domingo, 2 de junio de 2013

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LA REIXA
Sempre li varen dir que la reixa de la finestra era per protegir-la del que hi havia fora. Quan va fer 55 anys, sense haver sortit al carrer i sense que ningú de fora s’intereses per ella, es va començar a plantejar si no li haurien pres el pel.

Herman

LA FRAGUA
Hubo una época en la que por esa ventana entraba la luz y el aire; un tiempo en el que durante los meses de verano estaba abierta de par en par y durante la primavera la vestían las flores, en el otoño las hojas secas y durante el invierno…la nieve y la escarcha la sellaban para volver a abrirla luego más tarde, con más ganas. Un lugar al que acudían las gentes a herrar a sus caballos y a encomendarle también otros trabajos al fuego; la fragua que hizo las veces de taberna, de barbería o de lavadero porque allí también se reunía el pueblo y se podía oír la vida respirar entre las tertulias de muchos y el trabajo de los herreros artesanos compartiendo espacio, uniendo fuerza, ingenio y destreza en cada golpe sensible que daba forma deseada y  temple a todo aquello que se forjaba allí dentro.
Hoy,  al pasar y traspasar por la calleja, sigue allí: cubierta de al fornida reja de hierro nacido del fuego, martillo, yunque, carbón y fuelle.

Marta Albricias



VENTANA INTERIOR
Viví con ellas desde muy pequeña porque a mi padre lo fusilaron en la guerra y mi madre se murió de pena por su ausencia. El convento era un paraíso frente a las atrocidades fuera de él. Las monjas de clausura eran tan dulces cómo los postres que cocinaban. El conocimiento que tuve del mundo fue a través de sus explicaciones y los libros. Era un paraíso literario seleccionado que educó mi realidad.
Así que al crecer no me plantee otra opción que no fuera la oración, la lectura y la cocina. Las rejas apenas me molestaban porque podía obviarlas en el claustro con el sonido de los pájaros y la fuente. Al fin y al cabo, en las conversaciones con padre Benito aprendía que el mundo exterior, a veces, tiene rejas más inexpugnables que las de acero. Y cómo yo no conocía ese sufrimiento aparente, no añoraba disfrutarlo.

Susana
 
EL BESO
Besos, solo pienso en darle besos, besarla.
Todo el tiempo en la cabeza, me trastorna el pensamiento.
Casi consigo besarla la otra tarde, pero no fue posible, no pude, me contuve, faltaba el escenario que acompañara tan delicioso sentimiento.
No quiero que sea un beso cualquiera, tiene que ser el beso con mayúsculas, con música,    con ternura , con pasión, con locura, para el hoy , para el mañana.
Pero le doy tantas vueltas a mi cabeza, que me mareo, es como estar subido todo el día en la noria, en el tiovivo de mi niñez.
 Ella empieza y termina mi pensamiento, el bucle reiterativo me persigue con su canción.
Y yo, cautivo de mi emoción, me rindo a tanta sensación, me someto a mis propios deseos y me sumerjo dentro de mi , una y otra vez, sin tregua, ni consuelo.
Y de pronto, la veo, puedo incluso imaginar
 la escena , ella y yo juntos , abrazándonos bajo la reja de la ventana de la casa de ésta plaza tranquila y solitaria repleta de aromas de jazmines y de rosas.
Si, es el marco perfecto para declararle amor, para robarle su primer beso.

