miércoles, 30 de enero de 2013

REINVENTARSE



RECETARIO
“Un pedazo generoso de lo vivido, un buen manojo de aprendizajes,  unas gotas abundantes de pasado y otras tantas de futuro; todo, bien mezclado con buenas dosis  de disfrute del presente y previamente sazonado de valor y confianza”.

Lo vertió en un bol y lo mezcló con optimismo hasta conseguir una masa dúctil con sus matices de color y textura.  Decidió qué molde se ajustaría mejor a la forma que quería darle a su  futuro y lo cocinó hasta que el aroma de la satisfacción inundaba  toda la casa; mientras, el fuego lo iba dorando como a un Ave Fénix. Se reinventó.

Marta Albricias

REINVENTANDO EL SONETO
¡Oh Señora!  ¿qué voluble corazón deja
que amargo llanto llene los ojos de un hombre?
¡Oh Señora!  qué infame alma urde, que ande
la mía en ristre, cual espada, en pos de vos.

Solo por un beso de vuestra dulce boca,
tomad, mi espada os lo ruego y acabad de una vez,
para no descarriar más mi alma en esos ojos
vuestros embriagadores color avellana.

Señora de encarnados y letales labios,
a los que me hallo encomendado, para que
con ellos me otorguéis el dulce martirio.

Inmoladme, al fuego eterno, de vuestra
ardiente pira, tomadme como trofeo,
concediéndome al fin la gloria perpetua.

Pero si aún así, os negáis a concederme
el mínimo deseo, juro reinventáreme.

Convertiréme en cordero, y no cejaré
en mi empeño hasta acabar en vuestro regazo,
retozando a la pálida luz de la luna.

Jordana-Lola

DEBAJO DE LA CAMA
De pequeño Paulino creía que debajo de su cama dormía un monstruo al que cada noche trataba de aplacar con suplicas y plegarias.
Ahora había llegado a aquella etapa de la vida en que se es demasiado joven para ser viejo y demasiado viejo para ser joven. Su vida estaba destrozada, o como decía él, que trataba de positivizarlo todo, “necesito reinventarme”. Y pese a todas sus reinvenciones, que su ex fuera a casarse fue la gota que hizo rebosar el vaso de su autocontrol.
Es curioso como la felicidad de una persona puede comportar el sufrimiento de otra. Pero así fue, Paulino soportó la reducción de personal que le aplicaron, perder el piso y ver poco a sus hijos, e incluso trató de buscarle el lado positivo. Al fin y al cabo, con las chapuzas se iba defendiendo, vivía en casa de sus padres y sus hijos le llamaban al móvil para ver si caían unos eurillos.
Pero que su ex se fuera a casar lo desmontó, que a ella le fuera bien no hacía sino resaltar sus miserias hasta lo intolerable. Algo se rompió en el interior de Paulino, su proceso de reinvención saltó por los aires hecho añicos. Y aquella noche volvió a percibir como el monstruo se deslizaba bajo su cama, y se esforzó por recordar las suplicas y plegarias infantiles que son las únicas apropiadas para aplacarlo.

Felipe Deucalión

CADA MAÑANA

Pipipi pipipi
Suena el despertador, monótono, repetitivo, aburrido como todo mi vida. Abro los ojos para ver el mismo techo agrietado sobre mi cabeza, y el mismo rostro agrietado a mi lado. Un día más agobiada por el trabajo y por el miedo a perder el trabajo, un día más para ver las mismas caras desangeladas. Un día más para esperar que de noche pueda aun soñar.

Pipipi pipipi
Suena el despertador. Me llega como un ruido lejano que apenas me alcanza en las profundidades de mi cama. Como un lepidóptero empiezo a desenlazar mi cuerpo de las sabanas dispuesta a volar por este nuevo mundo que se abre ante mi.

Pipipi pipipi
Suena el despertador, hiriente, estridente. Salto de la cama para apagarlo de un manotazo. Me hago una coleta para no lavarme el pelo y me visto en un momento. Miro el reloj, es tarde. Pero nadie me va a quitar el café. Que esperen esos inútiles.

Pipipi pipipi
Suena el despertador. Lo apago rápido para que no le moleste. Le miro y le doy un beso suave. El abre apenas un ojo, sonríe y se vuelve a dormir. Hoy será un buen día.

Pipipi pipipi
Suena el despertador. Por mi que suene todo lo que quiera, hoy no me voy a levantar.

Pipipi pipipi
Suena el despertador. Como todas las mañanas apenas me toma un instante decidir quién voy a ser hoy.

Herman

BAJANDO LA ESCALERA 
Ahora se sentía  segura de si misma, no en balde había hecho un largo camino para descubrir su autentica naturaleza, reafirmarse y desarrollar su personalidad. Conocía sus recursos, era una mujer nueva y  finalmente demostraría a  todos su  evolución; Al fin podría deslumbrar con una interesante  y osada imagen que hasta ahora nadie conocía.

