viernes, 19 de junio de 2015

IMÁGEN

 





ODA AL ÁMBAR

Ámbar déjame que te agradezca:

Entre el rojo y el verde, avisas, adviertes...anticipas

y con tus intermitencias, premonizas  giros, zanjas, socavones, vallas...

Amigo de sirenas vences el pulso al tiempo, cada vez que éste juega en nuestra contra.

Oh! tú, ámbar.....precavido entre los precavidos! que brillas entre la niebla iluminando caminos sin eclipsar estrellas, reluciendo entre los ocres.

Oh! tú, ámbar, gema orgánica, milenaria resina; deja que tu belleza luzca también en mi efímero cuello

Ámbar...déjame que te agradezca !

Marta Albricias




AL HÉROE DESCONOCIDO
El ingeniero británico J.P. Knight propuso instalar un semáforo, a imitación de las señales ferroviarias, para regular el tráfico en las calles. Así, el 9 de diciembre de 1.868 se instaló en el exterior del parlamento de Westminster el primer semáforo de la historia.

El invento de J.P. Knight, al no ser automático,requería que alguien lo manipulara. Pusieron a un policía para tal menester y desgraciadamente una filtración de gas de uno de los focos provoco una explosión que hirió de gravedad o causó la muerte del policía. Este suceso hizo que se abandonara por bastante tiempo el proyecto de J.P. Knight.Tales son los hechos que registra la historia. 

Sabemos quién fue el ingeniero que tuvo la idea, pero no sabemos nada del pobre policía. No conocemos su nombre ni si tenía familia ni si era joven o viejo. Es más, ni siquiera sabemos si murió o quedó mal herido.

¿Cuántos héroes involuntarios del progreso hay como el policía que accionaba el primer semáforo de la historia?

Felipe Deucalión






SEMAFORO EN AMBAR                   

En aquel momento, su vida era como un semáforo en ámbar, pasaba o se quedaba,  subía o bajaba. Se lo jugaba  todo a una carta, o renunciaba a su sueño.

Sólo unos segundos, el tiempo reglamentario de la luz amarilla, para decantarse a un lado o a otro. Su decisión podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte.  Era un momento crucial. Sus compañeros de viaje tenían que escoger también por si mismos. El semáforo ámbar era para todos pero la elección era individual. Cada uno tenía que decidir su propia suerte.

La mañana había sido radiante, pero repentinamente el cielo empezó a taparse. Fue tan rápido que pronto no quedó ni un pedazo azul, y empezaron a caer los primeros copos de nieve levantándose un viento huracanado. Estaban sólo a doscientos metros de la cima, y esta era su oportunidad de llegar a ella, quizá la última de la temporada. Si bajaban al campamento base, puede que ya no se volvieran a presentaran las condiciones de aquel día, y si seguían adelante podían morir por la tormenta o quedarse sin fuerzas para el descenso desde la cima.

El decidió pasar el semáforo y se encaminó hacia la cumbre. Sus compañeros abandonaron el intento.

Ahora que escribo estas líneas sé que lo logró. Fue uno de los pocos alpinistas que coronó el pico aquel año, y volvió para contarlo.

Laia



INDECISION
Iba con el tiempo muy justo para tomar el avión que la llevaría a su país de origen, adonde regresaba tras duros años de trabajo, convertida ya en persona adulta.  Donde todos se alegrarían de verla y la admirarían. Donde se sentiría importante después de tanto tiempo viviendo en el anonimato de un gran ciudad extranjera.

Al ir a cruzar a la otra acera el semáforo pasaba del verde al ámbar.  ¡Qué dilema! Cruzar con decisión o esperar con cautela.  ¿Y si esto fuera una señal ‘–pensó-, una señal de que quizás no deba tomar ese avión.  En la tierra de su infancia y adolescencia quizás ya nadie la reconocería, nadie recordaría su nombre.  Y cuando se identificara, quizás a nadie le importara demasiado su suerte.

Y el ámbar dio paso al rojo.  Debo ir de todos modos –pensó-.  Quiero volver a casa.

La luz del semáforo volvió a pasar del rojo al ámbar. Sus piernas temblaban y decidió esperar a cruzar totalmente fuera de peligro.  El ámbar intermitente no volvió a cambiar al verde,… y perdió el avión.

Maria Jesús (MaríaJes)




EL MISTERIOSO CASO DEL SEMÁFORO EN AMBAR
Estaba con Artal en el despacho cuando oímos un gran golpe. Nos asomamos por la ventana y en el cruce estaban dos coches que habían chocado uno contra el otro.

Bajé corriendo a la calle mientras Artal llamaba a la policía.
Me acerqué al lugar de los hechos y ví que un coche de color gris que bajaba por Muntaner había chocado contra el morro de otro coche blanco que venía por Mallorca en el cruce. La pareja que iba en el coche blanco, seguían dentro, aturdidos, los airbags habían saltado. Me acerqué al otro coche que estaba con las puertas abiertas, ni rastro del conductor, pero en el asiento de atrás había un hombre bien trajeado que no se movía. Me acerqué para observarlo, y para mi asombro tenía un disparo en la sien.

En ese momento llegó mi amigo el inspector……. Y acordonó la zona, preguntándome si había tocado algo. –Naturalmente que no!- le contesté. Y me marché junto a Artal.
Artal, le dije, este es un caso para la policía, porque todo parece indicar que “la cosa nostra” llevaba un fiambre y tuvo la mala suerte de saltarse un semáforo en ámbar, y el coche blanco le embistió, por lo que tuvieron que salir corriendo dejando el coche abandonado con el fiambre dentro.
->Pero, pero Laertes, todo eso en solo 2 minutos que has estado ahí?-
- Artal, deduzco que ha sido la mafia porque a los del coche blanco no les ha pasado nada, y sim embargo no se han movido del coche. Cuando los ví, tenían una cara de pánico, por lo que debieron ver salir corriendo al conductor y los que le acompañaban, que seguramente salieron con pistola en mano. De ahí sus caras de terror.

