En esta ocasión los pequeños escritores salimos de paseo y visitamos una exposición en el caixaforum. Nos inspiramos libremente en las obras para generar nuestros pequeños relatos. Os invitamos a contemplarlos juntamente con las obras inspiradoras.
TERRIBLE HORIZONTE
Salio impresionado por lo visto
en un exposición de arte moderno, que
consistía en varías obras de distintos formatos: vídeos, fotos, pintura,
escultura... eran obras que en común trasmitían la sensación de un mundo bizarro, sin sentido,
triste y pesimista.
Una de las obra consistía en una serie de fotos en
blanco y negro, que retrataban el mar desoladoramente, eran cuatro fotos, con
solo agua y con un horizonte lejano, el ambiente
que reflejaban era frío y tenebroso,
sin saber porque razón estas fotos lo impresionaron, lo inquietaron mucho..
En la noche, cuando dormía, tuvo
una pesadilla terrible, sin explicación, como son los sueños, se encontró en
medio del océano nadando
desesperadamente para alcanzar el horizonte, era el mismo horizonte que había
en las fotos de la exposición, nadaba y nadaba y no alcanzaba el horizonte,
pensaba, en el sueño, que podía colgarse del horizonte y salvarse, sentía que
avanzaba pero siempre el horizonte estaba a la misma distancia, poco a poco se
fue cansando, se fue rindiendo, fue tragando agua, se estaba ahogando, en medio
de la angustia por sobrevivir, se da
cuenta que todo lo que esta sucediendo es una pesadilla y con gran esfuerzo se
despierta gritando, ¡carajo con las fotos!
Jesus
LA ETERNIDAD
Recibimos la inmortalidad con los
brazos abiertos, la última conquista de la evolución humana. No más hambre, no
más frio, no más enfermedad y no más muerte. Delante nuestro todo el tiempo que
deseemos para cumplir cada uno de nuestros sueños, del primero al último.
Vivimos aquellos primeros miles
de años con la ansiedad del buffet libre, cuando uno descubre que puedo comerlo
todo y decide que quiere comerlo todo, y ahora un poco de esto, y quiero más de
esto, y eso de ahí es nuevo, y con un poco de vino todo bajara mejor. No me
miréis mientras me desabrocho el cinturón...
Dormimos nuestra resaca durante
un millón de años, que prisa teníamos para levantarnos.
Y al despertar descubrimos que
nada nuevo había para nosotros.
¿Qué haces en el mejor buffet
libre del universo cuando ya no quieres comer?
Ahí hay alguien que se entretiene
colocando un plato sobre el otro hasta que la pila empieza a tambalearse y todo
estalla en el suelo. Sin miedo a cortarse aparta los fragmentos y empieza su
nueva pila esperando que esta vez no haga falta poner tantos para verlos caer.
Detrás una mujer toma la bandeja
de los espaguetis con su mano derecha los separa uno a uno para tomarlos con su
mano izquierda y volverlos a mezclar.
Más allá un niño mastica con paciencia
un tenedor disfrutando de cada minúsculo fragmento de metal que una vez cada
cien años su frágil dentadura consigue roer.
Y preferiría no tener que
reconocer mis manos en esas manos que van sirviendo boles de sopa para una vez
vaciada la olla volverlos a volcar dentro y así tener una excusa para volver a
empezar.
Déjame vivir unos cuantos miles
de millones de años más, tal vez entonces averigüe cual es el sentido de la
eternidad.
Herman
D.S.B.CH
Desde el cataclismo el norte del continente
americano adoptó el nombre de Destructed States by China. ( D.S.b.Ch). Hubiera
sido una utopía aceptar el declive
de U.S.A y regalar su supremacía fáctica de poder al imperio milenario
asiático.
Los chinos
fueron muy hábiles en diseñar un virus
tecnológico con efectos colaterales químicos y sanitarios que crearon un nuevo
mundo de paradoja entre los
norteamericanos. Estos, que habían vivido sin casi cultura ancestral, no tuvieron otra
alternativa que no fuera aceptar la triste distopia de iniciar un génesis
de supervivencia creado de toda la basura generada de los desechos resultantes
de las transmutaciones de las materias aculturales, materiales, consumistas y
capitalistas del desarrollo estadounidense anterior.
Yo, ya había
sido homeless durante años delante del Bellaggio antes de la destrucción. Tenía una enorme casa de muñecas de madera
rescatada en un contenedor y por sus ventanas se colaban las palomas
putrefactas y enfermas a vivir. Creía, firmemente, que esa casa era un casino
de mi propiedad y las palomas los ludópatas que entraban a jugar agarrando
chapas metálicas de latas cómo fichas de apuestas. Incluso, en mi mente viajaba
en mi avión a negociar con otros dueños de resorts de ocio de la competencia.
