lunes, 4 de junio de 2012

AGUA

AGUA
Ayer estuve después del trabajo caminado por el centro de Bremen que es precioso, y me senté en el portal que esta catalogado por la UNESCO como patrimonio universal y de la humanidad.
El Markplatz, asi se llama es precioso; a un lado Roland que es el la estatua erejida, como simbolo a los derechos de la ciudades y de los ciudadanos, al otro estremo del Markplatz, el" DOM" o la Catedral Sant Pedri Dom zu Bremen, que es la Iglesia evangelica con representacion al protentantismo.
 Estaba simplemente sentada disfrutando del maravilloso sol !
El sol en Bremen es quien rije la vida del boulevard que hay entre el DOM y el Markplatz.
 Me saque el jacket que llevaba encima, porque me sofocaba, no llevaba medias felizmente, me solté el cabello, estaba con lentes oscuros y por eso podia obserbar indiscretamente a la gente  que despreocupada pasaba de largo.
Disfruté mucho, me saque los zapatos, movía los dedos de los pies con energía, estaba tranquila, no pensaba en nada, ni en nadie! .
Luego de una hora, fui hasta el atrio de la Iglesia, y entre al DOM, fui hasta el agua bendita, moje las manos,  pase el frescor del agua por mi nuca, por mi cuello y rostro, ore.......prendí dos velitas una por mi hijo una por mi.
 Regrese a casa, en el Straseband ( Tranvia)  felizmente antes que empezara la tormenta que suele manifestarse en Bremen después de cada día soleado por que de lo contrario la lluvia me hubiera empapado toda y agua por este día ya era mas que suficiente.

Amelia


AGUA
Llovía cuando ella se fue. Llovía y aunque no quería creerme que no iba a volver, yo lloraba. Esa era su última burla, después de cuatro años ridiculizándome día tras día ahora conseguía hacerme llorar. Con su pequeña bolsa fucsia se fue a la calle diciéndome “voy a ver si encuentro algo más divertido por ahí, cuando me apetezca ya volveré”.  La seguí hasta la calle suplicando y solo conseguí quedar empapado y grabar para siempre su estridente risa burlona en mi cerebro. Mi único consuelo fue que las gotas de lluvia no le dejaron ver mis lágrimas.
Llovía cuando puse la denuncia de su desaparición 15 días después. Llovía y yo me odiaba por llorar delante de aquel policía y su sonrisa compresión cuando vio su fotografía y me volvió a mirar. “Des de luego usted puede poner la denuncia, pero ella es libre de ir a donde quiera”.
No fue la lluvia, sino la marea con su vaivén la que me la devolvió. Apenas me quedaban lagrimas cuando reconocí su cuerpo medio descompuesto tras varios días en el agua. Nadie se burlo de mí ese día. Tampoco nadie comprendió mi sensación de liberación.
Volvía a llover en los últimos días de aquel otoño eterno cuando dos policías vinieron a detenerme, podían encerrarme pero ya no me quitarían mi libertad. Los seguí sin ninguna resistencia y acepte todos los cargos renunciando al abogado.
No había llovido el día que la reencontré. Un testigo recordaba su melena rubia y su risa estridente, recordaba también al tipo de negro encogido de espaldas que la seguía suplicando. Es cierto que suplicaba, no lo voy a negar, pero aquel día no llovía, así que no llore.