Se vistió con lentitud, saboreando cada uno de los pasos y siguiendo rigurosamente el protocolo, no dejo al azar los complementos, ni el perfume; todo estaba previsto desde hacia tiempo. Finalmente se miro al espejo y sonrío, por fin  lucia como había  soñado, solo quedaba que los demás la contemplaran, se asombraran y la admirasen.

El taxi reservado con antelación le comunicaba que se encontraba en la calle, cerro la puerta, tomo el ascensor sin dejar de mirarse al espejo, subió al coche que la llevo a la dirección indicada; el corazón le latía con fuerza pero se sentía feliz y segura.

El salón casi lleno  lucia esplendido al final de la escalinata, de repente todos se giraron mirando hacia ella, en sus caras podía ver el asombro y la admiración, algunos de ellos se adelantaron y empezaron a subir por la escalera en la que ella  ya empezaba a bajar.

Cerró por un momento los ojos esperando recibir los saludos acompañados con  exclamaciones de asombro

 Un corto espacio de tiempo saboreando los murmullos de admiración y al fin abrió los ojos y miro a su alrededor; tardo unos segundos  en darse cuenta que todos estaba  ocupados en hacer los honores a una muchacha que en este momento entraba en el salón con un vestido exacto al de ella y una imagen casi idéntica a la que ella había proyectado para la ocasión, y como  otras tantas veces fue en busca del  rincón menos iluminado para poder contemplar con discreción, el absurdo transcurrir de la vida. 

Rosa

REINVENTAR-SE                
Boby es un caniche estandar. Te els ulls ovalats i foscos, i el seu pel molt arrissat es de color blanc. La veritat es que fa molt goig i es fa mirar. La Lluïsa la seva mestressa, te molta cura d’ell, i li fa lluïr un pentinat molt “chic”.
Boby sempre ha estat un gos molt mimat que ha viscut amb la Lluïsa des de cadell, i ella l’ha omplert de capricis i atencions. Es allò que se’n diu un gos “faldiller”.
Un dia en Boby va sentir que la Lluïsa parlava amb el seu fill i li deia que estava molt gran, que aviat no es podria valdre sola i hauria d’anar a una residència. Però el que va espantar de debò al Boby, que ja estava disposat a canviar de casa, va ser que a la residència no admetien gossos, i el fill de la Lluïsa no els tenia gaire simpatia a aquests animals.
En Boby va decidir que havia de fer alguna cosa. Va pensar que a partir d’aquell moment es convertiria en un gos guardià, i estaria vigilant la casa nit i dia perquè la seva mestressa ho veiés i ho digués al seu fill, que vivia en una casa amb jardí a les afores amb els nens.
També es tornaria un animal molt útil que portaria el diari i la corretja a la boca, i jugaria amb les criatures (fins al moment sempre que en veia alguna, s’amagava entre les faldilles de la mestressa).
Els dies van passar i la Lluïsa va notar els grans canvis que feia el Boby. Es va tornar valent i actiu. Si venia l’home del butà era el primer en donar l’alerta. Si venia el lampista o l’assistenta social, sempre era el primer. Només li faltava obrir la porta.
Finalment el moment va arribar i la Lluïsa va anar a viure a la residència. La nit abans però, va parlar per telèfon amb el seu fill i li va cantar lloances del Boby com a bon guardià i com un animal molt juganer amb els nens del veïnat.
El fill de la Lluïsa se’l va quedar. Ara li direm Lleó, va comunicar-li. Es un nom més escaient per a un gos tant valent.
Així va ser com al Lleó el portaven els diumenges a la residència a visitar la Lluïsa, i aquesta li feia l’ullet i li somreia còmplice i feliç.

