viernes, 3 de mayo de 2013

IMAGEN








TRAFFIC JAM
Somos frenéticos transeúntes que nos cruzamos en el mundo actual en presencia física que se roza sin calidez en nuestro paso por la vida. Automatizados, programados y estereotipados a veces. Sin la posibilidad de parar a contemplarnos unos a otros. Sin la oportunidad de darnos la alternativa de sentarnos con paciencia a unir nuestras manos para transmitirnos, a través de ellas, la verdad de nuestras almas.

Susana

CONGESTIÓN
Según el diario de una nariz
Hora punta:
Vasos sanguíneos inflamados, tejidos irritados con mucosa abundante, nariz tapada, cabeza embotada, lagrimal escocido: en busca de un pañuelo, de las gotas y de un sofá en penumbra silenciosa, donde echarme a reposar sobre un almohadón: necesito un respiro…
DESCONGESTIÓN
Tras la hora punta:
Vasos sanguíneos desinflamados, tejidos suaves sin mucosa; nariz destapada, cabeza clara, lagrimal sedoso: tregua, desahogo, alivio, descanso, reposo, sosiego, calma: me doy un respiro…

Marta Albricias

EL HORMIGUERO
- ¡Atención chicos!- les dije, - Mucho cuidado que vamos a pasar un paso de cebra. Todos en fila de a uno y cada diez, dejad una separación prudencial. Cuando oigáis el silbato, que pase el siguiente grupo rápidamente.-
-Piiiiip- Pasó la primera columna de 10 muchachos.
-Piiip- Pasó otra columna, y así hasta siete columnas. Cuando iba a pasar la octava columna, algo sucedió a un lado de la acera. Todo se descontroló, la gente empezó a pasar corriendo de un lado a otro de la calle antes de hora.
Como comprenderá, señoría, fue inevitable la pérdida de 100 de mis muchachos, ante la descomunal desbandada de los humanos.

Jordana (Lola Ruiz Jurado)


UN INSTANTE
Por un momento, mientras el semáforo detenía el tráfico de los coches, mientras los peatones aún esperaban para cruzar, en ese preciso instante en que los dos muros humanos se vieron frente a frente sin la riada de vehículos, se fijo en los ojos de la chica de amarillo. Imagino toda su vida, sus ilusiones, sus problemas, sus amigos, su familia... Por ese corto instante la vio a ella, solo a ella en medio de la multitud, la vio como la persona que era. Ahí dudo.
Pero el instante pasó. Los dos frentes empezaron a avanzar y se confundieron. Todos y cada uno perdieron su humanidad para convertirse en robots sin alma en una caminata sin sentido. Ya no eran más que piezas de un sistema injusto y cruel que estaba asfixiando al mundo.
Se detuvo en mitad de la calle y mirando al cielo invoco a la madre tierra antes de apretar el botón y hacer estallar todo a su alrededor.

Herman

SIN RESUELLO
Camina, continua, no mires, no les veas, no existen, no pueden verte, respira hondo. Esos vienen hacia mí, me van a rozar, he de apartarme, no, no puedo torcer, vienen más por la derecha. Ahí, a unos pasos, doblaré por el callejón. No, está abarrotado, me ahogaría, he de seguir, no podría respirar. Por el siguiente, sí, este, está más vacío, giro, es más tranquilo. Se me ha desatado un cordón, dónde paro? un portal, sí, he de buscar un portal. Ese no, está muy oscuro, se abrirá la puerta, saldrá un vecino. Me pegaré a la pared, he de encontrar un hueco. Que dolor! cabrón, como tocar el claxon así. Porqué me mira ese, tiene mala pinta, querrá algo? un carterista? un tironero? no le mires a los ojos, sigue, no le prestes atención. Quizás es un policía de paisano. Hace calor, estoy sudando, las axilas, la frente, se me pega la ropa. Tú, no me apuntes! no quiero fotos. Ponle la mano, que se ha creido, no soy un mono, no soy un indio, están por todas partes, siempre. Queda poco, he de cruzar a la otra acera, a la boca de metro. Está rojo, Dios! que multitud esperando, me pondré detrás, seguiré a alguien que me abra paso, que desvie a los que vienen de frente. Porqué se ha parado, casi me choco, que mira, se va a poner rojo. Por fin, ya está ahí, diez metros más, las escaleras, baja, mete el billete, pasa. Ya estoy a salvo. Se abren las puertas, entro, me inserto en un rincón. Respira.