Herman

¡Y POR FIN…  EL AGUA!
Año 2352 (Discurso de Tácito, sobre la gran revolución Neohídrica ante el senado de Atlantis)
…………En un principio toda la tierra estaba cubierta de agua. Luego grandes cataclismos hicieron emerger la tierra del agua y los peces salieron de ella, y evolucionaron hasta convertirse en hombres. Los hombres de la tierra vivían en bosques, recogían fruta de los árboles y cazaban otras especies menores para alimentarse. Se les llamó los cazadores y recolectores y la tierra les proporcionaba todo lo necesario para vivir, y eran felices. Hasta que llegó un Dios del  cielo que  los expulsó de sus bosques y los envió al desierto. Les enseñó la agricultura para poder sobrevivir. Y aquellos hombres que habían sido los hijos del agua, empezaron a clamar al cielo para que les enviase el agua. Y Dios inventó la lluvia. Hasta que un día, el invento se le escapó de las manos y provocó un diluvio, que volvió a sumergir toda la tierra en el mar. Los que sobrevivieron, siguen vagando por su mundo de tierra firme, pero ya no creen en nada, y sólo se dedican a destruirse los unos a los otros y a destruir la poca tierra que les queda. Por suerte unos pocos de esa especie, se adentraron en el mar y evolucionaron y crearon una sociedad mucho más avanzada que la que habían creado los hombres terrestres. Nosotros los Atlantes, vivimos del, por y para el agua. Disponemos de una sociedad donde todos tienen cabida, hasta la especie más pequeña. Disponemos de  grandes máquinas que pueden ir por el agua como por el cielo. Nosotros los atlantes, por fin estamos en nuestro elemento de donde nunca debimos salir.  El Agua.  ……………………

Jordana- Lola

AGUA
La habitación estaba pintada de color salmón. Se veia a través del agua que se movia suavemente. De vez en cuando una columna de burbujas subia a la superficie. Nuestros cuerpos estaban suspendidos en ella plácidamente.
Más tarde se abrió la puerta y entró una mujer joven y se sentó en el sofá con su libro preferido, pero antes metió el dedo en el agua y la agitó un poco. Todo se movió a nuestro alrededor quedando desdibujado por unos instantes.
Después el sol se coló por la ventana e inundó la habitación. Nuestros ojos se acostumbraron enseguida a la luz del mediodia.
Un hombre vestido con una camiseta verde y unos tejanos entró muy animado en la sala.
- Hola guapa como estás? Hace muy buen dia, podemos salir a dar una vuelta.
La joven se levantó de un salto y se colgó de su cuello. Después de un largo beso salieron los dos de la estancia cogidos de la mano. El cerró un poco las persianas.
Quedamos en la penumbra y el silencio nos acompañó de nuevo. Solo se oia nuestra respiración y el agua fria nos envolvia mansamente.
Transcurrieron algunas horas aunque para nosotros el tiempo no importa. Una luz fuerte nos sacó del letargo y todo nuestro mundo sufrió una sacudida. No veiamos con claridad la habitación y todas las cosas y nosotros mismos estábamos en movimiento. Ibamos a cien por hora. Era el perro. Se llama Blaky y se habia abalanzado encima nuestro para alcanzarnos. No era la primera vez que sucedia.
Enseguida entró la mujer y cogió a Blaky por el cuello regañándole:
- Perro malo cuando aprenderás a no meterte con los más pequeños. El peligro habia pasado. El agua estaba de nuevo en calma y nosotros también.
A los pocos minutos pudimos ver una cara de niño a través del cristal:
- Oye papá los peces nos estan mirando!

Laia


EL ORIGEN DE TODAS LAS COSAS

Quizá como un recuerdo de cuando nuestros abuelos se reunían todas las noches en torno al fuego, ahora en la aldea nos reunimos en el chamizo viejo, donde antes guardábamos las herramientas. El Maestro Cervecero, nuestro chamán, un mago poderosísimo, ha introducido la costumbre de escanciarnos unos vasos de esa pócima de cebada fermentada que tanto nos agrada.
En esta época, en que hace calor y el aire está perfumado, en que ha comenzado la inundación del Nilo y ya tenemos la cosecha a buen recaudo, las reuniones en el chamizo viejo son alegres, hay cebada en abundancia y se canta y se ríe a voces. No es como cuando la siembra, que hace frío y la gente va cansada, y como mucho alguien explica alguna historia antigua, de cuando vivíamos en las montañas.
Sin embargo hoy, el Maestro Cervecero ha impuesto silencio, aunque para ello tuvo que echar mano de esos polvos mágicos que producen un vivo resplandor al lanzarlos al fuego. Cuando nos hemos repuesto de la conmoción nos ha explicado una historia que no había oído nunca. En la noche del primer día, nos ha dicho nuestro chamán, las aguas lo cubrían todo. Entonces Atum, el perfecto, se masturbó y las aguas se agitaron y emergió la gran montaña y con ella las tierras que habitamos. Luego, Atum, el que existe por sí mismo, echó una gran bocanada y surgieron Shu, la humedad, y Tefnut, el aire; y así fue posible la vida. Y a continuación, el maestro cervecero se ha subido las mangas de su túnica y de entre sus manos ha brotado una cría de ibis. Nos hemos quedado con la boca abierta y antes de que las cerráramos, ha añadido: esto contaba mi padre, que lo había oído contar a su abuelo, que lo oyó de pequeño, cuando el mundo aún era joven.
La gente quedó vivamente impresionada, excepto el Mellado, que es un coñón, y comentó, así que el origen de todo está en el agua, acabáramos; y apuró la cerveza de su vaso. Y yo recordé aquella vieja historia que explica que tuvimos que dejar las montañas y cruzar la tierra roja y ardiente, para establecernos en la ribera del sol naciente de este gran río.

