FELIX FELINUS
Aquella mañana Felix
Felinus, erudito de El Departamento de Estudios Felinos de la UniversiKat, llegó a su despacho un poco
más tarde que de costumbre. Abrió su agenda y encendió el ordenador, no sin
antes prepararse una taza de café. En su mesa una foto de su gato Coconut jugando con su mascota, el entrañable Topo Gigio, le miraba atentamente: todo
apuntaba que hoy también podía ser un gran día.
El correo electrónico se actualizó alertando a Felinus que mensajes recién llegados precisaban
de su atención y lectura con más o menos premura; así de acuerdo a su
naturaleza decidió proceder con calma.
El primer mensaje que se postró
ante sus ojos decía así:
ASUNTO: RESOLUCIÓN
ESTUDIO COMPARATIVO-MUESTRA / El Gato Negro
FECHA: Lunes 28 Abril
2014 08:05h
Apreciado colega,
Nos complace
adjuntarte en este correo la resolución a nuestro estudio conjunto que, a fecha
de hoy, ha sido admitido a trámite por el Tribunal Académico Regional para su difusión y avalado por numerosas asociaciones y
protectoras animales.
Adjunto:
El estudio comparativo
realizado por el Departamento de Estudios Felinos de esta UniversiKat para
valorar la calidad de la muestra llevada a cabo sobre la figura de El Gato negro:
CONCLUYE
Por todos los datos
aportados, contrastados y analizados en esta muestra, podemos afirmar que el gato negro ha sido y sigue siendo desde hace siglos, especialmente desde la caída de la Imperio
Egipcio, víctima de las campañas de difamación y descrédito por parte de
colectivos que carecen de argumentos racionales o científicos a la hora de defender
su postura; de modo que cuya imposición y divulgación transgrede los derechos fundamentales
de todo ser vivo.
Felix Felinus, se sintió muy contento: los años de esfuerzo
y dedicación, no siempre reconocidos, habían por fin dado su fruto y hoy, lo celebraría con su equipo.
¡Verdaderamente, fue un gran día!
Marta Albricias
LOS TIEMPOS ADELANTAN QUE ES UNA BARBARIDAD
El miércoles, Christian envió el siguiente whatsapp a su
chica.
- Cari, ¿qué passssa? Desde que has vuelto de tu pueblo, no
me coges el móvil y no contestas a mis whatsapps.
El jueves, ante la ausencia de respuesta, Christian
insistió.
- Cari, no sé qué te pasa, pero este finde nos vemos en el
Gato Negro y lo hablamos.
En esta ocasión, su whatsapp sí tuvo contestación.
- Tu puta madre.
Aunque Christian se olía la tostada, prefirió hacerse el
sorprendido.
- A qué viene eso, cari, no entiendo nada.
- Pues pregúntale a la Sorayita y ella te lo explicará.
- Ya te fueron con el chisme. Lo del otro día fue solo un
piquito de amigos.
- Conque un piquito de amigos. Mira la foto que os hizo la
Yoli con el móvil, mamonazo.
A Christian no le hacía falta mirar la foto. Decidió
afrontar la situación sin ambages.
- Bueno, sí, cari, hubo filete. Pero yo iba muy pasado de
chupitos, no sabía lo que hacía. Y ya conoces a la Sorayita, se lo monta con
cualquiera.
- Déjame en paz, hijo puta.
El viernes, Christian volvió a intentarlo y de nuevo mandó
un mensaje gratuito a su chica.
- Cari, perdona, siento mucho lo que pasó, pero es que iba
muy puesto de todo. Esta noche pago yo los chupitos en el Gato Negro.
- Ni perdona ni leches. Está noche me lo voy a hacer con el
Charly.
Con el Charly no, pensó Christian. A este cabrón no se le
escapa una. Y la tiene más gorda que yo, que se la he visto en el lavabo del
Gato Negro.
- No te pongas así, cari. Entiendo que estés cabreada, pero
esta noche lo hablamos y verás que reconciliación más guapa vamos a tener.
- Deja de llamarme cari. Para ti, soy la Vero y punto.
- Pero yo te quiero, Vero.
- Eso díselo a la Sorayita.
- Vale, Vero, comprendo que quieras la revancha, pero con el
Charly no. Que solo fue un filetillo de nada.
- Con el Charly, esta noche me lo hago con el Charly. Y si
no lo quieres ver, no vayas por el Gato Negro.
Aquella noche Christian llegó al Gato Negro antes que de
costumbre. Pero Charly ya estaba en el bar pavoneándose ante sus colegas. Esta
noche me tiro a la Vero, decía una y otra vez Charly. Y ante el escepticismo de
sus colegas les mostró el móvil, y añadió, mirad que whatsapp me ha mandao.
Christian se dirigió al otro extremo de la barra, como si no
hubiera oído nada. Pidió tres chupitos, los cogió y fue a sentarse en el rincón
menos iluminado del local. Se bebió los tres chupitos casi sin respirar para
frenar sus ganas de salir corriendo. Esperó sujetándose las rodillas con las
manos.
Cuando Vero apareció acompañada de Yoli, Charly se fue
directo hacia ellas. Christian se levantó con toda la calma de que fue capaz,
se acercó a la barra, pidió dos chupitos más y se los tomó sin más demora. Luego
se aproximó con parsimonia a Charly, que le daba la espalda, le dio unos
golpecitos en el hombro y nada más girarse le propinó un gancho de derecha en
toda la mandíbula. Charly se desplomó como una marioneta a la que hubieran
cortado los hilos. Sus colegas querían venganza, pero otros clientes se
interpusieron, y no tuvieron otra opción que recoger a Charly y tratar de
espabilarlo.
Vero se interesó por Christian que se dolía de la mano
derecha. Aquella noche tuvieron una reconciliación muy guapa.
Otro efecto colateral de aquella noche fue que Christian
tuvo que llevar tres dedos entablillados durante unas semanas.
Felipe Deucalion
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