Merce

EL DRAGÓN Y LA TORRE
En la inaccesible estancia, la Princesa observaba una vez más a Ursinda, su dama de compañía, y se recreaba gozosa en la contemplación de su cuerpo, no exento de cierto atractivo animal. Luego, la mirada de la Princesa se detuvo en el rostro saludable y sonrosado, de evidente origen campesino.
Ajeno a estos afanes, o mejor dicho, atormentado por ellos, el dragón recorría mentalmente los vericuetos que le habían conducido a ser la salvaguarda de los extraviados amores de la Princesa. En mala hora juró anteponer la felicidad de su idolatrada Princesa a cualquier otro propósito. De hinojos, le declaró su amor y su ofrecimiento.
Cualquier cosa que esté a mi alcance, tuya será. Te lo juro, amada mía.
Secuéstrame, dragón, secuéstrame. Ah, y a mi dama de compañía también.
Una vez depositadas la Princesa y Ursinda en la alta torre, el dragón fue, a través de la enrejada ventana, testigo atónito de la intensa pasión que a ambas mozas enlazaba, al tiempo que se desvanecían sus ilusas esperanzas.
Los dragones, eso sí lo tenían, siempre cumplían la palabra dada. Así fue como por amor, el dragón se convirtió en protector de la pasión que certificaba la desgracia de su amor. Desde aquel aciago día, atrapado en la cruel paradoja, el dragón se entregó con voracidad a las reconfortantes torturas de la melancolía. Tirado al pie de la torre, solo las negras humaredas, que sus profundos suspiros exhalaban de tanto en tanto, eran indicio de una cierta actividad por su parte.

Felipe Deucalión

LA ESPERA
Se acercaba del fin del mundo. Tan solo faltaban cuarenta y ocho horas para que se cumpliera la Profecía Maya. Cuarenta y ocho horas y una tormenta solar fulminaría y arrasaría nuestro Planeta, y a nosotros  lo único que nos quedaba era esperar… La sociedad estaba revolucionada, y el brote de histeria colectiva poco a poco se fue apaciguando hasta convertirse en un remanso de paz donde las aguas se tornaron de un color azul turquesa,  donde, aparentemente,  todo parecía estar en calma.
El tiempo apremiaba y la gente se apresuraba con los preparativos:  aprovisionamiento de víveres y  la búsqueda de un lugar seguro donde refugiarse y esperar… , buscando un pequeño atisbo de esperanza para sobrevivir al cataclismo universal. Unos se refugiaban en cuevas, otros buscaban lugares estratégicos que, según decían, quedaban fuera del alcance del exterminio; y así fue como, poco a poco, fui construyendo mi pequeña fortaleza, con gruesos muros y una pequeña ventana con rejas dispuestas  tanto horizontal como verticalmente, a través de la cual podría contemplar el mundo. Allí, en mi refugio, quise esconderme de todo cuanto pudiera acontecer, escapar de aquello que se decía estaba próximo,  y solo me quedaba esperar…, y mirar a través de aquel pequeño agujero construido en la pared,  mi única conexión con el mundo, desde donde, a través de los barrotes,  podía ver el cielo, esperando que de un momento a otro se encendiera vistiéndose de rojo en mitad de una batalla astral. Esperar…, esperar a que algo ocurriera…, o tal vez no ocurriría nada.

María José

PANORAMA
Un ventanal enrejado en un muro antiguo, en cuyos cristales se reflejaba el ramaje de unos árboles. Esa fue la única imagen onírica nítida, que pude retener hasta el despertar del día en el que, igual de bruscamente que se había presentado, desapareció para siempre. No fui capaz de ir más allá, de traspasarla y alcanzar a ver el interior, una habitación, una alcoba, una biblioteca, unas sombras, un reloj de cuco, algo. El trayecto hasta la ventana era fugaz, o mejor dicho, el recuerdo de la ruta hasta ella, era un parpadeo de imágenes fijas en avance rápido, sin detalle ni transición; un torbellino amorfo y amalgamado con trazos distorsionados y tonalidades mates, como el que sería posible fijar desde un hipotético bólido rodando a la velocidad de la luz por la avenida arbolada de una ciudad.
Hace años, mi homeópata me conminó a anotar en un papel los sueños cazados en la frontera con la vigilia, pero solo de tanto en tanto puedo apresar algunos fogonazos. También recuerdo haberle escuchado a un intérprete de sueños, que una ventana soñada, nos muestra un panorama de nuestra vida, según ésta esté cerrada o rota; estemos sentados o caigamos de ella, o entremos o salgamos, y que, en el caso de que tenga rejas, nos está revelando que tratamos de huir de la realidad. No sé, puede que mi tozudo ventanal, pertenezca a la casa donde vive mi homeópata o el intérprete de sueños, o a la de ambos, o a una donde viviré yo en el futuro. Quizás solo es una ventana cerrada, que me escupe a la cara que vivo una vida enrejada.   

