lunes, 12 de marzo de 2012

LOS PIES

LOS PIES

Se arrastran por el suelo, están cansados, agotados, exhaustos. Cada paso que dan arrastran tras de sí una vida que pesa mucho. Nos cuentan los dolores que soportan, ilusiones no cumplidas, sueños rotos, amores frustrados… Son unos pies que han corrido mucho, que han andado muchos kilómetros, que han saltado, bailado,… y que ahora nos dicen: “que me quiten lo bailao”.
Quizás ahora, a punto de llegar a la meta del camino, hayan conseguido liberarse de las cadenas que los ataban, desprenderse del odio, del rencor y de todo aquello que les pesaba. Quizás ahora podría ser el momento de vivir una vida más plena, de desandar una parte del camino…. pero están cansados y se arrastran por el suelo.

Asia


EL PASSEIG DE MITJA TARDA


Primer la bota. Em costa una mica treure-la perquè està ben cordada, però al final me’n surto. La llenço al terra i no torna, no sé perquè el que deixo caure només torna quan ella mira. Ups!, això blau cel amb un bec d’ànec no ho tenia abans. És una mica més aspre del que m’esperava i no té massa bon gust. Apa, ja està ben xop. Si estiro fort, fort, potser m’ho podré treure. A veure... Ella no mira, està distreta amb la seva amiga, millor, no li agrada gens que em tregui aquests trossets de roba que em posa per sortir de casa.
Ja està! Lliure a la fi!. L’agafo entre les mans i me l’acosto a la cara. Xarrupo amb totes les meves forces, té un gustet dolç que m’encanta. Em costa arribar a les parts més petites, però la més gran l’agafo amb fermesa i me la poso a la boca mentre tanco els ulls, mmmm, què bo!
-“Ha, ha, ha! A veure si tu pots fer això!” Li ha dit una noia al seu amic mentre em mirava rient.
De cop, la mare em mira divertida i diu “Què fas amb el peu a la boca?”

Ginebra


QUI NO TE CAP...

El projecte ja està imprès i guardat. Segur que no m’he equivocat de carpeta...? A veure, la carpeta negre amb el projecte i la vermella amb els altres apunts, tot al maletí. Un bolígraf, el mòbil.... L’USB!!!! Que la darrera vegada me’l vaig deixar i vaig haver de tornar, avui segur que no em passa. I ara no recordo si vaig guardar la presentació!!!! Sort que encara no he apagat l’ordinador. A veure, sí, l’arxiu està, l’obriré no sigui cas de que no sigui la darrera versió. Sí em sembla que està tot bé. Ja el puc guardar. A la butxaca petita, que sinó soc capaç d’estar-me mitja hora per trobar-lo.... Ara crec que si que ho tinc tot... Millor que ho torni a repassar, el projecte, els apunts, l’USB, i el mòbil (deixa’m mira que tingui bateria.... uf, sort encara té la meitat) les claus de casa. Un parell de bolis..... Deixa’m revisar el correu que no hi hagi cap novetat d’última hora i ja surto corrents, que millor anar amb temps. Si surto ja i els metro arriba bé, tindre gairebé cinc minuts i està al costat de la parada, temps de sobres.... Aquest correu és important, però ja el llegiré en un altre moment, elimino aquests tres, clic clic clic fora ordinador..... Un darrer repàs. Que no em deixi les claus altre cop... Val ja puc tancar la porta.... Millor les escales que l’ascensor triga molt. Vinga ràpid..... Per que tothom es para a xerrar quan més presa tens, vinga sortiu del mig.... Ja arribo al metro, i uns minuts abans de l’hora i tot, perfecte, vaig preparant la targeta....La Cartera!!!!!!!!!!!!!!Sabia que em deixava alguna cosa, ho sabia. A veure si porto suelto pel bitllet.... no, no, no, que ahir vaig buidar les monedes, i només faltaria que em coles i m’agafessin els de seguretat. Si corro i l’ascensor està a baix encara puc arribar més o menys bé, segur que ells arribaran una mica tard, 5 o 10 minuts són normals d’arribar tard, a tothom li passa. Corro cap a casa..... Ja ho deia la meva mare, qui no té cap ha de tenir peus.

