TRAFFIC JAM
Somos frenéticos transeúntes que nos cruzamos en el mundo
actual en presencia física que se roza sin calidez en nuestro paso por la vida.
Automatizados, programados y estereotipados a veces. Sin la posibilidad de
parar a contemplarnos unos a otros. Sin la oportunidad de darnos la alternativa
de sentarnos con paciencia a unir nuestras manos para transmitirnos, a través
de ellas, la verdad de nuestras almas.
Susana
CONGESTIÓN
Según el diario de una
nariz
Hora punta:
Vasos sanguíneos inflamados, tejidos irritados con mucosa
abundante, nariz tapada, cabeza embotada, lagrimal escocido: en busca de un pañuelo, de las gotas y de un
sofá en penumbra silenciosa, donde echarme a reposar sobre un almohadón:
necesito un respiro…
DESCONGESTIÓN
Tras la hora punta:
Vasos sanguíneos desinflamados, tejidos suaves sin mucosa;
nariz destapada, cabeza clara, lagrimal sedoso: tregua, desahogo, alivio, descanso, reposo,
sosiego, calma: me doy un respiro…
Marta Albricias
EL HORMIGUERO
- ¡Atención chicos!- les dije, - Mucho cuidado que vamos a
pasar un paso de cebra. Todos en fila de a uno y cada diez, dejad una
separación prudencial. Cuando oigáis el silbato, que pase el siguiente grupo
rápidamente.-
-Piiiiip- Pasó la primera columna de 10 muchachos.
-Piiip- Pasó otra columna, y así hasta siete columnas.
Cuando iba a pasar la octava columna, algo sucedió a un lado de la acera. Todo
se descontroló, la gente empezó a pasar corriendo de un lado a otro de la calle
antes de hora.
Como comprenderá, señoría, fue inevitable la pérdida de 100
de mis muchachos, ante la descomunal desbandada de los humanos.
Jordana (Lola Ruiz Jurado)
UN INSTANTE
Por un momento, mientras el semáforo detenía el tráfico de
los coches, mientras los peatones aún esperaban para cruzar, en ese preciso
instante en que los dos muros humanos se vieron frente a frente sin la riada de
vehículos, se fijo en los ojos de la chica de amarillo. Imagino toda su vida,
sus ilusiones, sus problemas, sus amigos, su familia... Por ese corto instante
la vio a ella, solo a ella en medio de la multitud, la vio como la persona que
era. Ahí dudo.
Pero el instante pasó. Los dos frentes empezaron a avanzar y
se confundieron. Todos y cada uno perdieron su humanidad para convertirse en
robots sin alma en una caminata sin sentido. Ya no eran más que piezas de un
sistema injusto y cruel que estaba asfixiando al mundo.
Se detuvo en mitad de la calle y mirando al cielo invoco a
la madre tierra antes de apretar el botón y hacer estallar todo a su alrededor.
Herman
SIN RESUELLO
Camina, continua, no
mires, no les veas, no existen, no pueden verte, respira hondo. Esos vienen
hacia mí, me van a rozar, he de apartarme, no, no puedo torcer, vienen más por
la derecha. Ahí, a unos pasos, doblaré por el callejón. No, está abarrotado, me
ahogaría, he de seguir, no podría respirar. Por el siguiente, sí, este, está más
vacío, giro, es más tranquilo. Se me ha desatado un cordón, dónde paro? un
portal, sí, he de buscar un portal. Ese no, está muy oscuro, se abrirá la
puerta, saldrá un vecino. Me pegaré a la pared, he de encontrar un hueco. Que dolor!
cabrón, como tocar el claxon así. Porqué me mira ese, tiene mala pinta, querrá
algo? un carterista? un tironero? no le mires a los ojos, sigue, no le prestes
atención. Quizás es un policía de paisano. Hace calor, estoy sudando, las
axilas, la frente, se me pega la ropa. Tú, no me apuntes! no quiero fotos.
Ponle la mano, que se ha creido, no soy un mono, no soy un indio, están por
todas partes, siempre. Queda poco, he de cruzar a la otra acera, a la boca de
metro. Está rojo, Dios! que multitud esperando, me pondré detrás, seguiré a
alguien que me abra paso, que desvie a los que vienen de frente. Porqué se ha
parado, casi me choco, que mira, se va a poner rojo. Por fin, ya está ahí, diez
metros más, las escaleras, baja, mete el billete, pasa. Ya estoy a salvo. Se
abren las puertas, entro, me inserto en un rincón. Respira.
Josean
EL HORMIGUER0
El semáforo se pone rojo. Una corriente de coches en varias
filas y muy juntos se paran. La riada de peatones que estan en la acera, se
pone en marcha uniformemente sin perder un segundo. Atraviesan la ancha calzada
intentando no chocar unos con otros. Nadie está parado, y los vehículos, sin
casi espacio entre ellos, ya impacientes, esperan que el semáforo vuelva al
color verde.
La cantidad de personas y coches en la zona centro de la
ciudad, es impresionante a estas horas. Casi no queda un espacio libre. Las
aceras tambien estan abarrotadas y parece que la actividad és frenética.
El ruido és constante y casi todos tienen prisa por algo. La
urbe parece un hormiguero a pleno rendimiento.
Marc está envuelto en la corriente humana. Por lo menos
lleva unos auriculares con su música, para no estresarse con los sonidos de la
calle.
