viernes, 15 de abril de 2016

ZUMBA EN EL GERIÁTRICO



ZUMBA EN EL GERIÁTRICO
La directora de la residencia El Jardín de Matusalén sudaba sangre. Para sus adentros maldijo el momento en que incluyó la zumba en el programa de actividades de los ancianitos. Ya no sabía que más decirles, con ellos, y especialmente con ellas, era imposible razonar. Resultaba que tal y como planteaba la clase la monitora les parecía muy sosa, sin ninguna gracia, que ellos, y sobre todo ellas, habían visto en el You Tube que eso de la zumba incluía coreografías chulas y contoneos de caderas. Y que lo que ellos hacían era una tabla de gimnasia sueca, solo que con música.

Al precio que estaban las prótesis de cadera, les había argumentado la directora, qué querían, no se podía hacer otra cosa y se debían de conformar. Parecía que los viejetes, aunque fuera a regañadientes, se iban resignando casi todos, solo faltaba un pequeño conciliábulo de seis abuelitas. Entonces una de ellas, la Paqui, le preguntó a la directora que si tenía un puerto uesebé. La directora con aire de suficiencia les dijo que sí, pero que para qué querían ellas un puerto uesebé. Pa conectar mi móvil le respondió la Paqui y asina poder ver lo que es la zumba de verdad.

Los ancianitos miraron embelesados las imágenes del móvil de la Paqui y empezaron a idear una coreografía con los pasos que más les gustaban. La directora, por su parte, se fue a llamar al abogado con el objeto de establecer una estrategia legal con la que hacer frente a las demandas de los familiares por las roturas que se avecinaban.

Felipe Deucalion

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