Era fácil me levantaba del suelo y cogía mi oxidada bicicleta con los adornos
dignos de un jet privado: garrafas de plástico, restos de paraguas y bombillas
para la noche. Incluso a veces, me llevaba alguna sombrilla de playa cuándo
tenía que trasladarme a los destinos caribeños del parque de delante dónde me desnudaba y embadurnaba de
crema de cacahuete para negociar con los imaginarios magnates cubanos cerca de
las fuentes de Town Square.
Por eso, no
me resultó nada extraño que gracias a todas estas facultades me nombraran el
alcalde de Las Vegas cuándo decidieron elegirla la nueva capital de D.S.b.Ch.
Susana
MAR DE JAPON (Sugimoto)
Apreciado visitante,
Solo quiero informarte de mi
decisión y espero que comprendas mis motivos.
Aquí, en la
expo de Caixaforum he decidido a hacer un cambio radical en mi vida y no hay vuelta atrás.
Como puedes
comprobar, somos cuatro hermanas. Nacimos el mismo día y con pocos segundos de
diferencia. Yo soy la tercera. Desde mi posición puedo ver unas pajareras
naranjas a mi derecha, una pantalla de vídeo gigante, un montón de basura en
medio de la sala y enorme reloj de arena frente a mí.
Pero lo que realmente
me llamó la atención fue la obra “Dysneyfication” de Timmermans. Desde el
primer momento que la vi la atracción fue irresistible y me quede hipnotizada
por su belleza, sus formas, sus líneas…
Durante el
día, el ir y venir de la gente hacía que no pudiera fijarme con atención, pero
por la noche, cuando todo estaba quieto y tranquilo, mi fantasía irrefrenable
me hacía imaginarme allí, perdida en una de aquellas estructuras imposibles,
formando parte de un algo… de un todo.
Pero lo que
más me llamaba la atención era el anonimato. Seguro que allí, perdida entre los
trazos de la obra, nadie me identificaría. Ya estaba más que harta de ser la
única protagonista de mi propia existencia.
Así que,
tras escuchar durante varios días las advertencias de mis tres hermanas y
después de armarme de valor, anoche lo hice. Me desprendí de mi yo y me dejé
caer. Lo tenía todo bien planeado. Solo tenía que seguir las líneas del suelo
en la ruta GENESIS y antes de que
pudiera darme cuenta, ya estaba allí.
La acogida
fue muy agradable y desde el primer momento me sentía como si fuera una más. Me
dejaron elegir un sitio y enseguida me acoplé como una más. De reojo podía ver
a mis hermanas que todavía no se lo creían. Quien sabe, igual se animan un día
de estos…
Por cierto,
no me he presentado: soy la línea del horizonte de la tercera foto. ¿A que no
me encuentras?
Javier
PAJARITO
Un minirelato conscientemente inspirado en la
obra For the birds de Thomas
Schütte que incluye la exposición Arte
Ficción (y Subconscientemente, en una historia de Las Mil y Una Noches).
Pajarito entró corriendo en la pajarera, gritando:
-“Por favor, por favor… Que alguien me preste un coche: hoy antes del
anochecer, tendría que estar en un lugar lejano a más de cien
kilómetros al sur de aquí…como mínimo.”
-¿Para qué?, ¿Qué pasa Pajarito?, Preguntó curioso el Jilguero.
-"Acabo de encontrarme con
la Muerte en el jardín: esta, me ha mirado fijamente a los ojos y me ha dicho
que esta noche va a llevarme con ella y yo no quiero irme con ella todavía.
-“Muy bien”, -dijo el Tordo. "Mi coche es muy rápido, seguro, y es tan veloz que solo le falta sacar las
alas: llévatelo, ve en paz y esperamos tu regreso”.
Y así, Pajarito salió de allí a toda velocidad…desafiando al destino.
Mientras tanto, los Gorriones,
los Verderones y las Golondrinas salieron al jardín y vieron a la Muerte
sentada allí: una mirada perpleja dibujaba en su rostro.
-"¿Qué pasa Muerte?”, le preguntaron todos los pajaritos a coro.
