RECETARIO
“Un pedazo generoso
de lo vivido, un buen manojo de aprendizajes,
unas gotas abundantes de pasado y otras tantas de futuro; todo, bien
mezclado con buenas dosis de disfrute
del presente y previamente sazonado de valor y confianza”.
Lo vertió en un bol y lo mezcló con
optimismo hasta conseguir una masa dúctil con sus matices de color y
textura. Decidió qué molde se ajustaría
mejor a la forma que quería darle a su
futuro y lo cocinó hasta que el aroma de la satisfacción inundaba toda la casa; mientras, el fuego lo iba
dorando como a un Ave Fénix. Se reinventó.
Marta Albricias
REINVENTANDO EL SONETO
¡Oh Señora! ¿qué voluble corazón deja
que amargo llanto llene los ojos de un
hombre?
¡Oh Señora! qué infame alma urde, que ande
la mía en ristre, cual espada, en pos
de vos.
Solo por un beso de vuestra dulce
boca,
tomad, mi espada os lo ruego y acabad
de una vez,
para no descarriar más mi alma en esos
ojos
Señora de encarnados y letales labios,
a los que me hallo encomendado, para
que
con ellos me otorguéis el dulce
martirio.
Inmoladme, al fuego eterno, de vuestra
ardiente pira, tomadme como trofeo,
concediéndome al fin la gloria
perpetua.
Pero si aún así, os negáis a
concederme
el mínimo deseo, juro reinventáreme.
Convertiréme en cordero, y no cejaré
en mi empeño hasta acabar en vuestro
regazo,
retozando a la pálida luz de la luna.
Jordana-Lola
DEBAJO DE LA CAMA
De pequeño Paulino creía que debajo de
su cama dormía un monstruo al que cada noche trataba de aplacar con suplicas y
plegarias.
Ahora había llegado a aquella etapa de
la vida en que se es demasiado joven para ser viejo y demasiado viejo para ser
joven. Su vida estaba destrozada, o como decía él, que trataba de positivizarlo
todo, “necesito reinventarme”. Y pese a todas sus reinvenciones, que su ex
fuera a casarse fue la gota que hizo rebosar el vaso de su autocontrol.
Es curioso como la felicidad de una
persona puede comportar el sufrimiento de otra. Pero así fue, Paulino soportó
la reducción de personal que le aplicaron, perder el piso y ver poco a sus
hijos, e incluso trató de buscarle el lado positivo. Al fin y al cabo, con las
chapuzas se iba defendiendo, vivía en casa de sus padres y sus hijos le
llamaban al móvil para ver si caían unos eurillos.
Pero que su ex se fuera a casar lo
desmontó, que a ella le fuera bien no hacía sino resaltar sus miserias hasta lo
intolerable. Algo se rompió en el interior de Paulino, su proceso de
reinvención saltó por los aires hecho añicos. Y aquella noche volvió a percibir
como el monstruo se deslizaba bajo su cama, y se esforzó por recordar las
suplicas y plegarias infantiles que son las únicas apropiadas para aplacarlo.
Felipe Deucalión
CADA MAÑANA
Pipipi pipipi
Suena el despertador, monótono,
repetitivo, aburrido como todo mi vida. Abro los ojos para ver el mismo techo
agrietado sobre mi cabeza, y el mismo rostro agrietado a mi lado. Un día más agobiada
por el trabajo y por el miedo a perder el trabajo, un día más para ver las
mismas caras desangeladas. Un día más para esperar que de noche pueda aun
soñar.
Pipipi pipipi
Suena el despertador. Me llega como un
ruido lejano que apenas me alcanza en las profundidades de mi cama. Como un lepidóptero
empiezo a desenlazar mi cuerpo de las sabanas dispuesta a volar por este nuevo
mundo que se abre ante mi.
Pipipi pipipi
Suena el despertador, hiriente,
estridente. Salto de la cama para apagarlo de un manotazo. Me hago una coleta
para no lavarme el pelo y me visto en un momento. Miro el reloj, es tarde. Pero
nadie me va a quitar el café. Que esperen esos inútiles.
Pipipi pipipi
Suena el despertador. Lo apago rápido
para que no le moleste. Le miro y le doy un beso suave. El abre apenas un ojo,
sonríe y se vuelve a dormir. Hoy será un buen día.
Pipipi pipipi
Suena el despertador. Por mi que suene
todo lo que quiera, hoy no me voy a levantar.
Pipipi pipipi
Suena el despertador. Como todas las
mañanas apenas me toma un instante decidir quién voy a ser hoy.
Herman
BAJANDO LA ESCALERA
Ahora se sentía segura de si misma, no en balde había hecho un
largo camino para descubrir su autentica naturaleza, reafirmarse y desarrollar
su personalidad. Conocía sus recursos, era una mujer nueva y finalmente demostraría a todos su
evolución; Al fin podría deslumbrar con una interesante y osada imagen que hasta ahora nadie conocía.