Josean

LA VENTANA
Ella estaba detrás de la ventana. Una reja cuadrada impedía su salida. Los gruesos muros del edificio daban al conjunto un aire de dureza. Hacía dos años que se encontraba recluida en esa estancia.
Su marido, el señor de todas las tierras en 50 km. a la redonda, la había encerrado allí por miedo a que huyera. Su matrimonio fue muy ventajoso para él, pudiendo así ser el dueño de los dos condados. Era un hombre de un poder absoluto, sus vasallos le temían por su crueldad.
Pero la princesa no estaba sola. La rondaba un joven que aunque no de origen noble, tenía hombres a su cargo y había luchado en diferentes contiendas. Pertenecía al ejército.
Él y la dama se conocieron antes de su encierro y se habían jurado amor eterno. Desde entonces, acudía cada noche bajo la ventana de ella, puntualmente a su cita.
Solo rozaban sus labios a través del enrejado y no podían darse las manos.
Pero la noche acordada, el caballero y su montura, se acercaron a la fortaleza seguidos de varios hombres a caballo. Aprovechando la oscuridad y tan ràpido como les fue posible, ataron varias cuerdas a los barrotes de la ventana, y los equinos hicieron gala de toda su fuerza. Finalmente la reja cedió.
La princesa que ya se había procurado ropas de viaje, fue ayudada en seguida a deslizarse por la pared y se acomodo en su silla.
El i ella, después de sellar su amor con un beso, juraron que el señor jamás los encontraría.
Los jinetes atravesaron el condado como una exhalación y fue así, como el gran aristócrata, después de remover cielo y tierra para encontrarlos, tuvo que llevar el sobrenombre de “el burlado”.

Laia

 LA VENTANA AZUL
Solíamos pasar siempre por delante de la casa de la ventana azul, habían otros caminos para ir a la escuela pero ese era muy bonito pasábamos delante del rio.
La gente del  pueblo comentaban que la casa estaba maldita que había un fantasma, por eso la casa estaba vacía, excepto cuando la vieja Casilda iba a limpiar a cuenta de para su patrón.
Ese día Liana iba cantando y saltando y como siempre yo me reía de ella. De pronto oímos un
Plooff fortísimo que venía de la casa.
_Quizá la vieja Casilda se haya metido en algún problema_me dijo mi amiga_
Aunque con un poco de miedo, nos acercamos a la casa. Vimos que efectivamente había luz
En la parte de arriba, subimos en silencio y de puntillas, empujamos la puerta de donde salía
Una hermosa luz azul, y entonces lo vimos.
Un hombrecillo acostado en la cama a su alrededor, un extraño resplandor,”por favor ayudarme” oímos dentro de nuestra cabeza las dos, no hablaba pero transmitía el mensaje
Por el aire. Nos acercamos y vimos sus hermosos ojos brillantes, tenía una pierna herida.
Tal y como nos pidió lo llevamos al bosque y lo dejamos en una cueva, junto a unas rocas.
Nos escondimos detrás de unos arbustos , y pronto vimos llegar un par de hombrecillos.
Se lo llevaron entre los dos hacia la espesura verde, pero antes de desaparecer nos miró con sus enormes ojos, y como en un rayo nos lanzó un calor muy agradable en el pecho.
Liana lloraba de emoción y yo me contenía, nos sentíamos cobijadas por un gran bienestar.
Desde aquel día siempre que camino por el bosque me llega un calorcillo al pecho y en mi rostro se dibuja una sonrisa.