Herman


LOS PIES DE LA MANOLI

El Mediahostia vivía en el décimo tercera, yo en el primero quinta. Nuestra común afición al Barça y a la cerveza había cimentado una simpática camaradería. La Manoli, tío, ésta sí que está buena, me aseguraba el Mediahostia después de la tercera caña. Hombre, tan buena no está, contraatacaba yo, e invariablemente pensaba: la que te va a caer como se entere el bestia del Usebio. ¡Que no está buena la Manoli!, me replicaba él agrandando los ojos, pero si se parece a Uma Thurman. Ésta era la señal inequívoca para apurar la cuarta caña, pagar a nuestro asiático tabernero, ir al lavabo y volver a casa.
Lo cierto es que la Manoli era rubia, pero ahí se acababa el parecido con Uma Thurman. Ni tenía los ojos azules ni la silueta estilizada, a duras penas alcanzaba el metro sesenta, tenía la cara como un pan de kilo y sus redondeces desbordaban los cánones de la proporcionalidad. Aunque nada de eso impedía que el Mediahostia se reafirmara en la más que evidente semejanza que había entre ambas.
Pero, el más secreto de los deseos del Mediahostia, su más íntimo anhelo, no radicaba tanto en acostarse con la Manoli como en sobarle los pies. Así me lo confesó una noche en la que de las cañas pasamos a los carajillos. Se moría por masajearle las plantas de los pies, por recorrer despacito, pero muy despacito, un empeine y luego otro, con la lengua, y sobre todo ansiaba chuparle los deditos de los pies, mordisqueárselos, se relamía con solo imaginárselo. Creo que en plena euforia etílica le animé a llevar adelante sus planes, pero no podría jurarlo, acabé la noche bastante perjudicado.
Hace dos días, el barbero me comentó que al Mediahostia se le había visto con la Manoli, lo sabía de buena fuente. Él dice que solo le ha tocado pies, pero para mí que se la ha tirado, me susurró en el oído cuando paró de dar tijeretazos. Seguro que al Usebio no le va a hacer gracia la cornamenta, añadió cuando me mostraba mi cogote reflejado en el espejo de mano. Al salir a la calle rememoré por un momento la figura del Usebio, un armario de tres puertas que trabajaba de portero de discoteca, y me estremecí.
Desde ayer la policía especula con la posibilidad de que el Mediahostia se haya tirado por la ventana de su casa. En mi barrio no está bien visto dar conversación a la pasma.

Felipe Decaulion


EN EL PAÍS DE LOS PIES

En el país de los pies vivían una vez: "Pies de plomo", "Pies para que os quiero" y "Tres pies al gato".
"Pies de plomo" actuaba siempre con sumo cuidado y cautela ante cualquier situación; mientras que "Pies para que os quiero" vivía apresuradamente de aquí para allá, como si siempre llegase tarde a cualquier lugar, manteniéndose alerta ante cualquier situación. El que siempre le buscaba "Tres pies al gato", poseía el don especial de hacer perder la paciencia con facilidad a todos los otros pies del lugar con sus inacabables polémicas por todo y nada a la vez.
La vida avanzaba rutinariamente en el país de los pies y sus habitantes nunca se relacionaban entre ellos más allá de sus estudios, trabajos y quehaceres: no se llevaban muy bien porque ninguno aceptaba sus diferencias y las tensiones eran cada vez más evidentes; hasta que un día…en el correo de las doce, llegó al país de los pies un sobre sospechoso y sin remitente el cual les pilló por sorpresa: ninguno estaba seguro de su procedencia; así, “Pies de plomo”, con la prudencia que le caracterizaba, propuso revisarlo minuciosamente antes de abrirlo, a lo que “Pies para que os quiero” haciendo un ejercicio de paciencia sin precedentes, no se aceleró a la primera de cambio y solo se apresuró en tener a mano el funguicida orgánico por si las moscas. Por otro lado “Tres pies al gato”, por primera vez en su vida, no entró en demasiadas polémicas por todo y por nada y accedió a colaborar ante el posible peligro que les amenazaba: ¡Podría tratarse de una invasión de sus más temidos enemigos: los hongos!. Y no andaban equivocados, el resultado del análisis digital les sacó de dudas: una cepa del temido Epidermophyton Flocosum esperaba ansiosa saltar fuera del sobre con fuerza, para invadir el país sembrando el malestar a diestro y siniestro. Pero los visitantes non gratos jamás lo consiguieron y todo gracias a que tanto “Pies de plomo”, como “Pies para que os quiero” y “Tres pies al gato” habían aunado esfuerzos dando lo mejor de ellos mismos y limando asperezas entre ellos….por lo que ninguno de los habitantes del país de los pies abrió el sobre… si no que decidieron echarlo a una fogata y olvidarse.
Fue de este modo, como se dieron cuenta de que se necesitaban los unos a los otros y para celebrarlo organizaron, por primera vez en el país de los pies, una gran fiesta a la que invitaron a otros pies amigos del continente vecino. De entre ellos a “Pies de barro”, a “A pies juntillas” y a “Pies en la tierra, cabeza en el cielo”.

Mart@

UNA FORTA ATRACCIÓ

Una classe d’anglès a Londres, un estiu, una aula plena de gent desconeguda, jo arribant tard el primer dia de classe, trobo una cadira buida al voltant d’una taula rectangular, al meu costat esquerre un noiet japonès. Jo miro a terra perquè m’intimida una mica mirar-lo a la cara, em fixo amb els seus peus, uns peus que estaven només tapats per unes sandàlies destapades del taló, jo que no podia apartar els ulls d’aquells peus, d’aquells talons, d’aquells dits, d’aquella pell suau. Mai havia trobat res tan sensual, jo que em sento atreta per aquells peus, imagino com deu ser el tacte de la seva pell, com seria de plaent passar el meu peu per damunt del seu, jo que no puc estar-me de treure’m les meves xancles i tímidament, però amb determinació a la vegada posar el meu peu esquerre a sobre del seu peu dret, ell que no l’aparta i llavors ell gira el cap i em mira i jo que ara sí, li aguanto la mirada.

Blue-Maite

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