Laia

AHORA NO
-Doctor, ¡Tiene que hacerlo!. ¡Tiene que conseguirlo!
-Lo siento de verdad, pero creo que en esta ocasión no puedo ayudarte.
-Vamos doctor! Por favor! ¿Hace falta que le recuerde las veces que me ha salvado la vida?
-Si lo sé, pero esto es diferente. Llevo más de una hora escuchándote y, de verdad, no creo que pueda serte de ayuda.
-Pero, pero…¿cómo puede decirme eso doctor?. Usted hizo que dejara el tabaco a los 20 años y dos años más tarde me ayudo a dejar el mundo de las drogas duras.
-Lo sé, lo sé, pero…
-Usted me sacó del precipicio del alcoholismo y gracias a sus terapias conseguí perder 18 kilos en un mes. Cada vez que he venido, he salido…nuevo! Diferente! Entraba un YO en su consulta y salía OTRO!
-Te aseguro que si pudiera hacer algo lo haría…
-Es usted un portento doctor. Con cuarenta años consiguió que yo saliera del armario y aceptase mi homosexualidad con naturalidad. Y solo con una charla de una hora!!!
-Cierto, ese fue un gran logro, pero…
-Y lo que es mejor! Un mes más tarde si dio cuenta de que el diagnóstico estaba equivocado y volvió a dejar el asunto dentro del armario y yo volví a ser hetero!. Por favor!! No me puede abandonar ahora!
-Lo siento pero creo que no soy la persona más adecuada en estos momentos…
-Pero…¿por qué no? Se trata de una simple terapia de reconducción. Necesito empezar de cero. Ahora, es algo mucho más fácil. Solo necesito romper con los esquemas y la rutina que cercena mi vitalidad. Si usted fue capaz de que asumiera que mi mujer me fuera infiel con todo el cuerpo de bomberos, y consiguió que superara mi problema de eyaculación precoz!. Y solo charlando!. Sin medicinas. Sin tratamientos!!.Exactamente igual que cuando me quito el sida. Y como olvidar aquella sesión a la que entré completamente calvo y salí luciendo un pelo suave, sedoso y sin caspa!!. Ahora solo necesito un empujoncito, y una de sus célebres frases que obren el milagro una vez más . Por favor doctor, le juro que es la última vez…
-De verdad que te entiendo. Te conozco desde hace más de veinte años y contigo he desarrollada terapias inimaginables.  Recuerdo aquella sesión en la que eliminamos el cáncer por el que los especialistas te daban dos semanas de vida.
-¿Ve a lo que me refiero?. ¡Lo que le estoy pidiendo ahora no es nada comparado con todas esas proezas sin parangón en el mundo de la psicología aplicada!!
-Mi querido amigo…la cuestión es que no te has dado cuenta al entrar y no te has parado a leer la placa de la puerta. Hace tiempo que lo vengo pensando y encuentro mi vida vacía, no le veo el sentido y tengo unas dudas existenciales enormes,  así que hace dos semanas que me reinventé…y ahora soy podólogo…

Biker


LA TRINI Y EL CARTUJO PUNK
Aunque el sobresalto fue doblemente mayúsculo, primero por la turbación del súbito sonido de la llave en la cerradura, que desencadenó la instantánea desconexión de la voz de macho que escuchaba por su móvil, y segundo, por el impacto visual de la pinta del marido, al que confundió con un intruso, su agilidad mental le informó que podría resultarle útil como coartada, en caso de tener que justificar el evidente rubor de su rostro.
-Pero Pepe, ¿que te has hecho?
-Me he reinventao.
-¿Que te has reeeeee queeee? Pero, ¿tú te has mirao al espejo?
-Que sí mujer, que hay que reinventarse. No importa la edad que uno tenga, porque nunca es tarde para cambiar.
- A tí lo que te hace falta es un cerebro nuevo.
José Luis Aznar, prejubilado de 63 años, rotó sobre su pie derecho para encararse al espejo del recibidor de la entrada. La capucha de la sudadera que se había comprado, sobresaliendo a ambos lados del cuello sobre los hombros, junto al tatuaje tribal de la sien, y el piercing de anilla de toro, con dos bolitas colgando de las fosas nasales, le daba un aire de monje cartujo punk, que el hombre observó satisfecho girando con coquetería el torso.
-¿Qué hay de comer, mujer?
-Tienes  lentejas en la nevera.
-¿Otra vez lentejas?
-Sí, que pasa, ¿ya no te gustan las lentejas? Ya puestos, ¿porque no te reinventas del todo y te haces tú la comida?
-Venga Trini, no seas así. He pensado que tú también podrías hacerte algo. No sé, un peinado desenfadado, comprarte algo de ropa más actual, maquillarte un poco, y a la noche, nos vamos a bailar.
Atónita, con ojos de conejo deslumbrado en la noche e incapaz de emitir una sola palabra, no podía dar crédito a lo que escuchaba.
-¿Peluquería, ropa, baile? ¿Y el resto del mes? ¿A pan y cebolla?
Pepe soltó una carcajada, pero había anticipado la pregunta, y ya tenía preparada la respuesta. Teatralmente, metió con parsimonia la mano en el bolsillo, extrajo su cartera, abrió el billetero, y lanzando al sofá un fajo doblado de billetes de cien, exclamó, -ya te he dicho que me he reinventao-.
-¡Ostia Pepe! ¿En qué lío te has metío?, -aunque pensándoselo mejor añadió inmediatamente-, anda, explícame como lo has hecho para reinventarme yo también, -dijo la mujer con el fajo bien sujeto, como si fuese a echar a volar si lo soltaba-. 
 -¡Trini, no seas retorcida! Monté un negocio, y va viento en popa.
-¿Un negocio? ¿Tú? ¿Un negocio de qué?
-Bueno, tu hermano y yo abrimos hace unos meses una línea erótica para mujeres, las 24 horas. Yo atiendo por la mañana, él por la tarde, y para el turno de noche, contratamos al Floren, mi compañero de dominó en las partidas del casal. Hoy, como quería pasarme por unas tiendas surferas, le pedí a tu hermano que me cambiase el turno, y que fuese por la mañana.
-Lívida, cayó en la cuenta con suma rapidez, de que la lasciva voz que la acariciaba hacía pocos minutos, le resultaba extrañamente familiar.

Josean

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