Se vistió con lentitud, saboreando
cada uno de los pasos y siguiendo rigurosamente el protocolo, no dejo al azar
los complementos, ni el perfume; todo estaba previsto desde hacia tiempo. Finalmente
se miro al espejo y sonrío, por fin
lucia como había soñado, solo
quedaba que los demás la contemplaran, se asombraran y la admirasen.
El taxi reservado con antelación le
comunicaba que se encontraba en la calle, cerro la puerta, tomo el ascensor sin
dejar de mirarse al espejo, subió al coche que la llevo a la dirección
indicada; el corazón le latía con fuerza pero se sentía feliz y segura.
El salón casi lleno lucia esplendido al final de la escalinata, de
repente todos se giraron mirando hacia ella, en sus caras podía ver el asombro
y la admiración, algunos de ellos se adelantaron y empezaron a subir por la
escalera en la que ella ya empezaba a
bajar.
Cerró por un momento los ojos esperando
recibir los saludos acompañados con exclamaciones de asombro
Un corto espacio de tiempo saboreando los
murmullos de admiración y al fin abrió los ojos y miro a su alrededor; tardo unos
segundos en darse cuenta que todos
estaba ocupados en hacer los honores a
una muchacha que en este momento entraba en el salón con un vestido exacto al
de ella y una imagen casi idéntica a la que ella había proyectado para la
ocasión, y como otras tantas veces fue
en busca del rincón menos iluminado para
poder contemplar con discreción, el absurdo transcurrir de la vida.
Rosa
REINVENTAR-SE
Boby es un caniche estandar. Te els
ulls ovalats i foscos, i el seu pel molt arrissat es de color blanc. La
veritat es que fa molt goig i es fa mirar. La Lluïsa la seva mestressa, te
molta cura d’ell, i li fa lluïr un pentinat molt “chic”.
Boby sempre ha estat un gos molt mimat
que ha viscut amb la Lluïsa des de cadell, i ella l’ha omplert de capricis i
atencions. Es allò que se’n diu un gos “faldiller”.
Un dia en Boby va sentir que la Lluïsa
parlava amb el seu fill i li deia que estava molt gran, que aviat no es podria
valdre sola i hauria d’anar a una residència. Però el que va espantar de debò
al Boby, que ja estava disposat a canviar de casa, va ser que a la residència
no admetien gossos, i el fill de la Lluïsa no els tenia gaire simpatia a
aquests animals.
En Boby va decidir que havia de fer
alguna cosa. Va pensar que a partir d’aquell moment es convertiria en un gos
guardià, i estaria vigilant la casa nit i dia perquè la seva mestressa ho veiés
i ho digués al seu fill, que vivia en una casa amb jardí a les afores amb els
nens.
També es tornaria un animal molt útil
que portaria el diari i la corretja a la boca, i jugaria amb les criatures
(fins al moment sempre que en veia alguna, s’amagava entre les faldilles de la
mestressa).
Els dies van passar i la Lluïsa va
notar els grans canvis que feia el Boby. Es va tornar valent i actiu. Si venia
l’home del butà era el primer en donar l’alerta. Si venia el lampista o
l’assistenta social, sempre era el primer. Només li faltava obrir la porta.
Finalment el moment va arribar i la
Lluïsa va anar a viure a la residència. La nit abans però, va parlar per
telèfon amb el seu fill i li va cantar lloances del Boby com a bon guardià i
com un animal molt juganer amb els nens del veïnat.
El fill de la Lluïsa se’l va quedar. Ara li
direm Lleó, va comunicar-li. Es
un nom més escaient per a un gos tant valent.
Així va ser com al Lleó el portaven
els diumenges a la residència a visitar la Lluïsa, i aquesta li feia l’ullet i
li somreia còmplice i feliç.
Laia
AHORA NO
-Doctor, ¡Tiene que hacerlo!. ¡Tiene
que conseguirlo!
-Lo siento de verdad, pero creo que en
esta ocasión no puedo ayudarte.
-Vamos doctor! Por favor! ¿Hace falta
que le recuerde las veces que me ha salvado la vida?
-Si lo sé, pero esto es diferente.
Llevo más de una hora escuchándote y, de verdad, no creo que pueda serte de
ayuda.
-Pero, pero…¿cómo puede decirme eso
doctor?. Usted hizo que dejara el tabaco a los 20 años y dos años más tarde me
ayudo a dejar el mundo de las drogas duras.
-Lo sé, lo sé, pero…
-Usted me sacó del precipicio del
alcoholismo y gracias a sus terapias conseguí perder 18 kilos en un mes. Cada
vez que he venido, he salido…nuevo! Diferente! Entraba un YO en su consulta y
salía OTRO!
-Te aseguro que si pudiera hacer algo
lo haría…
-Es usted un portento doctor. Con
cuarenta años consiguió que yo saliera del armario y aceptase mi homosexualidad
con naturalidad. Y solo con una charla de una hora!!!
-Cierto, ese fue un gran logro, pero…
-Y lo que es mejor! Un mes más tarde
si dio cuenta de que el diagnóstico estaba equivocado y volvió a dejar el
asunto dentro del armario y yo volví a ser hetero!. Por favor!! No me puede
abandonar ahora!
