viernes, 18 de marzo de 2016

VENTANA




UNA VENTANA AL HORROR 
Acaricio mi fusil. Desde esta ventana tengo una buena visión del campus universitario. Van y vienen de un edificio a otro o están sentados en círculo sobre el césped. Se van a enterar de quién es el Paco. Mi ph es de siete, como el del agua. Me lo he mirado esta mañana. El ph es muy importante, por eso yo controlo todo lo que como.

Mi ropa militar se mimetiza con los postigos de la ventana. Soy invisible al mundo, pero pronto me daré a conocer. La Vane ya no podrá decir, que soy un don nadie, que me faltan cojones. Cómo rabiará cuando vea que soy famoso. Si se hubiera enrollado conmigo, podría salir en las tertulias esas que tanto le gustan. Qué se joda y siga en esa oficina de mierda yendo a por cafés y chupándosela al jefe. Claro que con tanto café como toma pronto no se le levantará, debe tener el ph por las nubes.

Les veo por la mirilla, qué poco les falta y no lo saben. Esta noche el telediario abrirá con mi foto, se harán películas sobre mi vida. Da igual por quien empiece. No hay que dudar,me valen los que están sentados junto al abeto. Mi ph es perfecto. Vamos allá.


Felipe Deucalión







LA VENTANA POCO DISCRETA
Entro en la habitación del hotel.  Miro por la ventana.
Veo las calles vacías, sin vida,  las ventanas de las casascon las persianas bajadas para que no les entre el calor de este tórrido verano. Me aterra la sensación de soledad y vacío que percibo.

Acabo de llegar dispuesta a conocer este lugar que a tantos visitantes atrae, como si fuera un imán.Ya está atardeciendo. Salgo. Envuelta en sudor me deslizo por sus calles, me disuelvo en el ruido de sus coches, sus sirenas.  Pongo  mi oído en los intercambios, en las voces, en las acaloradas tensiones de ciertas conversaciones. Se oye una explosión. Con las antenas puestas continúo mi aventura de inmersión en situaciones que no muestran la ciudad que esperaba ver tras oír hablar de ella apersonas que la habían visitado o deseado visitar.

Cansada, me siento en un banco de una plaza.  Intercambio impresiones con dos estudiantes  que están comiendo un bocadillo,  Marchan.  Saco mi libreta y pluma.  Me dispongo a describir lo que he visto,  y a continuar describiendo los sentimientos de mi corazón.  Y descubro que, ninguna de las dos cosas se corresponde ya a lo que eran cuando al llegar, desde la habitación del hotel, miré por la ventana.



Maríajes




No hay comentarios:

Publicar un comentario