Josean

EL HORMIGUER0
El semáforo se pone rojo. Una corriente de coches en varias filas y muy juntos se paran. La riada de peatones que estan en la acera, se pone en marcha uniformemente sin perder un segundo. Atraviesan la ancha calzada intentando no chocar unos con otros. Nadie está parado, y los vehículos, sin casi espacio entre ellos, ya impacientes, esperan que el semáforo vuelva al color verde.
La cantidad de personas y coches en la zona centro de la ciudad, es impresionante a estas horas. Casi no queda un espacio libre. Las aceras tambien estan abarrotadas y parece que la actividad és frenética.
El ruido és constante y casi todos tienen prisa por algo. La urbe parece un hormiguero a pleno rendimiento.
Marc está envuelto en la corriente humana. Por lo menos lleva unos auriculares con su música, para no estresarse con los sonidos de la calle.
Al igual que todos ellos, Marc, va deprisa. Llega tarde al trabajo y tiene el nervio en el cuerpo. Pero ya hace un tiempo, que camuflada bajo sus pensamientos inmediatos, tiene una extraña sensación. Se ve observado.
Marc, siempre ha sido una persona muy intuitiva que vislumbra cosas que los demás no notan. Su percepción cada vez és más fuerte.
Por fin llega a su destino y por un momento, un falso alivio se apodera de él.
Sin embargo, no sabe que por encima de sus cabezas y edificios, sobre las nubes, y a varios kilómetros de distancia de la ciudad, unos seres extraños lo observan todo.
- Que curiosos estos humanos, parecen hormigas. Tan hacinados en sus ridículas ciudades, tan mal repartidos en la tierra, desarrollando una agitada actividad sin sentido. En un momento podemos acabar con todos ellos.
Pero antes esperaremos un poco, a ver si nos deparan algo interesante que no sepamos, aunque no és muy probable. Les daremos otra oportunidad.

Laia


UN DÍA ATRAVESADO
Llego tarde. La que me va a montar mi ex: “esto es lo que te preocupan a ti tus hijos”. Y con el día que llevo. Ni me he duchado, un café con leche a la carrera y fichar con la lengua fuera. Ahora que lo pienso, el curro es el único sitio al que he llegado a la hora. Claro, que por eso he tenido que aguantar yo solo los berridos del jefe, mientras que el inútil de Utrillo se ha librado por llegar tarde.
Cualquiera se escapaba con el ambiente que había en la oficina, y eso que el mecánico lo tengo a la vuelta de la esquina. Atado a la mesa que he estado todo el día, y encima el cabrón de Utrillo se ha escaqueado con una visita comercial de tres al cuarto. Total que cuando he llegado al mecánico ya había cerrado. Hala, a gozar del transporte público otro día. Por supuesto, al dentista también he llegado tarde, y me ha soplado cien euros por hurgar en una caries, y que vuelva la semana que viene.
Y ahora este bus que va a paso de tortuga. Pero hasta aquí podíamos llegar, la bronca de mi ex no me la pienso tragar. Voy a mirar las fotos que tengo en el móvil a ver si encuentro alguna que me sirva de coartada Anda, mira tú qué bien, esta me viene de perlas. Fíjate que mogollón de gente cruzando la calle, y todo de coches parados, y en el centro se distingue un taxi. Se la voy a mandar y le voy a poner: Rosalía, estoy en el taxi de la foto. Como ves hay un atasco de cojones. Te adjunto foto que he hecho con el móvil para que no me digas que me invento las excusas. Que esta vez es verdad.
Bueno, estoy a salvo. Venga, a relajarse, que me lo he ganado. Me da igual lo que tarde el bus de los huevos.
Mierda, un mensaje de mi ex. A ver qué tripa se le ha roto: Federico, tú estás tonto. Si estás en el taxi, ¿cómo puedes haber hecho esta foto en la que se ve el taxi? Ya hablaremos.

Felipe/Decaulión

CONSECUENCIAS DE LA CIUDAD
Juan tiene un taller donde ejerce de Mecánico de coches desde que en la Empresa SEAT donde trabajaba desde los 20 años hicieran una restructuración de plantilla y cuando ya tenía 40 años lo despidieron.
Vive en Barcelona, una ciudad fascinante, versátil  y enorme con sus ventajas e inconvenientes.
El local alquilado en donde tiene el taller está en el otro lado de la ciudad desde donde vive. Para ir a trabajar todos los días en coche a la hora punta encuentra un tráfico infernal e estresante, como tiene  que cruzar toda la ciudad, tarda en el trayecto casi una hora.
Harto de sufrir el colapso del tráfico que soportaba cada día tanto para ir como para volver y llegar a casa irritado y cansado por las consecuencias de vivir en una ciudad así.
Llegó un día a decidir cambiar de vida totalmente cuando alcanzara la jubilación y irse a vivir a las afueras en un pueblo tranquilo, lejos de tráficos insufribles y de multitudes agobiantes.
Para conseguir su objetivo optó por trabajar más horas a la semana e incluso los fines de semana para conseguir el dinero que precisaba lo antes posible para poder adecuar la propiedad a su gusto con tiempo, y poderla disfrutar antes en su tiempo libre.
Se transformó en una obsesión conseguir su sueño hasta llegar a dejar en segundo plano a su propia mujer, la cual se quejaba constantemente de su ausencia y lo sola que se sentía.
Helena su mujer, antes del último verano le quiso dar un aire diferente a la casa y optó por pintar las paredes de un modo más actual y decorativo, hablando con sus amigas de lo que le gustaría hacer y el cambio de ambiente que le quería dar a su hogar, le recomendaron un buen Pintor.
José el pintor al terminar de pintar la casa a Helena le gustó mucho como había quedado y quedo tan contenta que le hizo sentar en el sofá del Salón y le invitó a tomar una copa, entablaron una conversación muy agradable que hizo que se acercaran de tal modo que provocó el darse un beso apasionado, se encendió la chispa y acabaron en el Dormitorio.
Al cabo de un tiempo Helena le comunicó a Juan que se divorciaba de él.
Juan consiguió tener el dinero que necesitaba para realizar su sueño, pero se quedo sin su mujer.

Conchita Hernandez



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