viernes, 18 de mayo de 2018

LA SENSUALIDAD DE LAS PALABRAS


BUENOS DÍAS
La noche nos envolvió de deseo y tras el último gemido seguimos aquí sostenidos; soñando de la mano, sintiéndonos la piel. Mi boca te acerca y juego con tu cuello, te siento en mi nuca y en mi latido, tus manos me provocan, rodamos evocando el eco de nuestros orgasmos despertándonos a un día lento...prolongando la noche.
Días así  en medio de un mundo convulso: incisos, bálsamo en nuestras vidas tantas veces ajetreadas.


Marta Albricias



DOS ESTACIONES
Sin pregonar sus intenciones, con pasos de bailarina abandonó la copa en el suelo. Ni si- quiera me miró, y apocada agachó la cabeza, permitiendo que el dosel de su peinado le solapara el rostro. El matiz cromático del blanco puro de la tez y el negro persistente de la cabellera, admitieron en sus esféricas mejillas, una tonalidad con pigmentos encarnados.
El frágil cuerpo se encaramó al lecho, que ni siquiera osciló. En segundos me amordazó con su bozo genital, e imitando sus caderas la fluctuación de una garlopa, esmerilé con denuedo el maná. Amarrado tal marsupial a la corteza de un eucaliptus, no me detuve hasta que mis labios quedaron lacrados por una resina pasional, entonces me fulminó con la mirada y fui conminado a reconocer una vereda secundaria. Un respingo de sorpresa me sobrecogió. Esa orden marcial, imperativa y la ausencia de tablones que obstruyeran la vía ni el habitual cartel de “Prohibido el paso”, me trasladaron a la piel de un recluta sosteniendo su primer fusil en unas prácticas de tiro.
Pronto sonaron los silbidos del cenit. Abrazados, con un resuello musitado a dueto y con los rostros goteando vaporoso frenesí, llegamos al destino, hasta que la jefa de estación ordenara que el libidinoso convoy, reemprendiera su recorrido.


Xavi Domínguez

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