Y el disparo era un disparo limpio en la sien, obra de especialistas.
Pues le deseo suerte al inspector………. Le respondió Artal, porque ya sabemos que ese cadáver pronto se va a perder en el depósito, y nadie va a saber nunca que fue lo que pasó.
Correcto mi querido Artal, venga vámonos a seguir con el caso que teníamos entre manos, que cada vez hacienda nos lo pone más difícil……..

Lola Ruíz

viernes, 5 de junio de 2015

FUEGO


SOMOS TÍMIDOS
A veces lo disimulamos. Solemos observar, actuar en la trastienda, sacar conclusiones aventuradas y a veces inciertas por la estupidez de no preguntar abiertamente. Por mucho que queramos no podemos prever nuestro mayor defecto o virtud: el fuego imprevisto interno que sonroja nuestra piel. Surge en las peores circunstancias, cuando menos lo deseamos y cuando menos nos conviene. Sobre todo cuando mentimos y por honestos no podemos controlar los efectos psicológicos de la desfachatez. También cuando nuestra sensibilidad se altera. El fuego nos traiciona sonrojando nuestras mejillas, o nuestros oídos, manos o nucas e incluso a veces el ardor interno de nuestro disimulo no cumplido nos provoca salpullidos diminutos entrañables. En definitiva, quedamos pocos fogosos en el mundo actual polar de frialdad, pero hay algo cierto, que los tímidos ardientes somos sorprendentes, exclusivos, indescifrables y aventajados aunque no lo parezca.

Susana



EL HECHICERO
Cada vez es más difícil reclutar jóvenes para custodiar el fuego sagrado. La mayoría lo considera una tarea absurda. En la actualidad, dicen, todos conocemos la magia que hace brotar fuego del frotamiento de un palo con madera seca. Si se apaga, se vuelve a encender.

No han entendido nada. Se creen que dominan el fuego y no se dan cuenta de que ellos son fuego, de que cada uno de nosotros somos fuego. Por eso morimos cuando nos abandona el calor de la vida, porque se nos escapa el fuego interior que tenemos mientras estamos vivos.

El fuego que cayó del cielo nos recuerda que fue un regalo de los dioses, al igual que la vida. Además, es el vínculo que nos une a nuestros antepasados. Nos dice quiénes somos, somos la tribu del fuego sagrado.

¿Cómo va a ser inútil la tarea de mantener vivo el fuego que cayó del cielo? En realidad es la tarea más necesaria y más noble a que puede dedicarse un ser humano. Ahora, a ver si encuentro algún muchacho que quiera ser mi aprendiz.

Felipe Deucalión


ESTA ES LA HISTORIA
Esta es la historia de un fuego.
Esta es la historia de un fuego que aprendió a arder.
Esta es la historia que ardió y así, le descubrieron.
La historia de un fuego que nació salvaje y sobrevivió.

La historia de un fuego que dio luz y calor, que defendió y que protegió.

Esta es también la historia de un fuego temido.
La historia de un fuego que destruye a su paso.
Un fuego que sabe como sembrar la devastación.
La historia de un fuego que aterra.

La historia de un fuego que reina en las trincheras.

Esta es también la historia de un fuego que hornea los panes.
La historia de un fuego que logra dorar suculentos asados
El mismo fuego que proclama campeones, que une a los amantes; un fuego que un buen día le dio nombre a una danza, que reúne, que festeja.

Este, es el triunfo del fuego
Esta es la historia

Marta Albricias



LA MAÑANA SIGUIENTE
Arnau desde su habitación escucha a su padre exclamar - ¡que horror, estos jóvenes deben de pagar bien caro su salvajada-, su padre a menudo lee el periódico de la mañana y hace comentarios en voz alta de las noticias para que lo oiga su madre, mientras ésta prepara el desayuno, -mujer oye esta noticia:

“Tres jóvenes, uno de ellos menor de edad, han sido detenidos acusados de la muerte de una indigente a la que prendieron fuego tras rociarla con un disolvente en un cajero automático donde dormía, en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi”.


-¡no hay derecho-, continuó el padre, -para colmo sucedió en nuestro barrio, que les pasó por la cabeza , deben ser unos desadaptados, sin buena familia, sin educación, sin, sin sin….


El chico siente un hilillo frío que le recorre la espalda, le produce mucha turbación el comentario, -joder, si supieras papá. En su mente pasan escenas de, discusión, golpes, súplicas, olor a disolvente, fósforos, fuego, humo, gritos, espantosos gritos. Luego correr, mucho correr…


-¡Hijo levántate!- lo apura la madre -ven a comer, ya tienes el desayuno listo y se te está haciendo tarde para ir al colegio.


Con el de carrusel de imágenes en la mente, con un sentimiento de culpa mortificándole, se viste lentamente como si no pudiera levantar los brazos. Va al comedor se sienta en la mesa, esconde la mirada y con aspecto sombrío desayuna, el papá le pregunta si oyó su comentario, contesta afirmativamente con un movimiento nervioso de la cabeza, se levanta, recoge la mochila, le da un beso rápido a su madre y se va corriendo para el colegio, cuando ya está por cerrarse la puerta escucha el grito de la madre – ¡hijo pórtate bien y cuídate en las calles hay mucho peligro!, y el aprieta en el puño de su mano la cajetilla de los fósforos que lleva en el bolsillo del pantalón.

Jesús