Al igual que todos ellos, Marc, va deprisa. Llega tarde al
trabajo y tiene el nervio en el cuerpo. Pero ya hace un tiempo, que camuflada
bajo sus pensamientos inmediatos, tiene una extraña sensación. Se ve observado.
Marc, siempre ha sido una persona muy intuitiva que
vislumbra cosas que los demás no notan. Su percepción cada vez és más fuerte.
Por fin llega a su destino y por un momento, un falso alivio
se apodera de él.
Sin embargo, no sabe que por encima de sus cabezas y
edificios, sobre las nubes, y a varios kilómetros de distancia de la ciudad,
unos seres extraños lo observan todo.
- Que curiosos estos humanos, parecen hormigas. Tan
hacinados en sus ridículas ciudades, tan mal repartidos en la tierra,
desarrollando una agitada actividad sin sentido. En un momento podemos acabar
con todos ellos.
Pero antes esperaremos un poco, a ver si nos deparan algo
interesante que no sepamos, aunque no és muy probable. Les daremos otra
oportunidad.
Laia
UN DÍA ATRAVESADO
Llego tarde. La que me va a montar mi ex: “esto es lo que te
preocupan a ti tus hijos”. Y con el día que llevo. Ni me he duchado, un café
con leche a la carrera y fichar con la lengua fuera. Ahora que lo pienso, el
curro es el único sitio al que he llegado a la hora. Claro, que por eso he
tenido que aguantar yo solo los berridos del jefe, mientras que el inútil de
Utrillo se ha librado por llegar tarde.
Cualquiera se escapaba con el ambiente que había en la
oficina, y eso que el mecánico lo tengo a la vuelta de la esquina. Atado a la
mesa que he estado todo el día, y encima el cabrón de Utrillo se ha escaqueado
con una visita comercial de tres al cuarto. Total que cuando he llegado al
mecánico ya había cerrado. Hala, a gozar del transporte público otro día. Por
supuesto, al dentista también he llegado tarde, y me ha soplado cien euros por
hurgar en una caries, y que vuelva la semana que viene.
Y ahora este bus que va a paso de tortuga. Pero hasta aquí
podíamos llegar, la bronca de mi ex no me la pienso tragar. Voy a mirar las
fotos que tengo en el móvil a ver si encuentro alguna que me sirva de coartada Anda,
mira tú qué bien, esta me viene de perlas. Fíjate que mogollón de gente
cruzando la calle, y todo de coches parados, y en el centro se distingue un
taxi. Se la voy a mandar y le voy a poner: Rosalía, estoy en el taxi de la
foto. Como ves hay un atasco de cojones. Te adjunto foto que he hecho con el
móvil para que no me digas que me invento las excusas. Que esta vez es verdad.
Bueno, estoy a salvo. Venga, a relajarse, que me lo he
ganado. Me da igual lo que tarde el bus de los huevos.
Mierda, un mensaje de mi ex. A ver qué tripa se le ha roto:
Federico, tú estás tonto. Si estás en el taxi, ¿cómo puedes haber hecho esta
foto en la que se ve el taxi? Ya hablaremos.
Felipe/Decaulión
CONSECUENCIAS DE LA CIUDAD
Juan tiene un taller donde ejerce de Mecánico de coches
desde que en la Empresa SEAT
donde trabajaba desde los 20 años hicieran una restructuración de plantilla y cuando
ya tenía 40 años lo despidieron.
Vive en Barcelona, una ciudad fascinante, versátil y enorme con sus ventajas e inconvenientes.
El local alquilado en donde tiene el taller está en el otro
lado de la ciudad desde donde vive. Para ir a trabajar todos los días en coche
a la hora punta encuentra un tráfico infernal e estresante, como tiene que cruzar toda la ciudad, tarda en el trayecto
casi una hora.
Harto de sufrir el colapso del tráfico que soportaba cada
día tanto para ir como para volver y llegar a casa irritado y cansado por las
consecuencias de vivir en una ciudad así.
Llegó un día a decidir cambiar de vida totalmente cuando
alcanzara la jubilación y irse a vivir a las afueras en un pueblo tranquilo,
lejos de tráficos insufribles y de multitudes agobiantes.
Para conseguir su objetivo optó por trabajar más horas a la
semana e incluso los fines de semana para conseguir el dinero que precisaba lo
antes posible para poder adecuar la propiedad a su gusto con tiempo, y poderla
disfrutar antes en su tiempo libre.
Se transformó en una obsesión conseguir su sueño hasta llegar
a dejar en segundo plano a su propia mujer, la cual se quejaba constantemente
de su ausencia y lo sola que se sentía.
Helena su mujer, antes del último verano le quiso dar un
aire diferente a la casa y optó por pintar las paredes de un modo más actual y
decorativo, hablando con sus amigas de lo que le gustaría hacer y el cambio de
ambiente que le quería dar a su hogar, le recomendaron un buen Pintor.
José el pintor al terminar de pintar la casa a Helena le
gustó mucho como había quedado y quedo tan contenta que le hizo sentar en el
sofá del Salón y le invitó a tomar una copa, entablaron una conversación muy
agradable que hizo que se acercaran de tal modo que provocó el darse un beso
apasionado, se encendió la chispa y acabaron en el Dormitorio.
Al cabo de un tiempo Helena le comunicó a Juan que se
divorciaba de él.
Juan consiguió tener el dinero que necesitaba para realizar
su sueño, pero se quedo sin su mujer.
Conchita Hernandez
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