FELIPE DEUCALIÓN

AGUA
El padre de Toñín se llamaba Antolín pero en el pueblo no le llamaban Antolín a secas sino Antolín el del Borregón porque un domingo de abril se comió a modo de protesta -a lo “camicace rural”- un borrego asado sin probar una gota de líquido y acompañado de dos hogazas de pan; fue así, con esta acción, como decidió alertar al vecindario y despertar conciencias entre los más poderosos, para poder encontrar soluciones a la cada día más terrible situación que se les avecinaba como consecuencia de la nefasta gestión que del agua, venía haciéndose por aquellas tierras y que en tiempos de sequía, se duplicaba castigando siempre a los mismos: a los que habían confiado, a los que nunca habían despilfarrado ni una sola gota, a los que llevaban toda una vida trabajando y pagando un elevado canon del que nunca habían sabido, ni habían tenido opción a saber de su  administración con la debida trasparencia.
Una mañana de junio Toñín, hijo de Antolín y uno de los niños más espabilados del pueblo, iba camino de la escuela cuando al pasar por la casa de uno de los poderosos, pudo oír el sonido del agua brotando: el mismo sonido añorado y cada vez más escaso en la gran mayoría de hogares. Con la oreja pegada a la tapia de aquella mansión, escuchó atentamente: estaba cada vez más seguro de que no se equivocaba, de que no estaba soñando y de que en contra de lo que se les repetía día y noche a las gentes del lugar, allí había agua y por el sonido del chorro, en abundancia. Sin dudarlo dos veces, corrió hasta la plaza gritando: -“En la mansión del camino del cerro sí hay agua, corre el agua a placer, su pozo está lleno y su fuente brota como un manantial tras las lluvias: lo he podido oír desde la calle: el murmullo del agua y el trajín de baldes y cubetas”. 
Los caminos y callejas del pueblo empezaron a poblarse de vecinos. Incrédulos e indignados al mismo tiempo, salían de sus casas y se apresuraban en llegar hasta la plaza decididos, de una vez por todas, a tirar de la manta y a empezar a pedir cuentas de lo que también era suyo.
Fue de este modo, gracias a la iniciativa de Antolín y Toñín, que las gentes se organizaron para, entre todos, poder repartir el agua que también  les pertenecía.
Marta

