Esa noche mi conducta había sido disruptiva, un oasis en mi fracasada existencia amatoria, pero tan reconfortante como una fusión corporal obrada con el más exaltado frenesí. En realidad, el delirio místico y sensorial alcanzable con la agudeza creativa, no lo supera la consumación de los delitos carnales, así que no se encasillen en la frustración del estiaje y sean felices con este secreto que les brindo con afecto.


Xavi Domínguez