Carmen

DENTRO/FUERA
.-Psss, Hey!
.- ¿Es a mi?
.- Si, claro
.- ¿Dime?
.- ¿Cómo está la cosa por ahí fuera? He pasado seis meses en la celda de incomunicación y estoy totalmente desconectado.
.- Ufff. Fatal. Para pegarse un tiro. Ya somos seis millones de parados, los recortes siguen haciendo estragos en los más débiles y los bancos siguen con sus tratos preferenciales mientras hay gente que se suicida cuando los van a embargar. La Pantoja sigue cantando y la mediocridad sigue
.- ¡Joder! Vaya panorama.
.- Si y lo cierto es que en Europa las cosas no van mucho mejor. Desacuerdos en políticas comunes, constantes manifestaciones de la población y Grecia tiene a más de medio millón de niños con malnutrición mientras los especuladores de los mercados financieros hacen dinero a espuertas
.- Hostia. Pero al menos en deportes vamos bien, ¿no?
.- De puta pena amigo. El único que se salva es Fernando Alonso. Al Barça y al Madrid les bajaron los humos los alemanes en la Champions. El Barça ganó una liga descafeinada y el Madrid perdió la copa del Rey y Mourinho se larga…eso si, las cifras de fichajes para este año son obscenas. Se habla de fichas de más de cien millones por un solo jugador. Y tu ahí dentro, ¿cómo lo llevas?
.- Bueno ya sabes. Régimen penitenciario.. Algunos incluso hacen trabajos para empresas externas y van ahorrando pasta. Tres comidas al día, salas de juegos, TV y deportes en el patio. Calefacción y agua caliente y cada semana nos cambian las sábanas. Visitas y charlas de psicólogos, atención médica, visitas de familiares y régimen externo por buen comportamiento. Yo me estoy sacando la carrera de abogado y he dejado las drogas con ayuda de un especialista…
.- Oye…¿y que hay que hacer para entrar?...

Javier

REIXES
Em va dir que quedessim al cafè  del Museu Marítim, a fora, ara que feia bon temps.
Vaig arribar puntual. Ella va arribar tard, sempre atrafegada, amb taxi, bossa gran, abric un pèl llarg, elegant. Ah,  sempre corrent, va dir. Es va asseure.
Després de les salutacions  i comentaris sobre el temps, maig i el mar, em va dir que volia fer un sopar íntim, amb uns amics que eren un matrimoni encantador, sobretót ell, que era  molt imaginatiu, una persona molt culte, molt divertit, i surrealista,  com jo. Ella de fet era amiga de la dona, però ell era maquissim. Es deia Albert, Albert Queralt.  Un gran conversador. Els havia de conèixer, de veritat. Faria aquest sopar aquest dissabte, doncs. Què, no t'animes?, em deia.
                                    ................
Si, i que et dic, jo d'aquest sopar?  Et dic que a ell el vaig veure  a Reig justament ahir  i que vam estar junts? Que sé com va el  seu surrealisme o la seva olor? Que té les cames fibroses? Que fa poc  hem  tornat a les nostres converses dels 19 anys, ara que en tenim vora 55 ? Que ens torna a fer il.lusió estar junts? Que no fa ni dos setmanes vam  descobrir que  et coneixiem, tots dos?
                                 ...................
Sisplau sisplau  -la finestra de davant em va enviar un cel  escarlata, girant-se un no res-  que s'acabi aquesta tortura. 
No eren les vuit. 
- Calla, calla. No diguis res. Fes com jo,  mira les reixes que porto al davant. No ric. No tinc emocions. Digues que seràs a Puigcerdà, dissabte.
Cling ! i em torna a enviar el color del cel, per ponent..
                                          ...... 
Dissabte al vespre  trucava insistenment. Jo tornava de buscar unes sabates a Rambla Catalunya. Que malament. M'esperava a casa seva amb els amics.  Però si et vaig dir que anava a Puigcerdà. Ai, no, no et sento bé. L' adéu va quedar fora de cobertura.

Isabel



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