DOS GOTAS DE AGUA
Cuando Lucas vio a Martina por primera vez notó cómo su ritmo cardiaco  aumentaba  a tal velocidad que le parecía que el corazón estaba a punto de  salírsele del pecho. Por  un momento tuvo la extraña sensación de que aquella mujer que se presentaba ante  sus ojos era una especie de Náyada enviada por Poseidón y que ahora salía de las  aguas del lago Atitlán. Reconoció a Martina recordándola de niña en Chichicastenango, en el mercado de los domingos en  la plaza principal al que ambos acudían con sus respectivas familias. Los padres de Martina tenían un puesto de flores delante de la iglesia de Santo Tomás, y a Lucas se le antojaba pensar que ella era una flor más entre las muchas que allí se exponían.
Martina acababa de dejar la pequeña embarcación que la había transportado hasta Panajachel, lugar al que acudía a menudo para realizar sus compras cotidianas. Se apresuraba a salir del embarcadero cuando vio a Lucas, allí, parado delante de ella, mirándola como si de una aparición o de un extraterrestre se tratara.
A partir de aquel día las idas y venidas desde un punto a otro del lago se convirtieron en una práctica habitual para ambos, no siendo ningún obstáculo las dos millas de agua que los separaban. Lucas decía que eran como dos gotas de agua salidas del lago, a lo que Martina siempre reía, aunque en el fondo pensaba que eran muchas las cosas que tenían en común y que existía una fuerte simbiosis que los unía de forma sublime y que, de algún modo, los transformaba en seres superiores. La fuerza que este sentimiento tan profundo les proporcionaba, les impulsó a viajar hasta Chichén Itzá (antigua ciudad maya donde la figura de Chac, dios de la lluvia, está presente por todas partes), y así inmortalizar su amor en la Pirámide del Sol.  Tanto Lucas como Martina estaban convencidos de que Chac habitaba entre las piedras y de que su fuerza y su energía podía notarse en cada rincón de aquella ciudad medio derruída por el paso del tiempo. Y allí, en la cúspide de la pirámide,  los dos inmortalizaron su amor, fundiéndose y elevándose hasta niveles infinitos. Dos gotas de agua que se evaporaron y  emprendieron su viaje a través del Universo,  perdiéndose entre las nubes.
Hace ya un rato que ha parado de llover. En una hoja de un árbol penden dos gotas de agua que permanecen la una junto a la otra.
María José
 FLU

Me llano Flu. Soy un riachuelo que ha nacido en un bosque hermoso. Os cuento mi historia del viaje hacía el mar que es mi destino.
Soy muy orgulloso de ser un riachuelo. Hago mi camino a través del bosque y me vienen muchos animales a beber el agua fresca y a contemplarme. También doy de mi agua a todo tipo de flores, plantas y árboles. Todos estan my contentos cuando yo paso. En mi camino también se han encontrado peces, porque ya me he echo un poco mas grande y profundo. Sigo mi camino y de repente cruco con otro riachuelo. Nos saludamos y nos presentamos. El otro se llama Fla y también quiere irse al mar. Nos juntamos y así el viaje va a ser más divertido e interesante. Dado que los 2 tenemos bastante agua cada vez más animales y plantas nos visitan. Y los peces se han triplicado y nos comentan que disfrutan mucho en nuestras aguas. Seguimos unn buen rato y de repente vemos algo triste y apestoso. Paramos un momento y preguntabamos al apestoso que le pasa. Nos cuenta que era un riachuelo muy hermoso y todo el mundo le utilizaba. También quería irse al mar, pero venían hombres y fábricas y le ensuciaban mucho. Tanto que todos los peces se morian y ninguna pplanta y ningún animal más le visitaban. Así se ha quedado estancado y triste y no quería seguir con su viaje al mar. Apestaba mucho y estaba muy sucio, triste y deprimido. Yo y Fla queríamos ayudarle y animarle de seguir. Le decíamos que se adjuntaba a nosotros y le ayudamos en limpiarle. Y así con mucha tristeza y miedo se juntaba con nosotros. Los peces se quejaban y algún otro animal nos rechazó. Al principio costó mucho limpiar al riachuelo sin nombre. Pero poco a poco pasando por prados, bosques y piedras pudimos limpiarle. Y con cada kilometro más éste riachuelo se ponía más limpio. A final hasta los peces le visitaron de nuevo y también se animaron todos los otros animales. Ahora sí estaba contento y los 3 riachuelos juntos fluían hacia el mar. Un día se notaba un olor diferente. Nunca se olía algo asi. Y se veía el mar !!!!Que ilusión !!!!!!!!!!
Los 3 riachuelos estaban tan felices y exitados porque han llegado al mar y han cumplido con su misión.
Moraleja: Si alguien esta triste y necesita ayuda hay que animarle,apoyarle y empujarle. El tiempo hace el resto. Y asi se tendrá una amistad para siempre.

Mónica

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