-Lo siento pero creo que no soy la
persona más adecuada en estos momentos…
-Pero…¿por qué no? Se trata de una
simple terapia de reconducción. Necesito empezar de cero. Ahora, es algo mucho
más fácil. Solo necesito romper con los esquemas y la rutina que cercena mi
vitalidad. Si usted fue capaz de que asumiera que mi mujer me fuera infiel con
todo el cuerpo de bomberos, y consiguió que superara mi problema de eyaculación
precoz!. Y solo charlando!. Sin medicinas. Sin tratamientos!!.Exactamente igual
que cuando me quito el sida. Y como olvidar aquella sesión a la que entré
completamente calvo y salí luciendo un pelo suave, sedoso y sin caspa!!. Ahora
solo necesito un empujoncito, y una de sus célebres frases que obren el milagro
una vez más . Por favor doctor, le juro que es la última vez…
-De verdad que te entiendo. Te conozco
desde hace más de veinte años y contigo he desarrollada terapias
inimaginables. Recuerdo aquella sesión
en la que eliminamos el cáncer por el que los especialistas te daban dos
semanas de vida.
-¿Ve a lo que me refiero?. ¡Lo que le
estoy pidiendo ahora no es nada comparado con todas esas proezas sin parangón
en el mundo de la psicología aplicada!!
-Mi querido amigo…la cuestión es que
no te has dado cuenta al entrar y no te has parado a leer la placa de la
puerta. Hace tiempo que lo vengo pensando y encuentro mi vida vacía, no le veo el
sentido y tengo unas dudas existenciales enormes, así que hace dos semanas que me reinventé…y
ahora soy podólogo…
Biker
LA
TRINI Y EL CARTUJO PUNK
Aunque
el sobresalto fue doblemente mayúsculo, primero por la turbación del súbito
sonido de la llave en la cerradura, que desencadenó la instantánea desconexión
de la voz de macho que escuchaba por su móvil, y segundo, por el impacto visual
de la pinta del marido, al que confundió con un intruso, su agilidad mental le
informó que podría resultarle útil como coartada, en caso de tener que
justificar el evidente rubor de su rostro.
-Pero
Pepe, ¿que te has hecho?
-Me
he reinventao.
-¿Que
te has reeeeee queeee? Pero, ¿tú te has mirao al espejo?
-Que
sí mujer, que hay que reinventarse. No importa la edad que uno tenga, porque
nunca es tarde para cambiar.
-
A tí lo que te hace falta es un cerebro nuevo.
José
Luis Aznar, prejubilado de 63 años, rotó sobre su pie derecho para encararse al
espejo del recibidor de la entrada. La capucha de la sudadera que se había
comprado, sobresaliendo a ambos lados del cuello sobre los hombros, junto al
tatuaje tribal de la sien, y el piercing de anilla de toro, con dos bolitas
colgando de las fosas nasales, le daba un aire de monje cartujo punk, que el
hombre observó satisfecho girando con coquetería el torso.
-¿Qué
hay de comer, mujer?
-Tienes lentejas en la nevera.
-¿Otra
vez lentejas?
-Sí,
que pasa, ¿ya no te gustan las lentejas? Ya puestos, ¿porque no te reinventas
del todo y te haces tú la comida?
-Venga
Trini, no seas así. He pensado que tú también podrías hacerte algo. No sé, un
peinado desenfadado, comprarte algo de ropa más actual, maquillarte un poco, y
a la noche, nos vamos a bailar.
Atónita,
con ojos de conejo deslumbrado en la noche e incapaz de emitir una sola
palabra, no podía dar crédito a lo que escuchaba.
-¿Peluquería,
ropa, baile? ¿Y el resto del mes? ¿A pan y cebolla?
Pepe
soltó una carcajada, pero había anticipado la pregunta, y ya tenía preparada la
respuesta. Teatralmente, metió con parsimonia la mano en el bolsillo, extrajo
su cartera, abrió el billetero, y lanzando al sofá un fajo doblado de billetes
de cien, exclamó, -ya te he dicho que me he reinventao-.
-¡Ostia
Pepe! ¿En qué lío te has metío?, -aunque pensándoselo mejor añadió
inmediatamente-, anda, explícame como lo has hecho para reinventarme yo
también, -dijo la mujer con el fajo bien sujeto, como si fuese a echar a volar
si lo soltaba-.
-¡Trini, no seas retorcida! Monté un negocio,
y va viento en popa.
-¿Un
negocio? ¿Tú? ¿Un negocio de qué?
-Bueno,
tu hermano y yo abrimos hace unos meses una línea erótica para mujeres, las 24
horas. Yo atiendo por la mañana, él por la tarde, y para el turno de noche,
contratamos al Floren, mi compañero de dominó en las partidas del casal. Hoy,
como quería pasarme por unas tiendas surferas, le pedí a tu hermano que me
cambiase el turno, y que fuese por la mañana.
-Lívida,
cayó en la cuenta con suma rapidez, de que la lasciva voz que la acariciaba
hacía pocos minutos, le resultaba extrañamente familiar.
Josean
No hay comentarios:
Publicar un comentario