Y la Muerte respondió: -"Según mi agenda, esta noche tengo que
reclamar la vida de Pajarito, a quien
he visto hace un rato en el jardín, pero se supone que debería hacerlo en un
lugar lejano que está a más de cien
kilómetros al sur de aquí. A menos que Pajarito tenga un coche rápido y seguro -al que solo le falte sacar
las alas- no veo cómo este podrá llegar allí antes del anochecer para
encontrarse conmigo”.
Al oír y comprender lo que
significaban de las palabras de la Muerte, los pajarillos de la pajarera
enmudecieron de dolor.
Pasada la puesta de sol, seguían pensando en Pajarito, deseando y confiando en que el destino diese un giro
inesperado y este volviese pronto a casa, pero al ver que pasaban las horas,
los días y que este no aparecía, murieron todos de pena. La pajarera sigue ahí
vacía, de exposición en exposición, y esperando que algún día otros pajaritos
se acomoden en ella.
Marta Albricias
LEYENDAS DEL FUTURO
Corría el
año tres mil quinientos trece. Alfanumérico, prestigioso arqueólogo, releyó un
primer fragmento del diario del Capitán Harry, que tiempo ha, había logrado
descifrar.
“Nada, el
centro de control de Carolina del Sur no responde. Mi misión de reconocimiento
aéreo creo que ya es inútil. Por lo que he visto las principales ciudades europeas
están destruidas. La torre Eiffel ahora descansa sobre uno de sus lados.”
“Apostaría a
que Carolina del Sur ha corrido la misma suerte que Nevada y Florida. En este
caso, la única base operativa debe ser la de Hawaii. Nosotros no somos como los
europeos, no nos rendiremos. Seguro que los muchachos están reorganizándose; y
además, siempre he deseado bañarme en Waikiki.”
El diario
era una reliquia de hacía más de mil años. Las referencias bélicas del
fragmento eran obvias para Alfanumérico, y que los europeos habían sido unos
cobardes, también. Pero no sabía cómo interpretar las alusiones a la torre
Eiffel, la base operativa de Hawaii o Waikiki.
A continuación
leyó un segundo fragmento del diario, en este caso, descifrado por un colega.
“Estos
mierdas de los países terroristas la han liado, pero bien. Y todo por no
aceptar nuestra hegemonía como un hecho natural. Disimulaban, pero fueron
acumulando un arsenal nuclear considerable, como se está viendo. Y nosotros,
humanitarios, al principio solo les castigábamos con proyectiles de baja
intensidad radioactiva. Les arruinábamos la agricultura y la ganadería, pero
salvábamos a la humanidad.”
“En cambio
ellos siempre han estado al margen de la comunidad internacional y de todas las
normas civilizadas. Hace unos días, Kazajistán pasó de las palabras a los
hechos y arrasó San Francisco. Luego, la escalada fue imparable.”
Este segundo
fragmento delimitaba algo los bandos en conflicto. Los llamados “países
terroristas”, uno de los cuales había sido Kazajistan, por una parte, y la
comunidad internacional, por otra. Esta comunidad internacional parecía
encabezada por una potencia hegemónica. San Francisco probablemente fue un
aliado de la potencia hegemónica, seguramente menos pusilánime que los
europeos, suponía Alfanumérico. Aunque no faltaban arqueólogos que sostenían
que San Francisco fue una parte de la potencia hegemónica, quizá su capital. En
cualquier caso, había referencias a una conflagración nuclear generalizada.
Muchas tradiciones religiosas y populares mencionaban catástrofes ligadas a
resplandores malignos y diluvios radioactivos, recordó Alfanumérico.
Después leyó
un tercer fragmento del diario del Capitan Harris que acababa de desentrañar.
“La base de
Hawaii es un caos. Corre el rumor de que el sur de Australia va a ser el único
lugar habitable en un futuro inmediato. He pactado, con cuatro marines,
llevarles a cambio de que protejan mi vida. Ahora tenemos que asaltar un depósito
de combustible.”
Alfanumérico
se echó para atrás los flácidos tentáculos que caían sobre su frente, y sonrió
con aire de suficiencia. Ya estamos, pensó, otra leyenda que sitúa vida
inteligente en tierras míticas e ignotas, sin tener en cuenta que necesitamos
bajas concentraciones de yodo radiactivo para que nuestras agallas puedan
capturar el oxigeno del CO2. Que imaginación tenían antes, concluyó Alfanumérico.
Bueno, y ahora también, añadió corrigiéndose a sí mismo, ya verás cómo alguien
intenta localizar la
Australia esa.
Luego, se
fue a lanzar su bumerán. Una práctica inmemorial en aquellas tierras.
Felipe Deucalión
No hay comentarios:
Publicar un comentario