viernes, 10 de febrero de 2017

LA SOLUCIÓN




THE SOLUTION
Acababa de salir del curro y estaba agobiadísimo. Me esperaba una solitaria velada sin más compañía que la tele y mis angustias. A la entrada del metro, un subsahariano me dio un papelito que publicitaba a un maestro curandero y vidente, dotado de don hereditario y enorme experiencia. Para demostrarlo añadía entre paréntesis, 10 años en Europa. Era toda una garantía.

Una de sus múltiples especialidades consistía en las relaciones de pareja, lo que incluía: unir amores imposibles, impotencia sexual y recuperar pareja sin causarle daño. Me hizo gracia eso de sin causarle daño, porque yo no estaba muy seguro de si quería recuperar a mi expareja o no, pero de lo que estaba seguro, era de que quería causarle daño. Lo de la impotencia sexual me podía venir bien, pero al carecer de pareja, no era urgente.

Otras especialidades del gran vidente africano hacían referencia al mundo profesional: atracción de clientes, negocios, poder encontrar trabajo y exámenes. Seguro que eran ramas prometedoras en su ámbito laboral, solo que a mí no me hacían falta por el momento.

Por último había una serie de especialidades varías, tales como, mal de ojo, salud, depresión, alcohol y drogas, justicia, problemas familiares, deportes y enemigos. Alguna de estas categorías no me quedaban muy claras. A qué se refería el maestro curandero con deportes. Lo de la justicia, aunque no era muy específico, sabía que lo mejor era no tener tratos con los tribunales, así que podía interpretarlo. Al igual que lo de los enemigos, y en este campo sí que me podía ser útil el gran mago subsahariano. Quería que le arruinara la vida al cretino que se encamaba con mi ex.

El folleto informativo, para finalizar, ponía: trabajo todos los días de 8h a 22h, trabajo a distancia, desplazamiento posible. Seriedad, resultados rápidos y garantizados en 3 días. Y eso fue lo que acabó de decidirme. Se iba a enterar el gilipollas ese que se lo hacía con mi ex.

Felipe Deucalión